Ser arquitecto
Lo que ronde por la cabeza de un ministro de econom¨ªa sobre qu¨¦ puede significar para ¨¦l ser arquitecto es verdaderamente dif¨ªcil de saber
No hay nada peor para una sociedad que perder el norte. Cuando es preciso replantearse lo que significan cosas evidentes es porque no se sabe hacia donde se va. Y en ese caso no se llega a ninguna parte. Tener que pararse a estas alturas a intentar explicar lo que significa ser arquitecto no beneficia a nadie. S¨®lo quiere decir que el patio anda revuelto y que alguien quiere medrar en todo esto.
Lo que ronde por la cabeza de un ministro de econom¨ªa sobre qu¨¦ puede significar para ¨¦l ser arquitecto es verdaderamente dif¨ªcil de saber. Sobre todo si se trata de un ministro al que no deben preocuparle lo m¨¢s m¨ªnimo estos asuntos. ?l debe ser de esos que piensan que los arquitectos s¨®lo se dedican a hacer ¡°pijadas¡± y que los que verdaderamente sacan adelante las cosas son los ingenieros. Que ¨¦stos s¨ª que saben de verdad. Probablemente el se?or de Guindos no tenga a ning¨²n arquitecto conocido en su c¨ªrculo pr¨®ximo. Y aunque lo tenga, le da lo mismo. ?l a lo suyo, que para eso lo han hecho ministro y ha de remover cosas.
No dudo que haya quien sepa de leyes sin ser abogado o sea justo sin ser juez. Tampoco de que alguien se dedique a filosofar sin ser fil¨®sofo o que anote inmuebles sin ser registrador de la propiedad. As¨ª pues, no puedo dudar de que haya gente que entienda de arquitectura sin ser arquitecto. Aficionados los hay por todas partes. Yo mismo me dedico a escribir sin ser escritor.
Pero una cosa es la afici¨®n y otra la profesi¨®n, sobre todo cuando ¨¦sta es de utilidad social, est¨¢ sometida a responsabilidad y es reconocida por leyes y siglos de aplicaci¨®n. Un amateur puede ser tan h¨¢bil como un profesional, pero le falta la capacitaci¨®n y el reconocimiento por la sociedad. Aun as¨ª han habido casos, aunque en este pa¨ªs, para ejercer como arquitecto, hoy por hoy, es preciso haber estudiado en una Escuela de Arquitectura y tener t¨ªtulo reconocido. Es lo que hace entender que se est¨¢ preparado para ejercer una profesi¨®n.
El otro d¨ªa pensaba en estas cosas. En Valencia existen muchas m¨¢s arquitecturas que las de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Quiz¨¢ mejores, aunque no tan llamativas. Cosas m¨¢s sencillas, pero de gran calidad arquitect¨®nica. Para ilustrar el asunto, entre m¨²ltiples ejemplos, pondr¨¦ uno. Paseaba por los jardines del antiguo Hospital, donde dialogan edificios renacentistas y el moderno MUVIM, del arquitecto sevillano Guillermo V¨¢zquez Consuegra. Me preguntaba qu¨¦ m¨¢s hace falta explicar para entender que todo eso no puede hacerlo nadie que no sea arquitecto. Ni jardines, ni museo. Me fijaba en los umbr¨¢culos de los atrios abiertos de los accesos, las sombras y los pavimentos, en los materiales, sus entregas, encuentros y composici¨®n, en el tratamiento del jard¨ªn y los restos arqueol¨®gicos, en el entorno y la continuidad f¨ªsica e hist¨®rica. Me llamaba la atenci¨®n la sencilla resoluci¨®n de lo diverso. Puede que haya alguien a quien nada de todo esto le conmueva, pero en todo el jard¨ªn, en algo aparentemente tan simple como eso, se respira arquitectura. Hay que ser insensible para no darse cuenta de ello.
D¨ªas antes, el propio arquitecto hab¨ªa expuesto y explicado su obra en una conferencia en la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia. Una de ellas era este museo y este jard¨ªn. Le segu¨ª con atenci¨®n. Como no pod¨ªa ser de otra manera en ¨¦l, explicaba su arquitectura en t¨¦rminos de construcci¨®n. ¡°M¨¢s que construir un edificio, la arquitectura consiste en construir un lugar¡±, dec¨ªa.
La dedicaci¨®n del arquitecto a lo largo de la historia ha sido dise?ar los espacios de la vida cotidiana, hacer sencillo lo complejo, resolver el encaje de todas las fuerzas en conflicto que existen en cualquier proyecto y construir un lugar para la sociedad con cada trabajo. Compaginando y haciendo coincidir materiales distintos, resolviendo problemas y carencias, organizando los distintos vol¨²menes, resolviendo programas. El arquitecto, un humanista que busca la felicidad del ser humano a trav¨¦s de la eficacia y la belleza, hace propias las t¨¦cnicas constructivas porque cada idea tiene su materialidad. ¡°La calidad de la arquitectura se mide por la densidad de su construcci¨®n¡±, a?ad¨ªa V¨¢zquez Consuegra. Hablaba de cosas propias de la arquitectura y de lo que significa ser arquitecto. Hablaba de cosas que el se?or ministro de econom¨ªa deber¨ªa saber, o al menos asesorarse bien antes de pasar a la historia por su estupidez.
Vicente Blasco Garc¨ªa es arquitecto y profesor de Construcci¨®n de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia.
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