Modelar aulas a la medida del alumno
Escuelas e institutos buscan f¨®rmulas para atender a los estudiantes rezagados. Los expertos alertan de los riesgos que conlleva separar a discreci¨®n
?Separar o no separar a los alumnos de una misma clase en funci¨®n de sus resultados acad¨¦micos? Esa no es la cuesti¨®n. La respuesta est¨¢ m¨¢s bien en c¨®mo, cu¨¢ndo, para qu¨¦ y durante cu¨¢nto tiempo. Crear grupos que diferencien a los alumnos seg¨²n su rendimiento o separarlos para realizar refuerzos puntuales es un recurso que en los ¨²ltimos a?os se ha extendido como la p¨®lvora en escuelas e institutos para luchar contra el creciente fracaso escolar. Espa?a toc¨® techo en 2006, cuando casi un tercio de sus alumnos de secundaria no se graduaban. El porcentaje ha ca¨ªdo a un 25,7%, pero Europa ha fijado un tope a la vuelta de la esquina que a¨²n est¨¢ lejos de alcanzarse: bajar del 15% en 2020. ?C¨®mo lograrlo?
El Consejo Europeo considera que ¡°el principal objetivo de la cooperaci¨®n entre las autoridades de educaci¨®n a nivel europeo¡± es la lucha contra el bajo rendimiento en matem¨¢ticas, ciencias y lectura. Las escuelas e institutos espa?oles ven que el modelo tradicional de aulas homog¨¦neas se queda obsoleto en algunos casos y buscan pr¨¢cticas alternativas que se adapten a las nuevas necesidades y realidades de las aulas, muy diversificadas con la llegada de inmigraci¨®n durante la ¨²ltima d¨¦cada.
Expertos e instituciones espa?olas y europeas marcan unas l¨ªneas rojas sobre estas t¨¦cnicas de separaci¨®n y alertan de que aplicarlas de forma sistem¨¢tica y a discreci¨®n puede aumentar las desigualdades sociales o derivar claramente en segregaci¨®n. La realidad de las escuelas abre el abanico a m¨²ltiples opciones. ¡°Una medida educativa puede ser inclusiva o segregadora. Todo depende de c¨®mo se aplique¡±, resume Enric Roca, profesor de Pedagog¨ªa en la Universidad Aut¨®noma de Barcelona.
Catalu?a impulsa un programa que separa ni?os ya en primero de ESO
Catalu?a fue la ¨²ltima en sacar a la palestra el debate sobre la separaci¨®n de alumnos seg¨²n su rendimiento. Hace tres semanas, la Generalitat anunci¨® que a partir del pr¨®ximo curso pondr¨¢ en marcha el Programa Intensivo de Mejora (PIM) para separar a los alumnos de primero de ESO (12 a?os) que arrastren dificultades en matem¨¢ticas y lengua. Estos estudiantes rezagados recibir¨¢n clases en peque?os grupos, mientras el resto de compa?eros seguir¨¢n en el aula normal.
El anuncio despert¨® cr¨ªticas entre distintos expertos, que dudan de su eficacia. Uno de los puntos m¨¢s delicados es la edad elegida para separar a los alumnos. Antes de los 13 a?os es ¡°completamente desaconsejable¡± abrir itinerarios distintos para los estudiantes, seg¨²n el informe Actuaciones de ¨¦xito en las escuelas europeas, elaborado en 2011 por el Ministerio de Educaci¨®n con la colaboraci¨®n de universidades de 14 pa¨ªses europeos. ¡°Cuanto m¨¢s temprano se lleva a cabo esta segregaci¨®n, mayores son las desigualdades que se generan entre el alumnado¡±, se?ala el documento, que alerta de que la separaci¨®n aumenta las posibilidades de exclusi¨®n para los que tienen menor nivel acad¨¦mico y reducen sus oportunidades laborales de futuro.
La consejera catalana de Ense?anza, Irene Rigau, intent¨® eludir las cr¨ªticas a su iniciativa. ¡°No es una segregaci¨®n, es un grupo que se desdobla para trabajar mejor¡±, dijo al presentar el nuevo programa que, en realidad, oficializa una vieja pr¨¢ctica. De hecho, un 30% de los institutos p¨²blicos catalanes ya crea grupos diferentes seg¨²n el nivel del alumno, seg¨²n las estimaciones de la Fundaci¨®n Jaume Bofill, especializada en cuestiones educativas. Uno de ellos es el instituto Manuel Carrasco i Formiguera (Barcelona) que practica agrupamientos flexibles desde hace unos 15 a?os. Funcionan con tres grupos diferentes: el avanzado (con una treintena de alumnos), el est¨¢ndar (entre 20 y 25) y el b¨¢sico (6-8 alumnos con problemas de aprendizaje). Se le a?ade el ep¨ªteto de flexible porque a mitad del curso se eval¨²a a los alumnos y, en funci¨®n de sus resultados, pueden moverse de grupo. La f¨®rmula es similar a la que aplican otros centros espa?oles. ¡°Cambian seg¨²n su actitud y su aptitud. Por ejemplo, un alumno del grupo avanzado, aunque sea un gandul, se queda all¨ª porque tiene que trabajar y tiene la capacidad para hacerlo¡±, explican desde la direcci¨®n del centro. ¡°Con este sistema conseguimos que los que van muy bien no se paren y no se aburran. A los que van m¨¢s lentos se les da una atenci¨®n m¨¢s personalizada, se est¨¢ m¨¢s encima de ellos, as¨ª que tambi¨¦n mejoran¡±, a?aden.
¡°Es algo segregador o inclusivo seg¨²n c¨®mo se aplique¡±, dice un experto
La experiencia tambi¨¦n se practica en centros de primaria. Hace casi cuatro d¨¦cadas que la escuela barcelonesa Font d'en Fargas divide a los chicos en tres grupos seg¨²n su nivel. La directora Llu?sa Terrades niega que su modelo pueda ser excluyente. ¡°Depende de c¨®mo lo plantea la escuela y c¨®mo haga sentir el maestro al alumno. Nunca se identifica al ni?o con el grupo bajo, es una cuesti¨®n de lenguaje. Los alumnos son conscientes de la separaci¨®n, pero cuando est¨¢n en el grupo clase tambi¨¦n se sabe qui¨¦n va m¨¢s mal¡±, justifica Terrades. La directora admite que incluso entre su profesorado hay opiniones divergentes, pero defiende estos agrupamientos en las asignaturas instrumentales por los buenos resultados que producen. ¡°En el resto de materias aprenden todos juntos. Cuando est¨¢n separados avanzan y les damos las bases para tener las competencias, y ello les permiter bien en las otras asignaturas¡±, remacha.
Distintos estudios europeos alertan, sin embargo, de que la separaci¨®n de alumnos por niveles acad¨¦micos puede afectar a su sociabilidad y a su autoestima. ¡°Cuando uno segrega manda un mensaje de que existe un conjunto de alumnado por el que no vale la pena preocuparse y eso conduce a trayectorias de las que es dif¨ªcil salir¡±, explica Jos¨¦ Saturnino, profesor de Sociolog¨ªa de la Universidad de la Laguna. Juan Antonio Planas, presidente de la Confederaci¨®n de Psicopedagog¨ªa y Orientaci¨®n de Espa?a, refuerza esta idea: ¡°Los alumnos que ven que est¨¢n en grupos m¨¢s atrasados tienden a bajar expectativas y a fracasar. Es la profec¨ªa autocumplida: si ya esperan de m¨ª que fracase, voy a fracasar¡±.
El mapa europeo en esta materia es muy diverso. En el estudio Actuaciones de ¨¦xito en las escuelas europeas, ya mencionado, las distintas experiencias del continente se dividen en cuatro grandes grupos. Lo pa¨ªses germ¨¢nicos utilizan el llamado modelo de separaci¨®n, seleccionan al alumnado y crean itinerarios diversificados seg¨²n sus capacidades ya desde la primaria. El segundo es la escuela comprensiva anglosajona, que en los ¨²ltimos a?os se ha extendido en Espa?a. En s¨ªntesis, se trata de que los alumnos compartan la mayor parte del curr¨ªculo escolar, pero permite la creaci¨®n de grupos dentro del aula o clases de diferente nivel para atender a la diversidad. La integraci¨®n uniforme es el propio de los pa¨ªses latinos, como Francia y Portugal. Aqu¨ª el curr¨ªculum es com¨²n para todos y se recurre a la repetici¨®n de curso como forma de nivelar a los alumnos. Y por ¨²ltimo est¨¢ la integraci¨®n individualizada, propia de los pa¨ªses n¨®rdicos, donde buscan soluciones pedag¨®gicas a medida de las necesidades de cada estudiante. Espa?a sigue a grandes rasgos el modelo latino pero en los ¨²ltimos a?os est¨¢ experimentando con otras f¨®rmulas.
Se ha escrito mucha literatura sobre los m¨¦todos de separaci¨®n de los alumnos, pero algunos expertos apuntan a que, pese al volumen de publicaciones, no existe una experiencia de campo fiable que indique qu¨¦ sistema es el mejor. Joaquim Prats, catedr¨¢tico en Did¨¢ctica de las Ciencias Sociales de la Universidad de Barcelona y experto en el an¨¢lisis de los sistemas educativos, explica que dos modelos educativos muy diferentes, como el finland¨¦s y el alem¨¢n, pueden obtener resultados muy buenos en PISA mientras que otros similares pueden dar lugar a notas dispares. ¡°Lo importante es la implicaci¨®n del profesorado, su formaci¨®n y el m¨¦todo de selecci¨®n¡±, incide este experto. ¡°En Finlandia y los pa¨ªses con mejores resultados los requisitos para ser profesor son m¨¢s exigentes que aqu¨ª¡±, a?ade.
Europa recomienda las pol¨ªticas inclusivas y evitar la separaci¨®n
La clasificaci¨®n en cuatro grupos puede resultar encorsetada, ya que la realidad de las aulas muestra c¨®mo los profesores experimentan con pr¨¢cticas pedag¨®gicas. En el instituto Llu¨ªs Vives de Barcelona han desplegado hasta cuatro tipos de agrupamientos diferentes de los escolares para dar respuesta a la amplia variedad de alumnos, ya sea por nacionalidad como por procedencia socioecon¨®mica. En las asignaturas instrumentales se clasifican los alumnos, pero en las m¨¢s pr¨¢cticas se mezclan para que compartan vivencias. En las optativas, se dirige al estudiante seg¨²n sus capacidades y potencialidades. Si les cuesta hablar en p¨²blico, se les recomienda teatro, por ejemplo. El ¨²ltimo agrupamiento se produce en el trabajo de s¨ªntesis, donde los estudiantes se unen seg¨²n gustos y formas de trabajar.
El resultado de este mosaico de modelos es que el ¨ªndice de ¨¦xito escolar del instituto se sit¨²a en el 95%. ¡°No pensamos en los dogmas a la hora de agrupar a los alumnos, pensamos en sus necesidades. Si est¨¢n encerrados en un mismo grupo siempre no se enriquecen. Tenemos alumnos de una escuela superbrillante, lo f¨¢cil hubiera sido separarlos por nivel, pero no lo hicimos. As¨ª aprenden unos de otros y cuando salen de aqu¨ª saben convivir con todo tipo de personas¡±, arguye Sabater.
Cuando se habla de mejorar la calidad educativa es inevitable que aparezca la referencia a Finlandia, a la cabeza de los resultados acad¨¦micos de PISA. ¡°La equidad es lo m¨¢s esencial en la pol¨ªtica educativa finlandesa, un valor nacional¡±, explica el profesor Jari Lavonen, jefe del Departamento de Formaci¨®n Docente de la universidad de Helsinki. All¨ª, explica, las escuelas disfrutan de una amplia autonom¨ªa para decidir c¨®mo agrupar a los estudiantes. ¡°Si, por ejemplo, hay dos alumnos con necesidades especiales en una clase tiene que haber dos profesores o un profesor y un asistente¡±, dice Lavonen. En el pa¨ªs n¨®rdico hay una apuesta clara por los refuerzos en el sistema y un respaldo decidido a los profesores, que disponen de un amplio margen de autonom¨ªa y de prestigio.
¡°Al agrupar a los alumnos pensamos en sus necesidades¡±, se?ala una maestra
Los recortes y las reducciones de plantilla ¡ªque se han visto mermadas en decenas de miles de profesores este curso tras el decreto aprobado el a?o pasado que aumenta las ratios de alumnos y las horas de clase, aunque a¨²n no existe estad¨ªsticas estatales oficiales¡ª reducen las opciones de los centros espa?oles, que alertan de que esas reducciones van justo en direcci¨®n contraria a la apuesta por estas agrupaciones flexibles. En el instituto Icaria de Barcelona prev¨¦n cerrar uno de estos grupos el pr¨®ximo curso por la falta de profesores. En esto centro crean peque?os grupos para los alumnos con m¨¢s dificultades de aprendizaje en cinco asignaturas, pero en cuarto de ESO ya lo separan seg¨²n el itinerario que vayan a seguir (bachillerato o FP). Este sistema les est¨¢ dando buenos resultados. ¡°Incluso los alumnos de los grupos de refuerzo sacan notas por encima de la media catalana en las evaluaciones externas¡±, defiende Marta P¨¦rez, la jefa de estudios del centro.
En este centro tambi¨¦n defienden que la clave para que las separaciones funcionen es convertirlas en un traje a medida para cada alumno. ¡°Es el eterno dilema, si separar o no. He trabajado con los dos modelos y puedo concluir que no hay una f¨®rmula v¨¢lida que se pueda aplicar a todo los alumnos por igual. A algunos les sienta bien el hecho de sacarlos del grupo clase. Pero tambi¨¦n he tenido alg¨²n caso de un ni?o que se sent¨ªa segregado en el grupo reducido y lo devolvimos al grupo clase. En el caso de este ni?o pesaba m¨¢s el reconocimiento social y result¨® que trabajaba mejor con un grupo de 30 que con uno de 10 alumnos¡±, ejemplifica Marta P¨¦rez.
La reforma euducativa que impulsa el ministro de Educaci¨®n Jos¨¦ Ignacio Wert tambi¨¦n ha echado m¨¢s le?a al fuego a este acalorado debate no resuelto y que despierta opiniones encontradas. La LOMCE adelanta a tercero de ESO la elecci¨®n de itinerarios, es decir, si seguir¨¢n los estudios en bachillerato o los ciclos formativos.
Comunidades de aprendizaje
¡°Segregar es una mala opci¨®n pero dejar a los alumnos con distinto nivel en una misma aula y desatendidos tampoco es la soluci¨®n¡±, dice el soci¨®logo Ram¨®n Flecha. ?l lleva casi 20 a?os estudiando una tercera v¨ªa alternativa a los dos grandes modelos de trabajo para combatir el fracaso escolar y los conflictos. Su opci¨®n son los llamados grupos interactivos o comunidades de aprendizaje. En s¨ªntesis, se trata de dividir a los alumnos de un curso en peque?os grupos heterog¨¦neos dentro de una misma aula. Son chicos de la misma edad, pero que tienen diferentes niveles y aptitudes. Normalmente se distribuyen entre los distintos grupos a los inmigrantes. El profesor marca el ritmo de la clase como en el resto de las experiencias, pero est¨¢ ayudado por adultos voluntarios (padres, alumnos de m¨¢s edad, profesores jubilados...).
Cada uno de estos voluntarios coordinan y dinamizan un grupo. No son expertos en educaci¨®n, aunque necesitan una preparaci¨®n previa con el profesor sobre el contenido de la clase. Su funci¨®n es impulsar que los chicos interact¨²en entre ellos y se ayuden unos a otros.
¡°Cuando tenemos que explicar algo lo entendemos mejor que cuando nos lo explican. Especialmente si se lo estamos contando a alguien con mucha dificultad¡±, se?ala Flecha, que encabeza, desde el Centro de Investigaci¨®n en Teor¨ªas y Pr¨¢cticas Superadoras de las Desigualdades (CREA), el proyecto Includ-ed, financiado con fondos europeos. Las comunidades de aprendizaje est¨¢n destinadas especialmente a alumnos vulnerables y pertenecientes a minor¨ªas, aunque el modelo se ha ampliado a centros con todo tipo de perfiles, explica el soci¨®logo.
Tras a?os de estudio y con programas piloto, el modelo ha despertado el inter¨¦s de distintas autonom¨ªas. ¡°Se est¨¢ impulsando en 160 escuelas de 14 comunidades¡±, a?ade el investigador, que acaba de recibir la medalla de Oro al M¨¦rito en la Educaci¨®n de la Junta de Andaluc¨ªa. El Gobierno andaluz es uno de los que m¨¢s ha impulsado esta f¨®rmula. Tras probar con experiencias piloto, aprob¨® hace un a?o una orden que facilita las comunidades de aprendizaje y abre las escuelas a una mayor participaci¨®n de las familias. A priori, el modelo podr¨ªa resultar una soluci¨®n viable en ¨¦poca de recortes porque no supone ampliar la inversi¨®n econ¨®mica, pero requiere una implicaci¨®n de todos los miembros de la comunidad educativa que no siempre es f¨¢cil.
La publicaci¨®n Cambridge Journal of Education, editada desde la universidad brit¨¢nica, tambi¨¦n se ha fijado en el trabajo de Flecha y sus colaboradores. En un art¨ªculo reciente destaca que esta tercera v¨ªa "contribuye a la mejora del desarrollo de las ideas y la resoluci¨®n de problemas". Analiza la experiencia de tres centros espa?oles (dos escuelas y un instituto que aparecen reflejados sin nombre). En una de las clases, el profesor prepar¨® cuatro actividades para una lecci¨®n de matem¨¢ticas, centradas en c¨¢lculo, geometr¨ªa, proporciones y porcentajes. En una hora y media, los cuatro grupos de alumnos rotaron con los cuatro voluntarios. Se hicieron preguntas y se dieron respuestas sobre los cuatro puntos de la lecci¨®n. "Los grupos interactivos muestran que el apoyo para el aprendizaje se puede ofrecer no s¨®lo cuando un experto proporciona el conocimiento, sino tambi¨¦n cuando otros adultos promueven interacciones de apoyo entre los alumnos con diferentes niveles de habilidad y procedencias", refleja la publicaci¨®n.
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