Su Reino no es de este mundo

En el mismo escenario, y enti¨¦ndase la analog¨ªa no como una provocaci¨®n, Julio Iglesias logr¨® que Patsy Cline y Manuel Alejandro sonasen igual, dado el car¨¢cter uniformador que el artista de la mano en el pecho imprime a todas sus versiones. Daba igual si se trataba de un vallenato o de un tango, todo ten¨ªa calcada la personalidad de Julio. En la noche del viernes quien hizo lo propio fue Antony, quien en su ¨²nico concierto en Espa?a present¨® en los Jardins de Pedralbes She's so blue, un espect¨¢culo en el que canciones propias y versiones se dieron la mano bajo la batuta melodram¨¢tica de Antony. Y el resultado fue similar en cuanto a que sonaron igual la Velvet ¡ªCandy says¡ª, Cohen ¡ªIf it be your will¡ª o Marshall Crensaw ¡ªSomeday someway¡ª. ?Logro?

Hacer una buena versi¨®n supone cambiar el ¨¢ngulo de visi¨®n sobre el original, darle otro sentido, otra ambientaci¨®n, otro color. Perfecto. Antony hizo esto con I will survive y record¨® a Dylan, cuyas relecturas solo se reconocen avanzada la pieza. Pero ?qu¨¦ pasa cuando las lecturas inciden en el mismo tono, la misma ambientaci¨®n, la misma intenci¨®n? El camino se aplana, desaparecen las cordilleras, el paisaje se uniforma y s¨®lo si ¨¦ste gusta much¨ªsimo queda salvado el paseo. En el Jardins de Pedralbes el p¨²blico iba a caminar con Antony, de forma que nadie ech¨® en falta otros paisajes, a pesar de que los originales fuesen borrados de la postal por los arreglos expuestos por un artista que parece sentirse por encima de las canciones, tan seguro de su voz que apenas percibe que deshace el encanto de Sometimos i feel like a motherless child llev¨¢ndosela a su terreno.

Anthony record¨® a Dylan con I will survive, cuyas relecturas solo se reconocen avanzada la pieza

Sin embargo, piezas como As tears go by resultaron preciosas pasadas por el filtro Antony en el tramo inicial del concierto, probablemente el m¨¢s destacado con versiones como For all we know ¡ªpopularizada por The Carpenters¡ª, o Child of God ¡ªMillie Jackson¡ª. Pero, a medida que el artista cada d¨ªa m¨¢s similar a la Gioconda desplegaba su quebradizo manto melodram¨¢tico, la sensaci¨®n de no cambiar de tema se fue acentuando hasta colmar las expectativas de sus admiradores.

Porque parece que Antony est¨¢ por encima de todo, tal y como demostr¨® en un concierto delicado y meticuloso que pareci¨® alejarlo de la tierra en pos de reinar en un mundo solo suyo.