?ltimo concierto de Zacharias como artista residente del Festival Mozart

Christian Zacharias ha culminado su ciclo de cuatro conciertos como artista residente en el Festival Mozart con un concierto en el Palacio de la ?pera de A Coru?a en el que ha actuado como pianista y director sobre el podio de la Orquesta Sinf¨®nica de Galicia. La Sinfon¨ªa n? 83, ¡°La gallina¡±, de Joseph Haydn y la Sinfonietta de Francis Poulenc iniciaron la primera y segunda parte; el Concierto para piano n? 23, y la obertura de Las bodas de F¨ªgaro, de Mozart, las cerraron.

La sinfon¨ªa de Haydn se desarroll¨® con m¨¢s de una imprecisi¨®n en las entradas por la curiosa t¨¦cnica como director de Zacharias, pero dentro de un concepto musical de total adecuaci¨®n estil¨ªstica, con los contrastes din¨¢micos algo naifs, las sorpresas y esa especie de refinado efectismo tan propios de Haydn, incluida la eficacia conclusiva de sus Finali. Refinado sonido de la OSG y preciosos solos en la flauta de M? Jos¨¦ Ortu?o. La gran categor¨ªa pian¨ªstica de Zacharias volvi¨® a deleitar al p¨²blico - demasiado escaso otra vez pese a la buena programaci¨®n de esta edici¨®n del festival- en uno de los m¨¢s bellos conciertos mozartianos para piano. Ligereza de tempi y hondura de sentimientos caracterizaron su versi¨®n, con un adecuad¨ªsimo acompa?amiento de la OSG, en el que se dej¨® sentir la energ¨ªa de su concertino, Massimo Spadano.

La Sinfonietta de Poulenc se caracteriz¨® por el buen empaste de sonido en la Sinf¨®nica y sutiles cambios de clima sonoro. Fue de destacar la serena belleza del Andante cantabile, con alg¨²n solo de trompa de Miguel ?ngel Garza lleno de precisi¨®n, bellisimo sonido y una gran emotividad, multiplicada sin duda por el hecho de ser su ¨²ltimo concierto con la Orquesta Sinf¨®nica de Galicia, en la que se a?orar¨¢ su calidez humana y su gran calidad musical. Otro grande que se va. Y van¡­ La vitalidad dram¨¢tica de la obertura de Las bodas de F¨ªgaro -algo como una propina programada y conocida de antemano- result¨® as¨ª, en su vitalidad dram¨¢tica, una especie de homenaje a todos los presentes y calurosa despedida de los ausentes o cercanos a ausentarse.