Pellisa deja la alcald¨ªa de Rasquera y entierra el plan de la marihuana

Bernat Pellisa deja la alcald¨ªa de Rasquera, la poblaci¨®n de la Ribera d¡¯Ebre que dio la vuelta al mundo el a?o pasado al anunciar el edil un controvertido plan anticrisis: ceder terrenos para plantar cannabis y abastecer as¨ª a un club de fumadores de hach¨ªs de Barcelona. Pellisa dimitir¨¢ hoy, cuando cumple una d¨¦cada al frente del municipio. ¡°Este paso representa para m¨ª un precipicio que tengo que saltar, necesito desintoxicarme¡±, explicaba ayer emocionado el alcalde, que se dio de baja de ERC cuando el proyecto de cultivar marihuana empez¨® a sacudir el devenir diario del peque?o municipio de 960 habitantes. Con su dimisi¨®n, se?ala Pellisa, su sue?o de cultivar marihuana quedar¨¢ enterrado. Ayer admiti¨® que la plantaci¨®n es ¡°inviable¡± por las decisiones judiciales y por la falta de apoyo vecinal. Seguir¨¢ como edil, aunque sin cartera.

Pellisa, que cumplir¨¢ 40 a?os y es padre de dos hijas, recuerda que antes de ser alcalde limpi¨® cristales, fue cartero, taxista o sanitario de ambulancia. ¡°Nadie podr¨¢ decir que he malgastado dinero p¨²blico, porque no cobro nada del Ayuntamiento, llevo dos a?os en el paro, que por cierto se me acaba el 7 de julio¡±, desvela. Aunque sus opositores le achacan que deje el Consistorio endeudado con 1,5 millones de euros.

Pellisa gest¨® personalmente la aventura de cultivar marihuana convirtiendo el plan en bandera de sus ideales pol¨ªticos. ¡°Ha sido una declaraci¨®n de guerra, de reivindicar mi personalidad, de ir contracorriente¡±, esgrime. La iniciativa dividi¨® al pueblo, donde el alcalde es visto por unos como un ¡°visionario con ideas ingeniosas para salir de la crisis¡± y por sus detractores como un lun¨¢tico que ha roto la apacible tranquilidad vecinal y con un notable af¨¢n de protagonismo. Sin embargo, ¨¦l se muestra firme a sus convicciones. ¡°No s¨¦ si son visiones ut¨®picas, he intentado ser fiel a mis ideales, creo que he sido valiente¡±, cuenta el alcalde, que deja el cargo porque se comprometi¨® a ello si no alcanzaba el 75% de los apoyos en el refer¨¦ndum sobre la plantaci¨®n de cannabis celebrado el a?o pasado y que acab¨® obteniendo un 57% de votos favorables.

En algunas ocasiones, Pellisa es visto como un enfant terrible, pero todos sus allegados destacan la obstinaci¨®n con la que defiende sus ideales. La personalidad del edil se fragu¨® mucho antes de impulsar la plantaci¨®n de marihuana: Pellisa accedi¨® a la presidencia del Consejo Comarcal de la Ribera d¡¯Ebre y en 2010 se encerr¨® en las dependencias del organismo para rechazar la energ¨ªa nuclear. Era su manera de protestar por la posible construcci¨®n de un cementerio nuclear en Asc¨®.

Como entonces, sigue cargando contra los ¡°residuos de la convergencia caciquil¡± en las tierras del Ebro por su ¡°dependencia de las compa?¨ªas el¨¦ctricas¡±. Adem¨¢s, a lo largo de este ¨²ltimo a?o conforme le llov¨ªan las cr¨ªticas y las presiones, ha ido mostr¨¢ndose de cada vez m¨¢s duro con los partidos pol¨ªticos, articulando un discurso antisistema. ¡°Si los partidos no reaccionan, la sociedad civil les pasar¨¢ por encima, es imparable¡±, ha asegurado en numerosas ocasiones. Tambi¨¦n en esta visi¨®n del oficio que desempe?a se halla una de las causas por las que, agotado, ha decidido claudicar.

En un futuro planea aplicar su programa pol¨ªtico a la vida profesional y sopesa dedicarse a los productos agroalimentarios o involucrarse en proyectos tur¨ªsticos de las tierras del Ebro.