El rastro centenario del samur¨¢i de Coria

La embajada Keich? es una ex¨®tica historia. Tan ex¨®tica como un samur¨¢i en la Sevilla del Siglo de Oro o como un franciscano ¡ªambicioso y de acaudalada cuna sevillana¡ª de misiones en la ciudad japonesa de Sendai durante la ¨¦poca Namban (entre 1543 y 1639). Estos dos personajes, el samur¨¢i Hasekura Tsunenaga y fray Luis Sotelo, se unieron en un hist¨®rico viaje de ida y vuelta del que este a?o se cumplen cuatro siglos. El pr¨ªncipe heredero de Jap¨®n, Naruhito, visitar¨¢ esta semana Espa?a para rememorar los 400 a?os de aquella expedici¨®n.

Tambi¨¦n acudir¨¢ a Sevilla, donde todav¨ªa queda un rastro de aquella aventura que arranc¨® el 28 de octubre de 1613: unos 600 vecinos de Coria del R¨ªo se apellidan Jap¨®n y algunos historiadores los identifican como los descendientes de aquel grupo de aventureros asi¨¢ticos del siglo XVII.

"El viaje fue la primera expedici¨®n diplom¨¢tica de Jap¨®n a Espa?a", recuerda Fernando Garc¨ªa Guti¨¦rrez, un jesuita que durante 15 a?os ha dado clases de Historia del Arte en la Universidad Sophia, en Tokio. El se?or feudal de Sendai, una ciudad del norte de Jap¨®n, fue el que encarg¨® a su "fiel samur¨¢i" Hasekura que cruzara el mundo en barco, explica Yayoi Kawamura, profesora de la Universidad de Oviedo y miembro de la Asociaci¨®n de Estudios Japoneses en Espa?a. El noble Date Masamune quer¨ªa que Felipe III le abriera las puertas de su poderoso imperio para poder comerciar con Nueva Espa?a. Y lo mejor era tratar el asunto cara a cara. Pero no solo hab¨ªa razones econ¨®micas tras la embajada. "Fue un cruce de muchos intereses", a?ade Yayoi Kawamura.

Entre esos intereses estaban los del franciscano Luis Sotelo. Jap¨®n era un goloso trofeo para las misiones cat¨®licas. Los jesuitas, que llegaron al pa¨ªs a mediados del siglo XVI de la mano de los portugueses, hab¨ªan tomado la delantera en el sur del archipi¨¦lago. El fraile franciscano, que se hab¨ªa instalado en Jap¨®n, quer¨ªa crear una nueva di¨®cesis en el norte del pa¨ªs. ?l ser¨ªa obispo. Pero necesitaba el apoyo del Papa. Por eso se uni¨® a la expedici¨®n, que tambi¨¦n incluy¨® una visita a Roma. "Jesuitas y franciscanos eran rivales, adversarios en la actividad misionera", apunta Yayoi Kawamura. Esta profesora es la encargada de rastrear los vestigios en el arte de aquel viaje. Es la comisaria de la exposici¨®n Lacas Namban. Huellas de Jap¨®n en Espa?a, que se ha instalado en el Museo Nacional de Artes Decorativas, en Madrid. El pr¨ªncipe Naruhito inaugurar¨¢ la muestra la semana que viene.

La relaci¨®n entre los dos pa¨ªses qued¨® impregnada en los ba¨²les, cajas y diversos objetos decorados con la t¨¦cnica de las lacas que desde Jap¨®n se enviaron a la Corona y nobles espa?oles. Esos objetos, que en muchos casos acabaron en monasterios en iglesias convertidos en relicarios, son los que se expondr¨¢n en Madrid hasta el 29 de septiembre.

Hasekura y Sotelo arribaron en Sanl¨²car de Barrameda (C¨¢diz) en octubre de 1614 tras un a?o de viaje por la ruta espa?ola, la que inclu¨ªa el paso por Am¨¦rica. "Hasekura fue el primer japon¨¦s en atravesar el Pac¨ªfico", indica Yayoi Kawamura. Hasta entonces, los contados japoneses que hab¨ªan llegado hasta Europa lo hab¨ªan hecho por la ruta portuguesa, es decir, por el Atl¨¢ntico y el ?ndico.

Los expedicionarios remontaron el Guadalquivir y llegaron a uno de los puertos m¨¢s importantes de la ¨¦poca, el de Sevilla. El Ayuntamiento recibi¨® al samur¨¢i y su s¨¦quito con honores. "Tuvo que ser fant¨¢stico verlos llegar", apunta Manuel Ravina, director del Archivo de Indias de la capital andaluza. ?l y su equipo han sido los encargados de rastrear la huella documental de la expedici¨®n. Est¨¢ previsto que el heredero nip¨®n tambi¨¦n inaugure la pr¨®xima semana la exposici¨®n De Jap¨®n a Roma en busca del sol de la cristiandad en el Archivo de Indias. Es una recopilaci¨®n de documentaci¨®n hist¨®rica sobre la embajada Keich?. Lo del "sol de la cristiandad", afirma Ravina, sale de una carta del fraile Sotelo sobre el viaje.

La expedici¨®n llevaba cartas escritas en japon¨¦s del se?or feudal de Sendai para exponer sus pretensiones en Occidente. "Tambi¨¦n un mensaje para el alcalde de Sevilla en el que le contaba que quer¨ªa entablar una relaci¨®n comercial y ped¨ªa que los navegantes espa?oles les explicaran las rutas", detalla el jesuita e investigador Fernando Garc¨ªa Guti¨¦rrez. "Hemos sabido que en esa Rep¨²blica se juntan muchos nav¨ªos de todo el mundo, y por esa causa existen en ella muchos pilotos y otras personas muy diestras en la navegaci¨®n. Usted mande juntarlos, y averiguar con ellos si es posible navegar derechamente desde el Jap¨®n a esa ciudad; por qu¨¦ derrotas y en qu¨¦ partes o puertos se puede llegar; envi¨¢ndonos raz¨®n de todo, para que siendo posible, nuestros nav¨ªos naveguen esa carrera todos los a?os", dice la carta dirigida al Cabildo sevillano. Algunas de estas misivas de presentaci¨®n, que tambi¨¦n iban dirigidas al rey Felipe III, se expondr¨¢n en la muestra a partir de la pr¨®xima semana. El Archivo General de Simancas, que guarda la documentaci¨®n relacionada con la monarqu¨ªa espa?ola de esa ¨¦poca, tambi¨¦n ceder¨¢ parte de sus fondos para la exposici¨®n.

El encuentro con el rey Felipe III se produjo en enero de 1615. "La delegaci¨®n formaba parte de un programa de recuperaci¨®n de Sendai", apunta Satoru Satoh, actual embajador de Jap¨®n en Espa?a y a quien se le podr¨ªa considerar algo as¨ª como el heredero del samur¨¢i Hasekura. Sendai y el norte del pa¨ªs necesitaban a comienzos del siglo XVII recuperarse del terremoto que en 1611 asol¨® la zona. Y formar parte de la ruta espa?ola de comercio era clave, seg¨²n Satoru Satoh.

Tras la audiencia con el monarca, la embajada puso rumbo a Italia para cumplir con el segundo objetivo, el religioso. En noviembre de 1615, el papa Pablo V les recibi¨®, pero, como en el caso de Felipe III, los viajeros no lograron una respuesta definitiva a sus demandas. Hasekura y Sotelo decidieron regresar a Sevilla.

Pero, mientras recorr¨ªan Europa, cambiaron muchas cosas. "Justo cuando estaban en plena embajada, el Gobierno japon¨¦s decret¨® la prohibici¨®n del cristianismo", detalla Elena Barl¨¦s, profesora de la Universidad de Zaragoza. Incluso se ejecut¨® a algunos cat¨®licos durante esta etapa. Las noticias ya viajaban entonces deprisa. Llegaron a Madrid y Roma y truncaron las aspiraciones de la embajada Keich?.

Sin haber cumplido sus objetivos, Hasekura decidi¨® volver con sus hombres a Jap¨®n en julio de 1617. Pero el historiador V¨ªctor Valencia Jap¨®n, natural de Coria del R¨ªo, ha localizado en la documentaci¨®n de la ¨¦poca un desfase entre el n¨²mero de japoneses que llegaron a Espa?a y el de los que partieron hacia su pa¨ªs tres a?os despu¨¦s. "Evidentemente los n¨²meros no concuerdan, por lo que debemos suponer que algunos de ellos murieron o tal vez se quedaron", indica Valencia Jap¨®n en un art¨ªculo sobre la relaci¨®n de la embajada con Coria del R¨ªo, donde se sabe que los expedicionarios estuvieron alojados un tiempo. "Todav¨ªa en 1622 permanec¨ªa en Espa?a uno de los miembros de la embajada", a?ade este investigador. Y, precisamente, es a comienzos del siglo XVII cuando aparecen las primeras referencias al apellido Jap¨®n en los archivos de Coria del R¨ªo. La m¨¢s antigua que ha encontrado este historiador est¨¢ en un testamento de 1642. Se supone que a los descendientes de aquellos expedicionarios se les puso el apellido Jap¨®n.

Las dudas sobre el origen de este nombre podr¨ªan despejarse completamente si finalmente se lleva a cabo el proyecto de Toshimichi Yamamoto, de la Universidad de Nagoya. Este investigador pretende cruzar el ADN de los corianos que se apellidan as¨ª con el de los vecinos de Sendai para buscar las coincidencias. No se conoce a¨²n cu¨¢ndo comenzar¨¢ a recoger las muestras sobre esta huella gen¨¦tica de la embajada Keich?. Pero est¨¢ previsto que el pr¨ªncipe heredero se re¨²na el viernes en Coria del R¨ªo con varios vecinos japones, algo que Naruhito ya hizo en 1992 en otra visita a Sevilla.

La m¨¢s joven de los japones de Coria se llama Carmen. Naci¨® el 10 de marzo de este a?o y es la hija de Juan Francisco Jap¨®n Carvajal, presidente desde 2005 de la Asociaci¨®n Hispano-Japonesa Hasekura Tsunenaga. Esta asociaci¨®n naci¨® cuando comenzaron en los a?os ochenta las relaciones entre Sendai y Sevilla. "Ahora vienen muchos turistas japoneses", sostiene Jap¨®n Carvajal, quien tambi¨¦n participar¨¢ en el encuentro con el pr¨ªncipe heredero de la pr¨®xima semana.

Pero, ?qu¨¦ ocurri¨® con Hasekura y Sotelo? El samur¨¢i lleg¨® a Jap¨®n en 1620 y, dos a?os despu¨¦s, falleci¨®. Sotelo tambi¨¦n decidi¨® regresar disfrazado de comerciante. Ya se hab¨ªa decretado el veto a la religi¨®n cat¨®lica, pero el fraile se arriesg¨® a volver. Al franciscano lo quemaron vivo en Omura en 1624 (dos siglos despu¨¦s fue beatificado). Mientras, Jap¨®n fue virando hacia el aislacionismo. A partir de 1640 estuvo vigente la pol¨ªtica sakoku, que imped¨ªa a los extranjeros entrar en el pa¨ªs y acarre¨® la expulsi¨®n de los occidentales. El cerrojo no se abri¨® hasta bien entrado el siglo XIX.

¡°Los turistas se alojaban en mi casa¡±

Parece que siempre hubo clases en el Consejo de Gobierno de la Junta de Andaluc¨ªa. Algunas consejer¨ªas son menos importantes que otras. La Junta hab¨ªa organizado en 1992 una cena para el pr¨ªncipe heredero de Jap¨®n, Naruhito. All¨ª estar¨ªan varios consejeros del Gobierno de Manuel Chaves. Pero no el de Cultura. Juan Manuel Su¨¢rez Jap¨®n (Coria del R¨ªo, 1945) cuenta que no le incluyeron en la lista.

Pero el d¨ªa de antes de la cena, Naruhito ofreci¨® una recepci¨®n a la que se invit¨® a varios cientos de vecinos de Coria apellidados Jap¨®n. El hoy rector de la Universidad Internacional de Andaluc¨ªa tambi¨¦n se acerc¨®. ¡°Fui con mi familia como uno m¨¢s, no como consejero¡±. El pr¨ªncipe Naruhito agradeci¨® en su discurso la presencia de los japones de Coria, a los que denomin¨® ¡°herederos¡± de la embajada de Hasekura de 1613. A un asesor de la Junta que asist¨ªa al acto se le encendi¨® la bombilla. ¡°Empez¨® a llamarme a casa para avisarme sin saber que yo estaba all¨ª. Ahora quer¨ªan que fuera a la cena del d¨ªa siguiente¡±. Veinte a?os despu¨¦s, Su¨¢rez Jap¨®n volver¨¢ a encontrarse con el heredero nip¨®n en la visita que har¨¢ el pr¨ªncipe a Coria esta semana.

An¨¦cdotas como esta est¨¢n en el libro que Su¨¢rez Jap¨®n est¨¢ preparando. El ep¨ªlogo ser¨¢ la visita del heredero. ¡°Lo que cuento en el libro es la historia de los japones en su relaci¨®n con los japoneses¡±. Esa relaci¨®n se empieza a fraguar en los a?os ochenta. Hasta ese momento, los corianos como ¨¦l desconoc¨ªan que el origen de su apellido pod¨ªa estar ligado a aquel viaje del samur¨¢i Hasekura. Tampoco en Sendai ¡ªde donde parti¨® la expedici¨®n¡ª conoc¨ªan los v¨ªnculos. En la parte espa?ola, Virginio Carvajal Jap¨®n fue el encargado de rastrear en la historia. Y descubri¨® que Hasekura y sus hombres hab¨ªan recalado en Coria. En el otro lado, la figura clave fue el hispanista Eikichi Hayashiya, entonces embajador en Espa?a. En una visita a Sevilla descubri¨® la enorme cantidad de personas apellidadas Jap¨®n que hab¨ªa en Coria.

¡°Ellos descubrieron a los japones y nosotros el viaje de Hasekura¡±, apunta el hoy rector. Comenz¨® entonces el contacto entre Sendai y Coria. ¡°Los turistas japoneses se han alojado en mi casa¡±, recuerda Su¨¢rez Jap¨®n. En 1993 se fund¨® la Asociaci¨®n Hispano Japonesa Hasekura. ¡°Los estatutos los preparamos en el sal¨®n de casa mi primo Virginio, dos abogados y yo¡±.

Respecto al origen del apellido, Su¨¢rez Jap¨®n dice tener ¡°la convicci¨®n¡± de que hay una relaci¨®n directa con el viaje de Hasekura. ¡°Tenemos todos los indicios pero hace falta la prueba definitiva. ?Ser¨¢ la prueba de ADN? Pues no lo s¨¦¡±. Lo que s¨ª sabe el rector es que su hija Mar¨ªa del Carmen y su nieta Julia nacieron con la mancha mong¨®lica en la espalda. Esta alteraci¨®n del color de la piel, que desaparece al poco tiempo, es muy habitual en los reci¨¦n nacidos asi¨¢ticos.