Sexualidad y represi¨®n
El trabajo teatral de Calixto Bieito es excelso tanto en el terreno intelectual como en el pl¨¢stico y sensorial
Por mucho que est¨¦ cantada en ingl¨¦s, la ¨®pera Pepita Jim¨¦nez desprende sabor espa?ol por todos los poros, tanto desde la m¨²sica, como desde el libreto del bar¨®n Francis Money-Coutts basado en la novela hom¨®nima del escritor y diplom¨¢tico cordob¨¦s (de Cabra, exactamente) Juan Valera.
PEPITA JIM?NEZ
De Isaac Alb¨¦niz. Con Nicola Beller, Gustavo Pe?a y Marina Rodr¨ªguez-Cus¨ª, entre otros. Director musical: Jos¨¦ Ram¨®n Encinar. Director de escena: Calixto Bieito. Coproducci¨®n con el Teatro Argentino de La Plata. Teatros del Canal, 19 de mayo.
Subrayan esta dimensi¨®n espa?ola tanto el director musical Jos¨¦ Ram¨®n Encinar, que realiza una lectura tr¨¢gica de enorme precisi¨®n estructural y energ¨ªa dram¨¢tica, como el director de escena Calixto Bieito y su equipo, al plantear una acci¨®n aleg¨®rica en un original universo de armarios, donde cada escena es un juego de luces y sombras, de deseos y represiones, de anhelos de libertad y atm¨®sferas opresivas.
El excelente trabajo teatral se apoya en una escenograf¨ªa tan enigm¨¢tica como evocadora de un pa¨ªs y sus circunstancias. La m¨²sica subraya continuamente las ra¨ªces espa?olas, mientras la escena establece juegos de sugerencias con los ecos de la tragedia asom¨¢ndose continuamente al particular desarrollo de nuestra historia.
En el fondo, y de rebote, este espect¨¢culo reivindica con convicci¨®n la ¨®pera espa?ola desde varios frentes. El musical, en primer lugar, gracias al talento de Alb¨¦niz, y a la entrega de un reparto de cantantes-actores que bordan sus cometidos con tanta pasi¨®n como contenci¨®n. En particular Beller Carbone, Pe?a y Rodr¨ªguez Cus¨ª est¨¢n impecables. En segundo lugar el trabajo teatral de Calixto Bieito es excelso tanto en el terreno intelectual como en el pl¨¢stico y sensorial. Provoca un clima po¨¦tico nada convencional en la convivencia entre el fondo y la forma.
Se implica en el retrato desolador de un pa¨ªs y lo hace con gran rigor esc¨¦nico, sin provocaciones innecesarias ni excesos que a veces dispersan el sentido profundo de las intenciones. En tercer lugar, y una vez comentado el estilo, es admirable la idea de la colaboraci¨®n para este montaje de un teatro espa?ol y otro argentino. Jorge Culla y Marcelo Lombardero han estado tan intuitivos como certeros al unir sus fuerzas. Y as¨ª, con la combinaci¨®n de todos estos factores, la representaci¨®n desemboca en un espect¨¢culo oper¨ªstico tan imaginativo como estimulante.
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