El crimen mil veces reconstruido
Josefa Contijoch gana con ¡®Sense al¨¨¡¯ el Premio Crexells de novela catalana
Se hab¨ªa dejado de ver asiduamente con una de sus amigas por esas cosas tan habituales como que tenemos mucho que hacer y que ma?ana, m¨¢s tranquilo, lo hago¡, algo que no se lamenta hasta que no ocurre lo irremediable que nos alejar¨¢ para siempre. En su caso fue un asesinato, que la amiga-narradora, enterada por los peri¨®dicos, imaginar¨¢ a partir de la ejecuci¨®n de alguien que la espiaba; o quiz¨¢ fue por un disparo; o un suicidio, o fruto de la violencia dom¨¦stica; o una muerte relatada incluso por un coro griego¡
Poca gente lo sabe, pero Sense al¨¨, un recuerdo sobre el asesinato real de una amiga que torturaba a la autora, Josefa Contijoch (Manlleu, 1940), es una de las mejores novelas en catal¨¢n del curso que acaba. Parece demostrarlo que, desde finales del pasado septiembre cuando apareci¨® publicada por Edicions de 1984, la obra, de notable nivel literario y de g¨¦nero fronterizo con la poes¨ªa y hasta con la autobiograf¨ªa, ha obtenido los premios Ciudad de Barcelona y el de la Cr¨ªtica Serra d¡¯Or. En la estela de esos galardones prestigiados por esquivar toda presi¨®n comercial al concederse a obra publicada, acaba de recibir otro del mismo calado: el 42? Premio Crexells que convoca el Ateneu Barcelon¨¦s.
El actual sistema mixto del hist¨®rico Crexells, que este a?o ha combinado la votaci¨®n de los asociados (muy pocos, 120 frente a los 3.800 que tiene la entidad) y de los usuarios de clubs de lectura de bibliotecas p¨²blicas (han participado 35) a partir de una terna de t¨ªtulos propuesta por un grupo de cr¨ªticos, refuerza el valor del reconocimiento de una obra que su editor, Josep Cots, no duda en calificar de ¡°poco complaciente, una autoficci¨®n que hibrida g¨¦neros¡±.
La autora lo ratifica: ¡°Es una obra fronteriza, fruto de un recuerdo que me torturaba desde hace m¨¢s de 30 a?os, el asesinato de una amiga; tras consultar las cartas que ten¨ªa de ella, comprobar que mis recuerdos no casaban con lo que parec¨ªa la realidad y tras la muerte del ¨²ltimo testimonio que pod¨ªa arrojarme un poco de luz, decid¨ª inventarme lo sucedido y escribir sobre distintas posibles versiones de la muerte¡±.
El relato de un recuerdo
¡°La propia memoria ficciona, va por su cuenta y te enga?a¡±, constata una Contijoch que se ha embolsado 4.000 euros del galard¨®n y una escultura de Antoni Llena y que se muestra sorprendida por la acogida de una novela con la que ¡°ya me daba por satisfecha con que me editaran un libro que he escrito muy libre, desbocada, pero con un gran respeto po¨¦tico por la palabra¡±, como en el fondo as¨ª debe ser en una hija de impresores y libreros que tiene diversos y premiados poemarios, como Ales intactes y Lentes il¡¤lusions (Premio M¨¤rius Torres, 2001).
¡°La poes¨ªa es la alta esencia de la literatura¡±, defiende. En cualquier caso, el reconocimiento a su prosa tampoco le es nuevo, como demostr¨® en 1990 con La dona liquada (Premio Ciutat de Palma).
Dice Cots que los galardones a obra publicada, ¡°ayudan poco a su difusi¨®n en Catalu?a, donde la falta de prestigio de la literatura catalana viene en parte por esa proliferaci¨®n de premios que responden a intereses comerciales de las editoriales¡±. Por eso es feliz Contijoch. ¡°Si no estuvieran estos otros premios, no habr¨ªa ¨¦tica en la literatura; a los grandes sellos las convocatorias solo les interesan para hacer funcionar la maquinita. La subsistencia de la literatura est¨¢ en manos de las editoriales peque?as; alguien debe guardar el fuego¡±.
Dice Contijoch que tiene ahora un poemario ¡°no s¨¦ si a¨²n acabado¡±, pero nada de prosa porque ¡°tengo sin cortar todav¨ªa el cord¨®n umbilical de Sense al¨¨; es una obra que a¨²n me pide cosas¡±.
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