La productividad de los zombis
La compa?¨ªa hispano-suiza L'Alakran propone una reflexi¨®n humor¨ªstica sobre la necesidad de cambiar el curso de los acontecimientos
Nadie cree a estas alturas que se pueda convertir en esclavo zombi a una persona administr¨¢ndole una toxina del pez globo, pero an¨ªmenle a firmar un pr¨¦stamo hipotecario a 30 a?os y ver¨¢n como trabaja hasta el ¨²ltimo aliento para ayudar a financiar las jubilaciones multimillonarias del presidente y el consejero delegado del banco. ¡°Somos zombis, y nuestra actividad principal es consumir: objetos, relaciones, experiencias, drogas¡±, observa ?scar G¨®mez Mata en el ir¨®nico pr¨®logo f¨ªlmico de Kair¨®s, s¨ªsifos y zombis (castellanizado a medias en el programa de mano: Ka?ros, s¨ªsifos y zombis), espect¨¢culo donde el autor director y su equipo hispanosuizo de la compa?¨ªa L'Alakran proponen al p¨²blico una reflexi¨®n humor¨ªstica compartida sobre como cambiar el curso de los acontecimientos.
G¨®mez Mata, artista en absoluto cartesiano, prefiere el boceto al cuadro acabado, el chispazo al teorema, la indicaci¨®n concisa a las instrucciones de uso. Sus espect¨¢culos, armados con escenas silentes, di¨¢logos de besugos y discursos al p¨²blico veteados de una comicidad bufa, mezclan realidad y ficci¨®n de manera equ¨ªvoca: en ellos, lo fingido parece verdadero y los actores se presentan como si no llevaran el personaje puesto.
KAIR?S, S?SIFOS Y ZOMBIS
Concepci¨®n y director: ?scar G¨®mez Mata, con la colaboraci¨®n de Esperanza L¨®pez. Textos: Per¨² C. Sab¨¢n y ?. G¨®mez Mata. Int¨¦rpretes: Mar¨ªa Danalet, ?scar G¨®mez Mata, Mich¨¨le Gurtner, Esperanza L¨®pez, Olga Onrubia y Valerio Scamuffa. Luz: Michel Faure. Coordinaci¨®n escenogr¨¢fica: Claire Peverelli. Producci¨®n: Compa?¨ªa L¡¯Alakran. Teatro Pradillo, del 16 al 18 de mayo.
En Kair¨®s, s¨ªsifos y zombis, el rumbo se pierde, se reencuentra, vuelve a perderse y, cuando parec¨ªa extraviado definitivamente, se retoma con un poderoso golpe de tim¨®n. Rara vez un espect¨¢culo coloca al espectador en tantos lugares distintos: lo hace re¨ªr, lo aburre a conciencia, le hace pensar sucesivamente que est¨¢ viendo algo p¨¦simo, genial, necesario, prescindible, deslavazado y perfectamente organizado, sensaci¨®n esta que acaba imponi¨¦ndose: digresiones y ocurrencias, pensamos al final, estaban ah¨ª como est¨¢ el ayuno en la vida entre banquete y banquete.
L'Alakran tiene acu?ado un lenguaje propio: sus actores funden su propia personalidad con el personaje y gastan una iron¨ªa que les libra de ser pedantes y de parecer ingenuos. Valiente, el discurso sin ambages que su director se marca contra la manera en que el PP ejerce el poder que le concedimos, y, significativo, el silencio por respuesta que los integrantes de la compa?¨ªa han recibido de la Comunidad de Madrid tras solicitar, como hacen en cada ciudad donde act¨²an, que alg¨²n cargo p¨²blico comparta con ellos una escena en la que dan cuenta de lo que cuesta el espect¨¢culo, del presupuesto del festival que lo contrata (el de Oto?o a Primavera) y del que el Gobierno regional dedica a la cultura, para significar con ello que las cuentas p¨²blicas han de ser cristalinas y accesibles para quienes las financiamos: las de los teatros suizos son de libre acceso a trav¨¦s de internet.
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