Los 3.000 millones de la construcci¨®n naval
Si tuvi¨¦ramos 3.000 millones de euros para subvencionar, ?qu¨¦ deber¨ªamos hacer? ?Invertirlo en nuevas actividades con futuro o destinarlos a seguir manteniendo en la agon¨ªa a sectores que hace tiempo perdieron el tren de la competitividad? Ahora sabemos, porque el dato no figura en los presupuestos ni ha sido dado a conocer nunca, que el subsector de la construcci¨®n naval recibe unos 500 millones anuales en forma de desgravaciones fiscales que Bruselas considera subvenciones ilegales. Estamos hablando de un peque?o sector industrial, que ha sido desplazado por la competencia de Asia y que en la actualidad, entre astilleros e industria auxiliar, solo da empleo a 25.000 personas en Espa?a, de los que 1.142 est¨¢n en la comunidad aut¨®noma vasca. Apenas una quinta parte de lo que hab¨ªa en los a?os 80.
Esas subvenciones, que no son las ¨²nicas que recibe el sector, suponen el 30% del valor del buque, cuando la normativa europea solo permite subvencionar hasta un m¨¢ximo del 20%, y equivalen a una inyecci¨®n de fondos p¨²blicos del orden de 20.000 euros anuales por empleo. No es dif¨ªcil concluir que semejantes desgravaciones fiscales no pasar¨ªan ning¨²n examen de eficiencia, por lo que siempre se ha evitado discutir en p¨²blico sobre ellas.
Por estos lares ya tenemos la desagradable experiencia de lo que pasa cuando se financia a las empresas con ayudas ocultas que no han pasado el filtro de Bruselas. En efecto, los chollos fiscales sin permiso de Bruselas suelen crear burbujas que terminan con denuncias por parte de las empresas perjudicadas por esa competencia desleal y con la explosi¨®n de todo el mecanismo, al obligar Bruselas a devolver lo financiado irregularmente.
En el caso de las desgravaciones del 45%, fue Fagor quien denunci¨® las ayudas de Vitoria a Daewo, lo que finalmente puso al descubierto todo el entramado fiscal que se hab¨ªa mantenido oculto hasta entonces. En el caso de la construcci¨®n naval, han sido los astilleros holandeses, pero tambi¨¦n noruegos, portugueses y un largo etc¨¦tera, los que han denunciado el sistema espa?ol de subvenci¨®n de buques. Y cuando explota el conflicto, ?se proponen soluciones? ?Se exigen responsabilidades a quienes han creado esa burbuja fiscal? En absoluto: sacamos la bandera de la patria, y al grito de que ¡°son unos cabrones que nos quiere arruinar¡± acudimos en masa a defender un sistema tan indefendible.
Ni por un momento se nos ocurre plantearnos que puesto a gastarnos los 3.000 millones que parece que Bruselas quiere hacer devolver, hay actividades productivas cuyo financiaci¨®n podr¨ªa hacerse con ese dinero de manera mucho m¨¢s beneficiosa para el conjunto de la sociedad. Desde 2005 se sab¨ªa que el sistema espa?ol de ayudas era ilegal, porque en esa fecha Bruselas orden¨® eliminar el sistema franc¨¦s que era muy similar al espa?ol. Entonces el sector pudo optar por hacer como los franceses, reducir las subvenciones a un 20% del valor del buque, pero prefiri¨® seguir orde?ando la vaca.
Ahora, cuando parece que Bruselas va a obligar a devolver a los beneficiarios de las ayudas concedidas a partir de 2005, esos famosos 3.000 millones, todo son manifestaciones y protestas contra los holandeses o contra el traidor de Almunia. Yo no s¨¦ c¨®mo va a acabar esto el pr¨®ximo d¨ªa 17, pero no me gusta para nada la posici¨®n del todo o nada que se presenta ante la opini¨®n p¨²blica.
Si yo tuviera que proponer algo dir¨ªa que se aproveche el hecho de que hace una semana escasa Bruselas aprob¨® el nuevo esquema de ayudas al sector naval espa?ol, (algo que se deber¨ªa haber hecho en el a?o 2006) y que limita el montante de la subvenci¨®n al 20% del valor del buque, para proponer que solo se tenga que devolver el exceso sobre ese 20%, es decir unos 1.000 millones de euros de los 3.000 que se reclaman. Sobre invertir en I+D, hablaremos en otra vida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.