Romanticismo constitucional
Se rechaza el refer¨¦ndum alegando que es antidemocr¨¢tico; Espa?a ha inventado la democracia antidem¨®crata
A veces para ver las cosas hay que mirarlas al rev¨¦s. Uno de los signos de que el proceso independentista avanza es la cantidad y disparidad de argumentos que se le oponen. Hay propuestas razonables e ideas a tener en cuenta, por supuesto, pero la mayor¨ªa se destruyen a s¨ª mismos cuando se acaban de leer. Si hubiese uno realmente bueno, ?ser¨ªan necesarios tantos y tan dispares? El Estado tiene la pelota en su tejado, posee la inmensa mayor parte del poder econ¨®mico, medi¨¢tico e institucional y ni por esas. Pinchamos el bal¨®n y se acab¨®.
Para empezar no hay debate pol¨ªtico: el Estado sabe que si admite el debate, admite la soberan¨ªa. Su negativa al refer¨¦ndum se basa en que es antidemocr¨¢tico. Espa?a ha inventado la democracia antidem¨®crata. Los argumentos econ¨®micos no han pasado del exabrupto, del boicot o de la amenaza con la expulsi¨®n del euro. Todo queda en nada cuando se observan las balanzas fiscales, un escandalazo, un aut¨¦ntico esc¨¢ndalo hasta en el mejor de los casos. O cuando se constata la diferencia de trato con los conciertos econ¨®micos de Pa¨ªs Vasco o Extremadura. No hay m¨¢s ciego que el que no quiere ver.
En lo social, el caballo de batalla ha sido la fractura de la convivencia, pero da m¨¢s miedo una r¨¦plica de Jordi Ca?as que la manifestaci¨®n de la Diada, grallas y tenoras incluidas. Las cadenas de la caverna claman contra la fractura social mientras en Burjasot se manifiesta la ultraderecha. El PP la saluda con la mano y da la que le queda libre a PSC y Plataforma por Catalu?a en L'Hospitalet para votar contra la autodeterminaci¨®n. M¨¢s que fractura, duelos y quebrantos.
Durante a?os se acus¨® al independentismo de carecer de ideas
La cultura ha salido poco y eso que los argumentos culturales podr¨ªan haber dado mucho juego. La aportaci¨®n de tesis, el despliegue de debates de futuro y esas cosas ten¨ªan su espacio, pero vista la escasez de lo publicado, no veo a la intelectualidad espa?ola por la labor. El catalanismo pactista sigue esperando que vuelvan los se?ores Lasalle, educados y liberales. Va a llegar antes Godot que Lasalle: esperan a la derecha culta y aparecen Bauz¨¢ y Rudi con leyes y decretos que nos vuelven a arrastrar a los rincones m¨¢s oscuros de la caverna. Como dec¨ªa Corleone: cuando pensaba que estaba fuera, vuelven a meterme dentro.
La ¨²ltima moda, agotados todos los cartuchos, consiste en atribuir al independentismo, al soberanismo o al catalanismo males diversos, deudas, taras e incompetencias. Te dicen que Honduras o el Chad son pa¨ªses soberanos para que veas lo mala que es la soberan¨ªa. Un d¨ªa te recuerdan la corrupci¨®n en Catalunya, otro las peque?as dimensiones de su territorio o la Lega Norte. Etc¨¦tera. Valent¨ª Puig, que debe verse y leerse poco, hablaba de friquismo. Se ve que en FAES no hay espejos.
Lo m¨¢s bizarro que he le¨ªdo es acerca del car¨¢cter rom¨¢ntico y religioso del proceso. Hombre, s¨ª, Montserrat sigue en pie y el cartel de las elecciones de CiU era un horror, pero de ah¨ª a decir que los elementos m¨ªsticos o mesi¨¢nicos animan a la gente a pedir m¨¢s soberan¨ªa, el derecho a decidir o la independencia va un buen trecho. Junqueras no se ha pintado a lo Braveheart. En cambio se ha publicado una foto tel¨²rica e impagable de Aznar disfrazado de Cid Campeador, lo que no haga este hombre... La trascendencia tiene muchas formas y algunas de ellas tienen que ver con la construcci¨®n de las sociedades y su proyecci¨®n en el futuro, pero yo buscar¨ªa otros argumentos, porque los tiempos cambian y nosotros con ellos, pero los art¨ªculos se quedan.
Durante a?os se acus¨® al independentismo de carecer de ideas. Por lo que se ve el unionismo anda todav¨ªa m¨¢s necesitado de ellas. A ver, a parte del todos juntos y de Do?a Petronila, ?qu¨¦? ?El Quijote en Barcelona? ?Prim? ?La mod¨¦lica transici¨®n? Las transiciones no suelen ser mod¨¦licas. Como podemos comprobar tres d¨¦cadas despu¨¦s, si son muy mod¨¦licas no son transiciones.
Ah, claro, lo olvidaba. La Constituci¨®n y sus padres, esa verdad revelada, eterna e inmutable. M¨ªstica y creyente, melanc¨®lica y nost¨¢lgica, Espa?a se ha convertido en el pa¨ªs de los rom¨¢nticos constitucionales. Por la gracia de Dios, am¨¦n.
Francesc Ser¨¦s es escritor.
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