Generar valor para crear empleo estable
La ayuda que los Institutos Tecnol¨®gicos han aportado al tejido industrial valenciano ha sido fundamental para que muchas empresas hayan podido sobrevivir
La recesi¨®n que padecemos tiene ra¨ªces profundas, casi tanto como las de los ¨¢rboles centenarios. No estamos hablando de una situaci¨®n aleatoria, producto del azar, sino de la implacable l¨®gica de la globalizaci¨®n econ¨®mica que, sumado a otros factores como los errores pol¨ªticos y financieros que nos condujeron a la burbuja inmobiliaria, han dejado a este pa¨ªs con una de las tasas m¨¢s altas de desempleo de los llamados pa¨ªses industrializados.
Industrializado s¨ª, porque mientras no se demuestre lo contrario este es un pa¨ªs que, aunque lleg¨® tarde a las primeras oleadas de la industrializaci¨®n, supo ponerse al d¨ªa relativamente en la segunda mitad del siglo pasado en este proceso de tanta importancia para la generaci¨®n de riqueza y de empleo estable. Aunque, no podemos decir lo mismo en los inicios del siglo XXI.
Y es que como bien conocen los lectores, mientras algunos dirigentes pol¨ªticos de la Comunitat Valenciana cantaban las glorias de los grandes eventos, el turismo y la construcci¨®n, desde el sindicato no dej¨¢bamos de alertar del deterioro del sector industrial, instando a quienes ten¨ªan en sus manos los presupuestos de la Generalitat a dedicar mayores esfuerzos en modernizarlo y diversificarlo. Desde bastante antes de la crisis, la UGT-PV ha puesto el mayor inter¨¦s en hacer ver la necesidad de corregir los errores cometidos en el pasado reciente y suplir la ausencia de pol¨ªtica industrial, con presupuesto, planificaci¨®n y consenso, lo que deber¨ªa llevarnos a medio plazo a un cambio del modelo productivo basado en la innovaci¨®n, la investigaci¨®n y el desarrollo.
Sin embargo, las decisiones pol¨ªticas y las indecisiones de quienes ocupan cargos pol¨ªticos no est¨¢n ayudando a alcanzar este objetivo estrat¨¦gico que, en principio, todos compartimos. Un ejemplo de esta falta de sensibilidad respecto a la industria es la situaci¨®n que atraviesa la Red de Institutos Tecnol¨®gicos. Una Red cuya aportaci¨®n en la generaci¨®n de valor a?adido a productos y procesos, es innegable, apuntalando con su labor una de las claves para aumentar la competitividad de nuestra econom¨ªa, la innovaci¨®n. Innovaci¨®n que en la sociedad del conocimiento se erige como generadora de empleo estable y de calidad asegurando un futuro a la juventud, tan necesitada de unas expectativas laborales alejadas de la precariedad y la temporalidad.
Pues bien, seg¨²n un estudio que se har¨¢ publico en los pr¨®ximos d¨ªas, elaborado por la Universidad Carlos III la ayuda que los Institutos Tecnol¨®gicos han aportado al tejido industrial valenciano ha sido fundamental para que muchas empresas hayan podido sobrevivir aprendiendo a identificar con precisi¨®n sus carencias innovadoras y darles una respuesta m¨¢s certera, ayud¨¢ndoles con ello a ser m¨¢s competitivas.
Hablamos de empresas que gracias a su vinculaci¨®n con los Institutos Tecnol¨®gicos de REDIT son capaces de comprar servicios de investigaci¨®n y desarrollo con una propensi¨®n superior en 38 puntos al de las empresas no colaboradoras, que destinan un 9,6% m¨¢s al gasto en I+D o que llevan a cabo actividades de innovaci¨®n interna, con una frecuencia que supera en 21 puntos a las que no colaboran. De esta forma, estas empresas pueden innovar en productos en un porcentaje 14 puntos superior, en m¨¦todos (5,4 puntos), organizaci¨®n (11,5 puntos), comercializaci¨®n (9,2 puntos), patentes (8,3 puntos) u otros derechos de propiedad intelectual e industrial (10 puntos). Con todos estos indicadores no es de extra?ar que la productividad en estas empresas sea un 9% superior al de las empresas que no colaboran con REDIT.
Por desgracia, todav¨ªa hay quien piensa que los representantes de los trabajadores no deber¨ªamos preocuparnos por estas cuestiones de la innovaci¨®n y el desarrollo, que este es un territorio exclusivo para t¨¦cnicos y el empresariado, pero olvida que para desarrollar productos innovadores, diferenciados y con mayor valor a?adido son necesarios trabajadores y trabajadoras formados y cualificados, cuyos empleos de calidad generan estabilidad econ¨®mica y confianza en el futuro. Unos trabajadores que, de forma organizada, tienen todas las herramientas para defender sus intereses, que tambi¨¦n son los de las empresas, mediante la negociaci¨®n colectiva.
Porque, en esta recesi¨®n, se ha hablado mucho de la necesidad de infundir confianza a la econom¨ªa, pero nada da m¨¢s confianza que identificar correctamente aquellas ¨¢reas donde la inversi¨®n productiva es capaz de generar valor a?adido, y por supuesto, empleo estable. Ese es el camino que la UGT-PV ha defendido en los ¨²ltimos a?os y, por el que, los Institutos Tecnol¨®gicos, primero, y REDIT, m¨¢s tarde, transita desde su creaci¨®n.
Conrado Hern¨¢ndez Mas es secretario general de la UGT-PV
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