Un mundo al rev¨¦s
Los gobiernos se han convertido en esp¨ªas para hacer m¨¢s ricos a los ricos
Muchos libros e incluso investigaciones de instituciones como el Parlamento Europeo han puesto de manifiesto en los ¨²ltimos a?os que el espionaje de Estados Unidos y otros gobiernos ha sido continuado, arbitrario y casi siempre realizado al margen de las normas o acuerdos internacionales.
Los hechos son impresionantes. Las agencias de informaci¨®n controlan pr¨¢cticamente la totalidad de las comunicaciones que se llevan a cabo en el mundo cada d¨ªa, cada hora o cada segundo; bien sean telef¨®nicas o, por supuesto, a trav¨¦s de la red. Algo que seg¨²n se dice supone vigilar unas 3.000 millones de ellas en todo el mundo, que es lo que se calcula que controla la red de espionaje conocida como Echelon.
Pero las pruebas que ha presentado en los ¨²ltimos d¨ªas el antiguo inform¨¢tico de la CIA y la NSA, Edward Snowden, suponen un gran salto cualitativo en el conocimiento que tenemos de todas las cloacas y miserias que el Gran Hermano ha creado ¨²ltimamente.
Por si nos quedaba alguna duda, su denuncia corrobora que todos sin distinci¨®n estamos siendo vigilados, que todos somos sospechosos por definici¨®n y que de todos nosotros se sabe todo lo que decimos, sin que quien nos vigila se someta a ning¨²n tipo de prevenci¨®n ni control legal. Aunque ni siquiera eso es lo m¨¢s revelador de sus denuncias.
La justificaci¨®n que siempre se ha dado para saltarse las leyes, e incluso las normas que los propios gobiernos han dictado, es la seguridad y, m¨¢s concretamente, la lucha contra el terrorismo. Pero las denuncias de Snowden demuestran que nada de eso es verdad. Ahora sabemos que Estados Unidos no vigila a sospechosos, sino a millones de personas normales y corrientes y a sus aliados, a unas 38 embajadas, la inmensa mayor¨ªa de ellas de pa¨ªses amigos tan interesados o m¨¢s en combatir el terrorismo, as¨ª como tambi¨¦n a diversas instituciones europeas.
Los datos que ha revelado Snowden demuestran igualmente que la informaci¨®n que busca con prioridad el espionaje estadounidense y las comunicaciones que m¨¢s le interesan no son las relativas a las amenazas terroristas sino las que tienen que ver con los centros econ¨®micos y financieros y las que pueden beneficiar a sus grandes bancos y empresas. Algo que ya detect¨® una investigaci¨®n del Parlamento Europeo cuando descubri¨® que grupos empresariales como Thomson-CSF o Airbus hab¨ªan perdido negocios multimillonarios a favor de empresas estadounidenses despu¨¦s de haber sido espiados.
No es verdad, pues, que el control ilegal al que nos someten se haga para proporcionarnos m¨¢s seguridad frente al terrorismo. Se nos vigila para favorecer al 1% de la sociedad que se queda con m¨¢s de 90% de los ingresos y de la riqueza que se est¨¢ creando en el mundo.
Los gobiernos, y especialmente el de Estados Unidos, se han convertido en esp¨ªas de sus ciudadanos para hacer a¨²n m¨¢s ricos a los m¨¢s ricos de entre los ricos y lo hacen salt¨¢ndose incluso los mandatos constitucionales que se supone garantizan que las personas y todo lo que nos pertenece quede a salvo de pesquisas y aprehensiones arbitrarias.
Las peripecias y amenazas que est¨¢ sufriendo Snowden demuestran que nuestro mundo est¨¢ Patas arriba, como dice el t¨ªtulo de un libro de Eduardo Galeano. Demasiados gobiernos, con Estados Unidos a la cabeza, se han convertido en estados que no respetan los derechos humanos y que persiguen a quienes tienen la valent¨ªa de denunciarlo. Quien delinque queda impune y quien lucha contra los delincuentes es el perseguido y condenado de antemano.
Se nos hace creer que las polic¨ªas, los esp¨ªas y las agencias de informaci¨®n est¨¢n para protegernos y resulta que son, en realidad, la mano que utilizan los de arriba para ganar m¨¢s dinero, crear miedo y silenciarnos. Se nos dice que luchan para defender los derechos humanos cuando en realidad los pisotean para proteger a quienes solo buscan quedarse con todo. Son el pr¨ªncipe malo del poema de Jos¨¦ Agust¨ªn Goytisolo.
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