Desde dentro y desde fuera
Es preciso que los partidos reconozcan sus errores para que la indignaci¨®n ciudadana se convierta en palanca de cambio
Este mes de julio resulta asfixiante. Y no hablo del tiempo. Hablo de pol¨ªtica. Nada nuevo acontece, pero todo se agrava. Una simple revisi¨®n de los tuits de algunos dirigentes del PP justo en el periodo anterior a las elecciones de 2011, con sus acusaciones a los responsables del PSOE, demuestra que solo se ve la viga en el ojo ajeno. Pero lo mismo, exactamente, podr¨ªa decirse de los dirigentes socialistas en su versi¨®n actual de partido opositor. Unos blindan a Rajoy para permitir que siga insistiendo en sus mantras particulares: ¡°?B¨¢rcenas?¡± o ¡°lo m¨¢s urgente es esperar¡±. Mientras, los otros tratan, por ejemplo, de eludir cualquier erosi¨®n de su hegemon¨ªa andaluza ante el esc¨¢ndalo de los ERE.
Aqu¨ª, la coalici¨®n CiU trata de evitar fugas, pero se acumulan imputaciones, ratificaciones de fianzas y salidas intempestivas de la c¨¢rcel. Crece la indignaci¨®n, aumenta la desafecci¨®n, pero simult¨¢neamente la gente, agotada, pide una tregua y trata de distraerse con cosas m¨¢s mundanas y transversales como la pol¨¦mica Guardiola-Rosell. ?C¨®mo salimos de este atolladero?
La lucha de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas maneja con precisi¨®n sus denuncias y su acci¨®n. Nos muestra el camino. Sin alharacas. Acusa y hace. En cambio, la ciudadan¨ªa no deja de acusar a los pol¨ªticos y a sus partidos, pero nada acontece. Algunos, desde dentro del sistema, no paran de decirnos: ¡°no todos somos iguales¡±. Y podemos estar de acuerdo, Pero, ?en qu¨¦ lo notamos? Ciertamente, es injusto hablar en general de partidos e instituciones. Pero, ?no deber¨ªamos pedir que alguien, desde dentro, nos ayude a identificar estrategias de cambio que sean cre¨ªbles?
Han ido emergiendo problemas en el PP, en el PSC, en CiU, e incluso, en menor medida, en ERC o en ICV¡, pero nunca, que yo recuerde, hemos o¨ªdo reconocer que las cosas en alg¨²n momento se hicieron mal. Puedo tener mala memoria, y si es as¨ª, pido excusas. Hemos pedido a la Iglesia que reconozca sus errores, o que el Poder Judicial reconozca la ilegitimidad de los juicios de la posguerra. ?No podemos pedirles a los partidos que digan (como el monarca cazador), ¡°nos equivocamos, algunos lo hicieron, pero no volver¨¢ a ocurrir¡±?
No es solo un problema de los partidos. Es cierto. En momentos como estos, en los que en muchos campos las cosas no pueden seguir haci¨¦ndose igual que se hac¨ªan, nos conviene a todos no tratar de eludir responsabilidades. En Mallorca un empresario de la construcci¨®n reconoci¨® los pagos millonarios a Munar y su partido. ?Cundir¨¢ el ejemplo? ?Hablaremos solo de ¡°responsabilidad social corporativa¡±, o la haremos efectiva? Si acusamos a los dem¨¢s, hemos de estar dispuestos a reconocer que nosotros no lo hemos hecho siempre todo bien.
En el filme Hanna Arendt, se nos recuerda que la tensi¨®n entre las fidelidades colectivas y las responsabilidades individuales y grupales, no permite correr tupidos velos. Dice el portavoz del PP, Alfonso Alonso, que el resto de partidos parecen rehenes del delincuente B¨¢rcenas. Pero, ?muestra el PP alg¨²n atisbo de autocr¨ªtica sobre su partido o solo se dedica a usar el retrovisor y el ventilador en dosis parecidas? Es evidente el oportunismo de Esperanza Aguirre, pero lo que dice no es desatinado. ?Hace falta esperar a las sentencias de los jueces para reconocer que las cosas se han hecho mal? Si desde dentro hay reacci¨®n, ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil convertir la indignaci¨®n ciudadana de fuera en palanca de cambio para el reset democr¨¢tico.
No quisiera hacer un discurso moralista. No propongo una especie de catarsis ¨¦tico-colectiva a trav¨¦s de la cual todos sanemos nuestras culpas. Pero, es muy revelador que a la indignaci¨®n de ciudadan¨ªa y partidos fuera del poder, le corresponda unanimidad defensiva de los que lo ocupan. Cambian siglas y lugares, pero siempre la ecuaci¨®n es la misma. ?Nos puede ayudar alguien desde dentro? ?O hemos de concluir que solo desde fuera la renovaci¨®n ser¨¢ posible? Obviamente, hemos de cambiar la legislaci¨®n que regula los partidos pol¨ªticos, profundizar en transparencia (incre¨ªble la denuncia del PP a Anonymous por desvelar una contabilidad oficial), acrecentar los mecanismos de rendici¨®n de cuentas y de desconfianza democr¨¢tica. Pero podemos tambi¨¦n seguir preguntado ?hay alguien ah¨ª?
Joan Subirats es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la UB.
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