El barroco fuera del Barroco
Una exposici¨®n busca las conexiones entre las obras del siglo XVII y el arte contempor¨¢neo
En la exposici¨®n Barroco exuberante se ven las obras de los pintores del siglo XVII de tem¨¢tica religiosa junto a fotograf¨ªas en las que aparece desnuda la actriz Charlotte Rampling, las vanitas de los maestros antiguos frente a los retratos firmados por Cindy? Sherman. Les separan cuatro siglos pero en su convivencia temporal animan al espectador a mirar el arte barroco desde el presente y a descubrir conexiones. Su comisaria, Bice Curiger, propone conectar las dos ¨¦pocas por sus "muestras de vitalidad". El Museo Guggenheim Bilbao inaugura este viernes Barroco exuberante, De Cattelan a Zurbar¨¢n. Manifiestos de la precariedad vital.?
A Curiger, conservadora de arte contempor¨¢neo en la Kunsthaus Z¨²rich? la introducci¨®n de obras de arte contempor¨¢neo en las salas de exposici¨®n de los maestros antiguos, salpicadas en el recorrido, como tantas veces se ha visto, le parece poner el "acento fr¨ªvolo" en el discurso de una colecci¨®n. Por eso anima a romper los tab¨²es del arte moderno y las convenciones en su presentaci¨®n para buscar el punto de encuentro entre los artistas barrocos y los contempor¨¢neos sin atender a la cronolog¨ªa y olvidando los estilos.
"El siglo XVII fue una ¨¦poca de extremos, con una gran vitalidad? y una presencia constante de la muerte y la guerra", recuerda. "Una fiesta de la exuberancia y una existencia incierta". Esa "vitalidad precaria", defiende, conecta el arte barroco con el contempor¨¢neo. La exposici¨®n se ha ordenado en grandes bloques tem¨¢ticos.
El siglo XVII fue una ¨¦poca de extremos. Una fiesta de la exuberancia y una existencia incierta", dice la comisaria
Las escenas llenas de tentaciones sensuales, banquetes y bodegones abren el recorrido en contraste con cuadros que con la misma contundencia muestran la inmundicia y la miseria de la ¨¦poca barroca. Es la sala de Bodeg¨®n con cerdo, de Jos¨¦ de Ribera, y Dos campesinos peleando junto a un barril, de Adriaen Brouwer, junto a la escultura de silicona rosa de Paul McCarthy que representa una cerdita y las fotograf¨ªas realizadas por Boris Mikhailov en ¨¢reas marginales de las ciudades rusas de la ¨¦poca postsovi¨¦tica.
La exposici¨®n tambi¨¦n se acerca a la forma en que los pintores del XVII y los contempor¨¢neos han abordado el tema de la mitolog¨ªa, la exaltaci¨®n de la virilidad y las escenas grotestas, y se detienen en las vanitas, tan frecuentes en la iconograf¨ªa barroca. Su contrapunto contempor¨¢neo llega, entre otras obras, con una instalaci¨®n de la artista Diana Thater, que a trav¨¦s del v¨ªdeo hablar de la cat¨¢strofe nuclear de Chern¨®bil.
Caravaggio y a t¨¦cnica del claroscuro cambi¨® el rumbo del arte del siglo XVII en Europa. Su influencia destaca en obras como San Sebasti¨¢n curado por las santas mujeres, de Ribera, propiedad del Museo de Bellas Artes de Bilbao. Para plasmar el uso de la iluminaci¨®n en el arte contempor¨¢neo, en un juego de paralelismos con el claroscuro, aparece la pintura Carnaval, de Glenn Brown, en la que una potente luz azul intensifica el dramatismo de una gigantesca cabeza de caballo.
El visitante se encontrar¨¢ las obras antiguas colgadas sobre la pared cubierta de tela de yute y las contempor¨¢neas sobre el blanco habitual en las salas de exposiciones. Se trata, dice la comisaria, de romper la convenci¨®n de utilizar colores oscuros como fondo del arte barroco, para mirarlo desde fuera de un contexto de la ¨¦poca barroca. Lo barroco fuera de los clich¨¦s del exceso en la ornamentaci¨®n y la profusi¨®n de dorados que se identifican con el Barroco. "Es tela de saco, un material barato", subraya.
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