Un lugar para segundas oportunidades

Aquella ma?ana, Marina S¨¢nchez-Camacho baj¨® la cuesta con una sonrisa de oreja a oreja. La falta de costumbre. Su hijo Jes¨²s solo le daba disgustos con los estudios. Peregrin¨® por varios colegios sin que viera la forma de encauzarlo. Hasta que entr¨® en uno de los centros de los Salesianos, situado en Carabanchel. El profesor de soldadura, LuisJa Rinc¨®n, la recibi¨® aquel d¨ªa y le dijo algo que le son¨® a m¨²sica para sus o¨ªdos: ¡°Su hijo vale un mont¨®n, no nos vamos a dar por vencidos hasta que ¨¦l se lo crea¡±.

¡°Y lo convencieron¡±, dice la mujer en una ma?ana de junio, con el centro cat¨®lico concertado a pleno rendimiento. ¡°Mire hasta d¨®nde ha llegado, aqu¨ª le dieron su segunda oportunidad¡±, presume. Su hijo Jes¨²s Rocano, que estuvo a punto de tirar la toalla varias veces, se plantea ahora hacer una carrera tras cursar Formaci¨®n Profesional. Va a clases de ingl¨¦s y se prepara para dos meses de pr¨¢cticas en Alemania, donde le espera su padre, que ha terminado all¨ª colocando molinos de viento despu¨¦s de dos a?os en el paro. Tiene otra hermana en FP. La madre, que trabaja de limpiadora, est¨¢ de baja por problemas en la espalda. Son una familia t¨ªpica de Carabanchel, entre los distritos m¨¢s populosos y castigados por el desempleo en la capital y cuarto por la cola en renta per c¨¢pita (18.273 euros, seg¨²n los ¨²ltimos datos municipales disponibles). Pagaron a duras penas los estudios de los ni?os.

¡°Sin este lugar, no habr¨ªa tenido las oportunidades que ahora se quieren cargar¡±, protesta el joven, de 21 a?os, en una de las salas del centro. ¡°Son buenos chicos¡±, a?ade LuisJa Rinc¨®n, el profesor que arranc¨® una sonrisa a su madre cuando ya lo daba todo por perdido, el hombre que es capaz de salir a la calle y arrastrar de la oreja a los alumnos descarrilados. En su juventud, fue estudiante salesiano, ¡°peor¡± que los que ahora intenta enderezar. ¡°Yo he estado expulsado meses, ahora soy un educador del taller que intenta llevarles por el buen camino¡±, se define.

De los 1.800 estudiantes de los Salesianos de Carabanchel, que tiene cuatro centros m¨¢s en la regi¨®n, 280 cursan Formaci¨®n Profesional subvencionada. Pagan un m¨ªnimo de 36 euros (hasta 89 con la cuota que a?ade el centro en algunos casos). El curso que viene todo ser¨¢ m¨¢s caro.

La Comunidad de Madrid ha retirado 26 millones de euros de concierto para 58 centros de FP de Grado Superior. Es una decisi¨®n in¨¦dita en Espa?a que rechazan patronales y sindicatos, movilizados para intentar conseguir una moratoria y porque temen que el giro en Grado Superior se convierta en la avanzadilla, una ¡°prueba piloto¡± para eliminar conciertos en otras etapas no obligatorias.

En los Salesianos, los alumnos pasar¨¢n de pagar 36 o 89 euros a ¡°hasta 350¡± al mes, seg¨²n los c¨¢lculos del centro. Educaci¨®n destinar¨¢ hasta 22 millones a cheques escolares, cuyos requisitos est¨¢n recogidos en el borrador de un decreto que fue rechazado el jueves por el Consejo Escolar de Madrid y que incluye varias restricciones. La ayuda m¨¢s alta, 290 euros, queda para situaciones econ¨®micas muy estrechas. En una familia como la de Jes¨²s, por ejemplo, supondr¨ªa una renta neta de 22.360 euros (los ingresos de todos menos lo que pagan de Impuesto sobre la Renta).

No podr¨¢n optar quienes provengan de centros de fuera de Madrid o aquellos con m¨¢s de 23 a?os (aunque Educaci¨®n se?ala que, si quedan fondos, se distribuir¨¢n entre los mayores). Eso dejar¨ªa fuera a cerca del 40% del alumnado de Carabanchel.

¡°No sabemos cu¨¢ntos podr¨¢n pagar los nuevos precios¡±, explica Jorge Pablo D¨ªaz, director pedag¨®gico de FP en los Salesianos. A¨²n est¨¢n haciendo n¨²meros con tres escenarios. Si triunfa el ¡°pesimista¡± ¡ªel peor de los tres que significar¨ªan que los alumnos se vayan a una FP p¨²blica ya saturada y que no cubran las plazas en ninguno de sus cinco ciclos ¡ª, tendr¨ªan que despedir a nueve profesores de los 26 de Formaci¨®n Profesional que, hasta en el mejor de los casos, ver¨¢n mermados sus salarios al perder un complemento regional. ¡°Ser¨ªa un drama¡±, admite D¨ªaz.

¡°Aqu¨ª viene la gente m¨¢s desfavorecida, no lo podr¨¢n pagar¡±. Junto las m¨¢quinas llenas de cables donde los chavales hacen pruebas, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Puma (el mote es por compartir nombre y apellidos con el cantante) hace su evaluaci¨®n despu¨¦s de toda una vida ligada a los Salesianos. Entr¨® como alumno con 11 a?os y sigue como profesor con 43. Alude a los mayores, los que vienen despu¨¦s de quedarse colgados en la construcci¨®n, quienes viven de alquiler, los que ya tienen hijos, la decena de estudiantes que est¨¢n becados por el propio centro... ¡°Todos esos corren el riesgo de quedarse fuera¡±.

¡°Con esas tasas no podr¨¦ seguir estudiando, un curso vale m¨¢s que una carrera universitaria¡±. Carlos Villareal, elegante como un pincel, tambi¨¦n se redimi¨® en Salesianos, donde espera entrar el curso que viene en FP de Grado Superior. Tras a?os en los que un trabajador social iba a buscarlo a casa para arrastrarlo al cole ¡ª ¡°la mitad de los d¨ªas no le abr¨ªa¡±, confiesa¡ª accedi¨® a un aula de compensaci¨®n educativa de electricidad. ¡°Los profesores se implicaron mucho¡±, recuerda. Trabaj¨® de vendimiador en verano y de camarero en invierno para poder pagar los cursos, porque sus padres, inmigrantes de Ecuador, est¨¢n en paro. A veces se quedaba dormido de puro cansancio, pero ya no faltaba a clase. Le cogi¨® el gusto incluso a las asignaturas m¨¢s dif¨ªciles, esas en las que le fueron introduciendo ¡°como met¨ªa mam¨¢ la cebolla en la comida, licuadita y en sopa¡±.