A gusto de todos

M¨²sica, circo, danza contempor¨¢nea, gimnasia deportiva. El Festival Grec inaugur¨® anoche su 37? edici¨®n con un espect¨¢culo que a¨²na varias disciplinas y que fue del agrado de todos. Opus re¨²ne a 14 int¨¦rpretes de la compa?¨ªa australiana Circa y al cuarteto de cuerda franc¨¦s Quatour Debussy en hora y media de acrobacias, equilibrios, saltos, n¨²meros a¨¦reos, ejercicios de fuerza, de precisi¨®n y gags al comp¨¢s de la m¨²sica de c¨¢mara de Shostak¨®vich interpretada en directo. La voluntad del director del festival, Ramon Sim¨®, de hacer que el Grec llegue a todos los p¨²blicos, ha quedado patente con su doble propuesta inaugural: este primer espect¨¢culo y la fiesta popular que tuvo lugar la noche anterior y que inclu¨ªa otra disciplina, el cine, con el pase de Blancanieves. El a?o pasado, su primer Grec como director, esa intenci¨®n se vio frustrada a causa de la lluvia que oblig¨® a cancelar el espect¨¢culo equivalente al que nos ocupa. Un buen inicio, pues, para un festival de af¨¢n ecl¨¦ctico que desarrollar¨¢ su programaci¨®n a lo largo del mes.

Los componentes de Circa (seis mujeres y ocho hombres), acompa?ados por los de Quatour Debussy, se apoderaron del escenario desnudo del anfiteatro y lo hicieron poco a poco. Del delicado, potente y muy aplaudido ejercicio inicial, en el que un tipo en mangas de camisa y pantal¨®n traduc¨ªa las notas de Shostak¨®vich al lenguaje de las contorsiones a¨¦reas, a la segunda parte del montaje, una propuesta coral a base de variadas acciones en suelo muy din¨¢micas y perfectamente sincronizadas, los n¨²meros se fueron sucediendo sin m¨¢s hilo conductor que las partituras que los cuatro m¨²sicos tocaban en directo y sin m¨¢s intenci¨®n que la de proporcionar un buen rato a los espectadores, que es de lo que en definitiva se trata en una velada como esta.

Opus es para todos los p¨²blicos; por momentos, con las acrobacias c¨®micas que sucedieron al primer n¨²mero, parec¨ªa incluso querer acercar las composiciones rom¨¢nticas de c¨¢mara del compositor ruso a los m¨¢s peque?os. El humor y el juego entre los int¨¦rpretes de la compa?¨ªa circense revistieron gran parte de sus evoluciones. Algunas destacaron por su virtuosismo, otras por su imaginaci¨®n, la mayor¨ªa por ambas cosas. El partido que sacan a los hula-hoops; el riesgo que asumen en las estructuras humanas que arman; el dominio del espacio; el ritmo que imprimen al conjunto, sobre todo en la segunda parte, m¨¢s vigorosa y alegre; la interacci¨®n con los cuatro m¨²sicos, a los que driblan, elevan o vendan los ojos, les valieron un mont¨®n de merecidos aplausos al final de la funci¨®n y alguna que otra exclamaci¨®n de entusiasmo durante la misma.