Sanidad suspende su compromiso de operar en menos de 30 d¨ªas

Esperanza Aguirre se postul¨® a la presidencia de la Comunidad en 2003 con una osada promesa electoral: bajo su mandato, ning¨²n madrile?o esperar¨ªa m¨¢s de un mes para ser operado. De no cumplir, dimitir¨ªa. Tan arriesgado compromiso oblig¨®, una vez conseguido el Gobierno regional, a idear un enrevesado sistema de c¨®mputo de listas de espera quir¨²rgica que permitiera a Aguirre dar por cumplida su promesa. En realidad, siempre ha habido madrile?os que esperan m¨¢s de 30 d¨ªas para operarse ¡ªhasta m¨¢s de un a?o, en algunos casos¡ª, pero el sistema, al menos formalmente y gracias a alguna trampa, resist¨ªa sobre el papel. Hasta ahora. La Comunidad ha suspendido el compromiso. Por primera vez desde 2004 reconoce que hay m¨¢s de 1.100 pacientes a los que no puede operar a tiempo.

Esta circunstancia coincide con una acusada subida del n¨²mero de personas que est¨¢n en la lista de espera. Son 64.311, la cifra m¨¢s alta desde que, en 2004, se puso en marcha el plan. El dato es de marzo pasado. Supone una subida del 11,4% con respecto al trimestre anterior, cuando, con 57.722 personas aguardando una operaci¨®n, ya hubo que hablar de r¨¦cord. El dato de marzo se traduce en 11.255 personas m¨¢s que hace un a?o. Adem¨¢s de las cifras absolutas, aumenta el tiempo de espera medio. Si hace un a?o eran 58,8 d¨ªas para los pacientes que rechazaban la primera opci¨®n que les ofrece Sanidad, y que suele ser un centro concertado, ahora son ya 77,7 d¨ªas.

El Gobierno regional atribuye ¡°en un alto porcentaje¡± los p¨¦simos datos de lista de espera a la huelga sanitaria que, entre noviembre y diciembre, oblig¨® a cancelar 50.000 consultas y posponer 6.500 intervenciones quir¨²rgicas. Durante las protestas, la Consejer¨ªa de Sanidad siempre habl¨® de un seguimiento muy bajo, de un 6% de media. ¡°La incidencia de la huelga no fue alta, pero tuvo mucha repercusi¨®n en los quir¨®fanos¡±, explican fuentes de Sanidad. ¡°Solo con que haga huelga un anestesista, en su turno el quir¨®fano no funciona¡±, a?aden. La red p¨²blica madrile?a realiza entre 35.000 y 40.000 intervenciones quir¨²rgicas al mes ¡ªla media desciende en julio y agosto¡ª.

Otro de los factores que explican el incremento es la suspensi¨®n de las llamadas peonadas desde el 1 de enero. Se trata de jornadas de tarde, pagadas con horas extraordinarias, que se hac¨ªan en los hospitales para reducir las esperas. El consejero de Sanidad, Javier Fern¨¢ndez-Lasquetty, anunci¨® en noviembre pasado que iba a contratar a m¨¦dicos y a otro personal sanitario en turno de tarde para ahorrar hasta 20 millones en peonadas. A¨²n no lo ha hecho, por lo que muchos quir¨®fanos solo operan por la ma?ana.

Fuentes de Sanidad aseguran que en septiembre se reforzar¨¢n las plantillas con nuevos contratos para 200 profesionales ¡ªla mitad de ellos, m¨¦dicos¡ª para absorber esas operaciones acumuladas. ¡°Queremos aumentar el rendimiento en jornada ordinaria¡±, aseguran desde la Consejer¨ªa.

El Gobierno regional argumenta que el art¨ªculo 28 del decreto 62/2004 con el que se cre¨® el plan para reducir la lista de espera permite la suspensi¨®n temporal del compromiso de operar en menos de 30 d¨ªas ¡°cuando concurran situaciones de cat¨¢strofe, conflictos colectivos o graves emergencias sobrevenidas hasta tanto se resuelvan las mismas¡±. La huelga m¨¦dica entrar¨ªa dentro del ¡°conflicto colectivo¡±.

El peculiar sistema de contabilidad ¡ªque provoc¨® que el Ministerio de Sanidad expulsara a la regi¨®n del c¨®mputo nacional en 2005¡ª consiste en que no existe una sola lista, sino tres. La promesa de operar en menos de 30 d¨ªas solo se cumple cuando el paciente entra en la llamada lista ¡°estructural¡±. Antes se le coloca en otra, la de los pacientes ¡°transitoriamente no programables¡±, mientras aguarda la visita con el anestesista o las pruebas preoperatorias. En el resto de Espa?a, se entra en lista oficialmente cuando el m¨¦dico indica la operaci¨®n. Con este truco, Madrid tiene una ventaja de casi 30 d¨ªas sobre el resto. El segundo ardid consiste en que, si el paciente rechaza la primera opci¨®n, que en muchos casos es una cl¨ªnica privada, se ve penalizado con esperas que multiplican por siete las de la lista oficial. Seg¨²n los ¨²ltimos datos, el 45% de los pacientes se encontraban en esta situaci¨®n en marzo.