El reloj de Telef¨®nica muda al azul

Quienes usan el reloj del Telef¨®nica como referente en la noche madrile?a habr¨¢n cerrado y abierto los ojos pensando que era una ilusi¨®n, un enga?o ¨®ptico o producto de la borrachera. Pero no. Desde la noche del 1 de julio, la luz del reloj, en realidad cuatro, uno por cada cara de la torreta que corona el n¨²mero 28 de la centenaria Gran V¨ªa, no es roja sino azul, s¨ª, precisamente el color corporativo. Desde que en 1967 se instalaran los cron¨®grafos, las manillas se iluminaban en rojo al caer la tarde. Pero alguien ha debido de caer en la cuenta de que rojo es el color de la competencia.

Una portavoz de la compa?¨ªa, que no ha dado ning¨²n tipo de publicidad al cambio, confirma que esta es la raz¨®n de mudar rojo por azul: adecuar el reloj a la marca. "La luz azul del reloj de Gran V¨ªa representa el?blue light que identifica a la marca Telef¨®nica en su identidad actual", explica la multinacional de las telecomunicaciones. "Durante los d¨ªas previos a la noche del 1 de julio se cambi¨® de sistema de iluminaci¨®n, sustituyendo las piezas exteriores del per¨ªmetro del reloj, de ne¨®n, por otras de led, m¨¢s ecol¨®gicas y con un menor consumo", a?ade.

El reloj corona un edificio que s¨ª merece el tan manido adjetivo de emblem¨¢tico. No solo ostenta el t¨ªtulo de ser el primer rascacielos de Espa?a sino tambi¨¦n lo fue de toda Europa. De estilo funcionalista, se levant¨® en 1930, apenas unos a?os despu¨¦s del celeb¨¦rrimo Empire Estate de Nueva York. De hecho, el arquitecto al que la compa?¨ªa encarg¨® proyectar el edificio m¨¢s alto de Europa, Ignacio de C¨¢rdenas, visit¨® Nueva York en 1926 para aprender a desafiar a las alturas.

Sus 89,3 metros duplicaban el m¨¢ximo permitido por aquel entonces en la ciudad, pero finalmente se logr¨® el permiso por su car¨¢cter monumental y art¨ªstico y por su utilidad p¨²blica. Poco despu¨¦s de su construcci¨®n, sufrir¨ªa los bombardeos de la Guerra Civil y en sus habitaciones escribieron sus cr¨®nicas Hemingway y John Dos Passos. Por aquella ¨¦poca, no hab¨ªa reloj: se instal¨® en 1967 a 50 metros de altura, en los vanos de la decimotercera planta. De inspiraci¨®n art dec¨®, sus manecillas miden 2,5 metros el minutero y 1,5 la mano. Se mantiene la imagen original, pero su maquinaria tuvo que ser sustituida en 1983 por las inclemencias del tiempo y el viento. El reloj tiene un control crepuscular, es decir, que se enciende seg¨²n cae la noche y se apaga seg¨²n amanece.

El edificio ha sido recientemente remozado para convertirse en macrotienda y centro cultural. Tras un a?o de obras de la mano de Quanto Arquitectos y Moneo Brock, en mayo de 2012 se estren¨® el Espacio Fundaci¨®n Telef¨®nica, 6.370 metros cuadrados repartidos en cuatro plantas dedicados a exposiciones y acciones promocionales de Movistar. El resto, hasta 8.000, est¨¢ dedicado a tienda.