El abogado de Mangouras acusa al Estado de hacer trampas en el juicio
¡°Todo le vali¨® para acusar al barco de ser una chatarra y a su capit¨¢n, de saberlo, pero no pudieron demostrarlo", asegur¨® el letrado
Arranc¨® sus conclusiones finales con un mea culpa: el abogado del capit¨¢n del Prestige, Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz Soroa, pidi¨® ayer disculpas al tribunal por denunciar, al inicio de la vista oral hace ya casi ocho meses, ¡°indefensi¨®n¡± y poner en duda que el principal acusado de la cat¨¢strofe tuviera derecho a un juicio justo en Espa?a. ¡°Fue una afirmaci¨®n altisonante y excesiva, lo retiro¡±. No obstante, mantiene que su defendido, Apostolos Mangouras, no tuvo ¡°igualdad de armas o de trato¡±, sobre todo con el otro principal imputado, el exdirector de Marina Mercante Jos¨¦ Luis L¨®pez-Sors. De la decena de testigos que desfilaron en este macrojuicio, ninguno fue a propuesta de Mangouras, que se enfrenta a una condena de hasta 12 a?os de prisi¨®n.
Al septuagenario marino griego, que lleg¨® a pasar 83 d¨ªas en la c¨¢rcel por el siniestro y que lleva m¨¢s de una d¨¦cada en libertad provisional, le salieron m¨²ltiples respaldos y apoyos, incluidos de excargos de Salvamento o profesionales que participaron en la gesti¨®n del siniestro. Pero el tribunal, record¨® Soroa, no admiti¨® ning¨²n testigo, incluidos directos e importantes, que pudieran avalar su tesis: ¡°una ola gigante averi¨® el Prestige, pero fue la Administraci¨®n la que lo hundi¨®, y le cost¨® mucho lograrlo, seis d¨ªas¡±. Y luego fue a por el capit¨¢n, que ¡°convirti¨® en chivo expiatorio¡±, acus¨® su abogado. El Estado espa?ol ¡°ha hecho trampas, no respet¨® las garant¨ªas m¨ªnimas, jug¨® sucio e incluso minti¨®¡± utilizando la v¨ªa penal para, a trav¨¦s de Mangouras, ir a por la clasificadora estadounidense del petrolero, ABS, a la que el C¨®digo Penal espa?ol ¡ªahora ya no¡ª imped¨ªa llevar a juicio por esta cat¨¢strofe, afirm¨® el letrado.
¡°Todo le vali¨® a la Administraci¨®n para acusar al Prestige de ser una chatarra y a su capit¨¢n, de saberlo". Pero, subray¨® Ruiz Soroa, no pudo demostrar que el viejo petrolero, ¡°con un historial inmaculado¡± y todos los permisos en regla, tuviera realmente un problema estructural, o que sus tanques sufrieran ¡°una corrosi¨®n m¨¢s all¨¢ de lo admisible¡±.
Ruiz Soroa, en su alegato final, insisti¨® en que la mejor prueba que tiene su defendido, acusado de un delito contra el medio ambiente con agravante y otro de desobediencia a las autoridades espa?olas, es que ¡°se qued¨® a bordo¡± del barco tras su accidente ¡°convencido de que iba aguantar¡±. Fue la gesti¨®n ¡°deplorable¡± del Gobierno que convirti¨® el siniestro en cat¨¢strofe. No solo por ordenar alejar el barco. ¡°No se le puede culpar de falta de acierto por tomar una decisi¨®n tan dif¨ªcil en aquellas dificiles circunstancias¡±, reconoci¨® Soroa. ¡°Pero su terrible error, tras negarle abrigo, fue imponer el rumbo 320 noroeste, fue lo que destroz¨® el Prestige¡±. Y al igual que la naviera, insisti¨® en la imposibilidad de que la Justicia espa?ola se salte, ¡°como pretende Fiscal¨ªa y Abogado del Estado¡±, los l¨ªmites del convenio internacional sobre responsabilidades en caso de mareas negras.
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