Tierra de nadie, tierra de todos

La Academie du Jazz de France, la m¨¢s antigua y prestigiosa del viejo continente (Jean Cocteau entre sus fundadores), acaba de proclamar a Jorge Pardo como el mejor m¨²sico de jazz europeo.

Es estupendo que m¨¢s all¨¢ de los Pirineos empiecen a darse cuenta de algo que por aqu¨ª, como bien dijo el presentador del concierto del pasado viernes, hace ya mucho que sab¨ªamos. Si lo que hace Jorge Pardo es jazz (los puristas hace tiempo que afilaron sus armas) no hay ninguna duda de que es el m¨²sico m¨¢s creativo que corre por nuestros escenarios. Y si lo que hace es flamenco (los puristas de ese bando ya se desga?itaron en su momento y ahora, ya sin voz, han dejado de gritar) tambi¨¦n. Lo suyo es sentimiento en estado puro y puede partir del flamenco o del jazz o de cualquier otra cosa para convertirse en un estremecimiento del que no te escapas aunque quisieras.

El viernes lo demostr¨® una vez m¨¢s en Jamboree. Una actuaci¨®n que fue un verdadero acontecimiento. Primero por lo infrecuentes que son sus visitas, en cosas de jazz la distancia que separa Madrid de Barcelona es pr¨¢cticamente insalvable y ver a Pardo por aqu¨ª es un acontecimiento. Y, segundo, porque el concierto lo fue, un acontecimiento musical de esos que deber¨ªan obligatoriamente repetirse m¨¢s a menudo. Pardo lleg¨® con su ¨²ltimo cuarteto regular con un par de pesos pesados del flamenco m¨¢s abierto (el guitarrista Josemi Carmona y el percusionista Bandolero) y el contrabajista Pablo Mart¨ªn (una sorpresa). Como Pardo es muy querido en Barcelona pronto empezaron a aparecer los amigos que se sumaron a lo que m¨¢s que un concierto fue una fiesta.