Un R¨¦quiem muy vivo

El principal atractivo del R¨¦quiem de Mozart que el ciclo de conciertos Iberc¨¢mera propon¨ªa al publico del Auditori radicaba en el hecho de estar hecho, bastante, en casa, con coro barcelon¨¦s, el Cor Madrigal y j¨®venes solistas vocales formados aqu¨ª: Elena Copons en la parte de soprano, Anna Al¨¤s en la de mezzo, Marc Sala como tenor y Enric Mart¨ªnez-Castignani como bajo. Se trataba de ver si ¨¦ramos capaces de montar, a alto nivel, una de las grandes piezas de referencia del repertorio. El aporte for¨¢neo ven¨ªa por la parte de la orquesta, la Staatskapelle de Weimar y por la del director, Leopold Hager, veterano en asuntos mozartianos.

El resultado global fue m¨¢s que satisfactorio, fue bueno, se logr¨® poner en pie un R¨¦quiem muy vivo, intenso y la mejor noticia es que quien estuvo mejor, el triunfador de la noche, fue el Cor Madrigal, el coro que dirige Mireia Barrera desde hace veinte a?os.

El coro cant¨® con seguridad y afinaci¨®n, equilibrado y con sonido bello y pleno en todas las secciones. A la vista del rendimiento, la fiabilidad y las posibilidades que le ofrec¨ªa el coro, Leopold Hager podr¨ªa haber arriesgado un poco m¨¢s y buscar un poco m¨¢s de flexibilidad y matices en la obra, en vez de ello, decidi¨® ¨Cy logr¨®- asegurar la obra al precio de sujetarla y equilibrar bien orquesta con voces. El canon est¨¦tico aplicado al R¨¦quiem por Hager, era coherente y fundamentado en la larga tradici¨®n interpretativa de la obra pero ¨Cay!- era ¡°pasado de moda¡± y aunque no est¨¦ nada claro que quiere decir ¡°pasado de moda¡± aplicado a la interpretaci¨®n de una obra de hace mas de doscientos a?os, est¨¢ claro que ahora el R¨¦quiem se suele cantar de otra manera.

La orquesta toc¨® con limpieza y precisi¨®n y en los solistas vocales hubo sus m¨¢s y sus menos. M¨¢s en las se?oras, menos en los caballeros.