El genuino sabor de los americanos aut¨¦nticos

Un muro parte de este a oeste las tierras de los pueblos cazadores recolectores que habitaban Aridoam¨¦rica y Oasisam¨¦rica desde tiempo inmemorial. Al lado norte de la frontera, vigilan George, nieto de un ruso bebedor de vodka, y Margaret, su esposa, de ra¨ªces h¨²ngaras, protagonistas de Arizona, certera comedia pol¨ªtica de Juan Carlos Rubio. ¡°Detr¨¢s del muro¡±, asegura George (gorra de b¨¦isbol, bermudas de camuflaje y chaleco militar), ¡°miles de alima?as preparan el salto para quitarnos casa y trabajo y violar a nuestras hijas¡±.

Inspir¨¢ndose en hechos recientes (la eclosi¨®n del Minuteman Project, movimiento civil de vigilancia fronteriza que denunci¨® a multitud de inmigrantes indocumentados a partir de 2005), Rubio hace un retrato mordaz de esos Estados Unidos profundos que sin sonrojo se llaman a s¨ª mismos Am¨¦rica (tomando la parte por el todo), que defienden el derecho a portar armas y que son el venero de movimientos ultraconservadores como el Tea Party, en el que hoy desempe?an un papel clave numerosos ex l¨ªderes de un Minuteman disgregado a ra¨ªz de que se multiplicaran sus esc¨¢ndalos financieros y de que tres de sus militantes asaltaran una casa en Arivaca y asesinaran a tiros a Ra¨²l Flores y a su hija Brisenia, de nueve a?os, estadounidenses de origen mexicano, e hirieran gravemente a la madre.

A la espera, rifle en mano, de que alg¨²n inmigrante salte la valla, George y Margaret se entretienen charlando cuales Vladimir y Estrag¨®n, o escuchando en la radio rancheras cautivadoras y bail¨¢ndolas, hasta que George cae en la cuenta de que haci¨¦ndolo est¨¢n comulgando inconscientemente con la cultura de sus enemigos designados. El director espa?ol Ignacio Garc¨ªa y los int¨¦rpretes mexicanos de esta coproducci¨®n, el resto de cuyo equipo art¨ªstico es de ese pa¨ªs, exprimen la aguda veta ir¨®nica del texto sin que ello reste un ¨¢pice de verosimilitud a sus personajes. Aurora Cano, una Margaret menudita, tierna y sumisa, pero fuente de mil preguntas que incomodan al doctrinario y arrollador George de Alejandro Calva, es, en su ingenuidad, un cruce entre Minnie Mouse, la desvalida y resignada Winnie de D¨ªas felices, y Debbie Reynolds, cuyo n¨²mero musical con Gene Kelly You Were Meant For Me (de Cantando bajo la lluvia), proyectado en formato cinemascope, los actores mexicanos doblan en una escena espl¨¦ndida.

Garc¨ªa ha convertido la obra de Rubio en un cuasi musical de bolsillo, aprovechando las magn¨ªficas cualidades canoras y el swing de sus actores, que ponen en contexto ir¨®nico una bonita versi¨®n de My Favourite Things, de Sonrisas y l¨¢grimas, esbozan otra del Put him Away de Two by Two, y consiguen, cant¨¢ndolo a capella, que el himno The Star Spangled-Banner suene entre risible y terrible. Un espect¨¢culo divertido y muy navegable, con un defecto solo: esos ¨²ltimos siete minutos que llevan lo que era exquisitamente ambiguo a una resoluci¨®n demasiado obvia.