Desmadre a la italiana
'Il turco in Italia', de Rossini nunca ha funcionado muy bien sobre los escenarios
Il turco in Italia,una desmadrada y desabrochada historia vodevilesca de cuernos, disfraces, maridos mentecatos y esposas pizpiretas nunca ha funcionado muy bien sobre los escenarios ¡ªni siquiera en tiempos de Rossini. El asunto arranca con fuerza y, en un juego pre-pirandelliano, incluye como personaje a un poeta que busca argumento para un drama, poniendo as¨ª en danza a los dem¨¢s personajes y encarrilando el conflicto. La trama, sin embargo, pronto pierde fuelle, se estanca en el t¨®pico y la obra queda fatalmente lastrada por la necesidad, propia de la ¨¦poca, de proveerse de un final moralizante tras tanto libertinaje alocado.
Si dram¨¢ticamente Il turco cojea, musicalmente es un Rossini mayor con gran cantidad de concertantes y con los rasgos de estilo propios de las mejores obras del autor. El canto presenta un melodismo sofisticadamente elaborado que, sin embargo, fluye f¨¢cil y natural y es servido a velocidades ligeras sobre orquestaciones a¨¦reas y delicadamente matizadas.
Il turco in Italia, que hasta ahora nunca hab¨ªa sonado en el Liceo y cuyas ¨²ltimas representaciones en la ciudad databan del Festival Grec de 1984 (una producci¨®n firmada por Mario Gas que se repuso en el Festival de Peralada en 1994), se present¨® en el Liceo en una producci¨®n de la ?pera de Baviera dirigida por Christof Loy, conocido en la casa por su Rapto en el serrallo de hace tres temporadas.
IL TURCO IN ITALIA
de Gioacchino Rossini. Con Ildebrando D¡¯Arcangelo, bajo. Nino Machaidze, soprano. Renato Girolami, bajo. David Alegret, tenor. Pietro Spagnoli, bajo. Marisa Martins, mezzosoprano. Albert Casals, tenor. Orquesta Sinf¨®nica y Coro del Gran Teatre del Liceo. V¨ªctor Pablo P¨¦rez, direcci¨®n musical. Christof Loy, direcci¨®n esc¨¦nica. Producci¨®n Bayerische Staatsoper. Teatro del Liceo, Barcelona, 18 de mayo.
Loy no consigue rescatar Il turco de su desequilibrio dram¨¢tico cong¨¦nito, pero logra, que no es poco, que la obra resulte divertida, se entienda ¡ªhasta donde se puede entender un vodevil alocado¡ª y no siga su deriva natural hacia la astracanada. De un modo ins¨®lito y divertido mueve a los personajes al ritmo de la m¨²sica y rellena la acci¨®n con algunos gags muy buenos en las entradas en escena del coro y de Selim y otros menos inspirados al organizar, por ejemplo, un d¨²o entre bajos como un combate de boxeo. El distanciamiento brechtiano del final, con el coro vestido de tramoyistas del Liceo para que la moralina no resulte tan bochornosa, s¨®lo funciona a medias.
Musicalmente Il turco fue servido a gran nivel por un equipo de compacto de cantantes que se hab¨ªan preparado a fondo y una excelente direcci¨®n musical fluida, experta, h¨¢bil en el equilibrio entre voces y foso de V¨ªctor Pablo P¨¦rez.
Nino Machaidze cant¨® el papel central de Fiorilla, la esposa pizpireta, con poderosa proyecci¨®n y voz bella, exactitud y aplomo y cosech¨® el mayor ¨¦xito en un papel vocalmente muy exigente. Rossini no le ofreci¨® al otro papel femenino, el de la sufrida Zaida, mucho lucimiento vocal, pero Marisa Martins le extrajo todo el que ten¨ªa y hasta un poco m¨¢s. Ildebrando D¡¯Arcangelo fue un Selim, el turco del t¨ªtulo, rotundo, pleno, entregado. Renato Girolami empez¨® bien y acab¨® muy bien en el papel de Don Geronio, el marido mentecato y Pietro Spagnoli defendi¨® tambi¨¦n a muy buen nivel el papel del apaleado poeta. El tenor David Alegret pas¨® alg¨²n apuro en la zona alta de la inclemente tesitura del personaje de Narciso y le falt¨® un poco m¨¢s de proyecci¨®n y de presencia vocal, que no esc¨¦nica. El coro, con gran protagonismo dram¨¢tico en este montaje, parec¨ªa pas¨¢rselo en grande.
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