Granada: entre lo posible y lo necesario
Si el PSOE no afirma que Espa?a es plurinacional, no podr¨¢ liderar el debate territorial
El pacto es la f¨®rmula, no el fin. El di¨¢logo y la negociaci¨®n, sus condiciones. As¨ª como la generosidad y la responsabilidad. El objetivo ¡ªel fin¡ª no es simplemente tener una voz ¨²nica (de consenso), sino tener una idea pol¨ªtica que pueda representar y liderar, proponer y resolver. El acuerdo de Granada es hasta donde puede ¡ªo quiere¡ª llegar todo el PSOE. Pero no puede impedir al PSC tener una voz propia en Catalu?a y Espa?a.
He expresado reiteradamente que as¨ª como resolvi¨¦ramos las relaciones PSOE y PSC (y sus compromisos y pactos pol¨ªticos), as¨ª ser¨ªa vista nuestra oferta para las relaciones Espa?a-Catalu?a. Granada refleja lo posible. Pero la pol¨ªtica debe hacer posible lo deseable, lo conveniente, lo urgente. Y no es lo mismo. Este es el reto. El punto de encuentro que representa el acuerdo de Granada es necesario pero ya no es suficiente para la sociedad catalana, creo. Ni para Espa?a. El texto es impreciso para evitar el conflicto o la discrepancia. Es cierto que en pol¨ªtica las ambig¨¹edades permiten, a veces, avanzar. Pero la ambig¨¹edad puede ser, tambi¨¦n, percibida como incapacidad, recelo o cobard¨ªa. Sinceramente, si el PSOE no puede afirmar que Espa?a es un Estado plurinacional (con todo lo que ello significa), no podr¨¢ liderar el debate territorial y la reforma de nuestra arquitectura institucional. Algunas voces argumentar¨¢n que no lo niega. Es cierto. Pero es, precisamente, esta incapacidad para la claridad lo que nos aleja del problema y, en consecuencia, de su soluci¨®n.
Mientras la reforma constitucional propuesta no llegue, los problemas seguir¨¢n ah¨ª, agravados. Y si la reforma parece m¨¢s dif¨ªcil que la independencia (as¨ª puede ser percibida aunque sea err¨®neo), esta oferta pol¨ªtica avanzar¨¢, irremediablemente, en Catalu?a hasta vertebrar, todav¨ªa m¨¢s, al conjunto de la sociedad. Se trata de credibilidad. Muchos catalanes ya no creen en las posibilidades de cambios profundos en Espa?a que permitan un futuro compartido. Nadie cree que sea m¨¢s f¨¢cil, de la misma manera que nadie cree que Espa?a pueda reaccionar. Este es el bucle perverso de desconfianza. Atrapados entre la decepci¨®n y la incertidumbre. Intentamos un Estatut que interpret¨®, en positivo y confiadamente, el texto y el esp¨ªritu constitucional. Si aquello no fue posible, algunos pueden preguntarse ?c¨®mo va a serlo ahora la reforma constitucional, diez a?os despu¨¦s? Esa era la importancia del acuerdo de Granada.
Mi ambici¨®n nacional se expresa mejor con un proyecto compartido con Espa?a que sin ¨¦l
No nos hagamos trampas a nosotros mismos. Necesitamos coraje, no mordaza. Ambici¨®n y no cautela. Deseo lo mejor para Catalu?a y sus ciudadanos. Mi ambici¨®n nacional se expresa mejor con un proyecto compartido con Espa?a que sin ¨¦l. No es as¨ª para una parte significativa de la ciudadan¨ªa catalana. Pero para ofrecer una tercera v¨ªa hoy, necesitamos un acuerdo pol¨ªtico bilateral que permita el derecho a decidir y que conlleve una oferta pol¨ªtica, financiera e institucional que ofrezca una ¨²ltima oportunidad antes que la frustraci¨®n nos derrote a todos. ?Va a ser esto m¨¢s dif¨ªcil que la reforma constitucional? Lo dudo. Este deber¨ªa ser el n¨²cleo de la propuesta del PSOE.
Granada es un paso. Pero la distancia a recorrer necesita zancadas, y parece que nos hemos plantado. Necesit¨¢bamos un movimiento continuo y trasladamos un ¡°hasta aqu¨ª hemos llegado¡±. El coste de esta incapacidad puede ser alt¨ªsimo. Desear¨ªa equivocarme, pero temo que no ser¨¢ as¨ª. Benedetti recordaba un grafitti que apareci¨® un buen d¨ªa en un muro de Quito y que rezaba: ¡°Cuando ten¨ªamos todas las respuestas, nos cambiaron las preguntas¡±. Pues eso, las preguntas ya cambiaron.
Laia Bonet,miembro de la Comisi¨®n Ejecutiva Nacional del PSC.
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