Un amigo de Bret¨®n: ¡°Me confes¨® que los ni?os estaban muertos¡±
Un testigo afirma que la ¨²nica obsesi¨®n del acusado era ver a su exesposa Ruth Ortiz
En el largo a?o y medio que Jos¨¦ Bret¨®n lleva viviendo en el m¨®dulo de ingresos de la c¨¢rcel provincial de C¨®rdoba, acusado de la desaparici¨®n y asesinato de sus hijos, ha tenido tiempo de entablar di¨¢logo con varios presos que le han acompa?ado d¨ªa y noche. La presencia de estos reclusos responde al miedo a que Bret¨®n pueda intentar suicidarse. Y en estos encuentros, al menos una vez les habr¨ªa llegado a reconocer, impl¨ªcitamente, que hab¨ªa asesinado a Ruth y Jos¨¦.
Lo mismo ocurri¨® con Juan David L¨®pez, marido de una prima de Ruth Ortiz, al que supuestamente le dijo que los ni?os estaban muertos. As¨ª lo han se?alado este jueves los cinco presos y el propio L¨®pez, que han comparecido como testigos en la novena vista del juicio que se sigue en la Audiencia de C¨®rdoba contra Bret¨®n
La fiscal¨ªa y la acusaci¨®n afirman que Bret¨®n mat¨® a sus hijos de seis y dos a?os el 8 de octubre de 2011 mientras se encontraban bajo su cuidado. Seg¨²n el ministerio p¨²blico, el doble asesinato fue una venganza contra Ruth Ortiz, la madre de los peque?os, quien por entonces le acababa de pedir el divorcio. Por ello, solicita al tribunal con jurado que le condene a 40 a?os de c¨¢rcel.
¡°No fueron al parque¡±
La fiscal¨ªa mantiene que los hijos de Jos¨¦ Bret¨®n no estuvieron en el parque Cruz Conde la tarde del 8 de octubre de 2011, tal y como mantiene su padre, y que fueron incinerados por su progenitor en su finca de Las Quemadillas, a las afueras de C¨®rdoba. En cambio, seg¨²n el padre de Ruth y Jos¨¦, de seis y dos a?os, se perdieron cuando se sent¨® en una inc¨®moda barra de ejercicios que hay en el circuito de carreras del parque. Pero este jueves, el jefe de la Brigada de Polic¨ªa Judicial de C¨®rdoba ha dicho ante el tribunal que su coartada es ¡°imposible¡±.
Bas¨¢ndose en la reconstrucci¨®n de los hechos relatados por Bret¨®n, el investigador ha explicado que los tiempos de su recorrido no cuadraban. De esta forma, los agentes trabajaron, ¡°desde el minuto uno¡± con la idea de que aquello ¡°no era un caso de ni?os perdidos, que el padre ten¨ªa algo que ver y que si hab¨ªa pasado algo, hab¨ªa ocurrido en la parcela¡±.
Cuando aparecieron los huesos en la hoguera de Las Quemadillas, la polic¨ªa tuvo "la esperanza de que fuesen de los ni?os y as¨ª concluir el asunto", ha reconocido el jefe de brigada. "Luego, ocurri¨® lo que ocurri¨® y tuvimos que seguir", lamenta, recordando el error que cometi¨® la primera perito que estudi¨® los restos ¨®seos y dijo que eran de origen animal.
Juan David L¨®pez se reuni¨® tres veces con Jos¨¦ Bret¨®n en la c¨¢rcel. El hombre ha contado que traz¨® un plan para hacerse con la confianza del preso preventivo. ¡°Le ment¨ª y me puse de su parte, hablamos muy mal de Ruth y de su familia. Como mi esposa es prima de Ruth, le dije que ella era igual y que yo estaba divorci¨¢ndome¡±, asegura el testigo. Aquella primera conversaci¨®n se fue calentando. ¡°Ruth se lo merece¡±, dijo Bret¨®n, seg¨²n el testigo. Y fue m¨¢s all¨¢: ¡°Me dijo que Ruth no iba a volver a ver a los ni?os con vida. Deduje que los ni?os estaban muertos¡±.
En la segunda reuni¨®n, Bret¨®n empez¨® dici¨¦ndole a Juan David que los ni?os estaban vivos pero luego, a trav¨¦s de un c¨®digo m¨ªmico que seg¨²n el testigo pact¨® con el acusado, ¨¦ste le confes¨® que los ni?os estaban muertos. ¡°Pero entonces, se ech¨® a llorar, pregunt¨¢ndose c¨®mo se lo iba a decir a su padre¡±. Su obsesi¨®n era tambi¨¦n ver a Ruth. ¡°Lo repet¨ªa insistentemente. Termin¨® gritando con los brazos abiertos contra el cristal de la sala de entrevistas de la c¨¢rcel: ¡®Tr¨¢eme a Ruth¡±. Pero en el tercer encuentro, mucho m¨¢s cauteloso, Bret¨®n se neg¨® a hablar con el testigo.
Jos¨¦ Mar¨ªa S¨¢nchez de Puerta, el abogado de Bret¨®n, se ha enzarzado en una tensa discusi¨®n con el testigo, resaltando lo que el letrado consideraba que eran claras contradicciones. ¡°?Por qu¨¦ no fue a la polic¨ªa y les manifest¨® que los ni?os estaban muertos?¡±, le ha preguntado el letrado. ¡°Porque quer¨ªa tener otra reuni¨®n con Bret¨®n en la que me dijera d¨®nde estaban. Ese era el cometido que me hab¨ªa dado Ruth Ortiz¡±. El interrogatorio deriv¨® en un confuso intercambio de acusaciones, hasta que el juez intervino pidiendo concreci¨®n. No hubo m¨¢s preguntas y S¨¢nchez de Puerta se ha limitado a decir: ¡°Desde la primera declaraci¨®n, este hombre est¨¢ mintiendo¡±.
Por su parte, los internos han relatado algunas de las conversaciones que el acusado mantuvo con ellos. Uno de los presos ha afirmado que Bret¨®n le dijo: ¡°Ten¨ªa que haberla matado a ella y no a los ni?os¡±, en referencia a Ortiz. De los cinco presos que se han sentado este jueves en la silla de los testigos, solo uno ha dicho que no escuch¨® a Bret¨®n hablar mal de su exesposa y que s¨ª parec¨ªa preocupado por sus hijos. Pero varios de los internos han resaltado la actitud fr¨ªa y distante del acusado. ¡°Donde los presos solemos tener las fotos de nuestras familias, ¨¦l no ten¨ªa las de sus hijos. Lo que ten¨ªa eran recortes de fotos de chicas desnudas de las revistas y los peri¨®dicos¡±, han coincidido dos de los presos.
Los presos tambi¨¦n han comentado la dif¨ªcil relaci¨®n que Bret¨®n mantiene con ellos por las man¨ªas del acusado con la limpieza y los ruidos. Obsesiones como la de comer con tapones en los o¨ªdos que ya se han relatado en el juicio.
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