La Generalitat da el paso para recusar al presidente del Constitucional

La carrera para recusar al presidente del Tribunal Constitucional por su militancia en el Partido Popular ha comenzado. El pistoletazo de salida lo dio ayer la Generalitat de Catalu?a, que entiende que la presencia de Francisco P¨¦rez de los Cobos en las deliberaciones sobre los numerosos conflictos que mantiene con el PP y el Gobierno puede contaminar las sentencias. De entrada, el Gobierno catal¨¢n rechaza que el magistrado pueda dirimir sobre asuntos como la Ley de Educaci¨®n de Catalu?a, recurrida por el Partido Popular. Sin embargo, amenaza con extender la recusaci¨®n a todos los conflictos competenciales en los que el PP o el Gobierno sean parte. En total el Gobierno central y la Generalitat tienen 47 litigios pendientes en el Alto tribunal. Otras comunidades como Andaluc¨ªa y Pa¨ªs Vasco se plantean tambi¨¦n recusar al magistrado.

Nadie quiere dar pasos en falso. El Gobierno catal¨¢n se ha limitado de momento a encargar un informe a sus servicios jur¨ªdicos para determinar las posibilidades de ¨¦xito de las recusaciones. Sin embargo, el consejero de Presidencia, Francesc Homs, dej¨® claro que es solo cuesti¨®n de tiempo que la Generalitat intente apartar a P¨¦rez de los Cobos: ¡°La recusaci¨®n la tenemos que acabar de detallar, pero la presentaremos seguro¡±.

El argumento que utiliza el Gobierno catal¨¢n contra el presidente del Constitucional es que su militancia pol¨ªtica ¡°confirma la sensaci¨®n¡± de que puede haber ¡°contradicci¨®n de intereses¡± cuando P¨¦rez de los Cobos deba decidir acerca de los recursos que su partido presente ante la instituci¨®n. La fuerzas pol¨ªticas catalanas mantienen muy vivo en la memoria el largo episodio de las recusaciones de magistrados durante la larga deliberaci¨®n del recurso contra el Estatuto de Autonom¨ªa de Catalu?a, que culmin¨® en 2010 con un recorte del texto sustancial. El PP consigui¨® recusar al magistrado Pablo P¨¦rez Tremps en 2007 porque cuatro a?os antes, y sin ser a¨²n miembro del Tribunal Constitucional, elabor¨® un informe para la Generalitat sobre una eventual reforma del Estatuto catal¨¢n. La mayor parte de los partidos catalanes entienden que si aquello fue suficiente para recusar a un magistrado, la militancia del PP de P¨¦rez de los Cobos tambi¨¦n lo permitir¨ªa.

De momento la Generalitat considera factible recusarlo en las reclamaciones impulsadas por el PP. De esta forma, el presidente del Alto Tribunal podr¨ªa ser apartado de la deliberaci¨®n del recurso que el PP present¨® contra la Ley de Educaci¨®n de Catalu?a. Los populares la recurrieron para acabar con el sistema de inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica en catal¨¢n que se viene empleando en las escuelas de esa comunidad desde hace 30 a?os.

Sin embargo, la Generalitat entiende que la afiliaci¨®n pol¨ªtica del magistrado afecta tambi¨¦n a su imparcialidad en otros procesos no necesariamente planteados por el PP. Lo que estudia ahora la Generalitat es si hay base para la recusaci¨®n en los recursos planteados por el Gobierno o incluso los planteados por el Ejecutivo catal¨¢n.

En estos momentos el Gobierno central tiene planteados siete recursos de calado pol¨ªtico contra la Generalitat. El m¨¢s sustancioso es el referente a la Declaraci¨®n Soberanista que el Parlamento catal¨¢n aprob¨® el pasado enero y que el Constitucional mantiene suspendido.

Este recurso ha hecho que, tambi¨¦n ayer, el Parlamento de Catalu?a decidiera comenzar los tr¨¢mites para sumarse a las peticiones de recusaci¨®n de P¨¦rez de los Cobos. La Mesa de la c¨¢mara aprob¨® por mayor¨ªa pedir un dictamen al gabinete jur¨ªdico en el mismo sentido que el Gobierno de CiU.

Adem¨¢s del recurso contra la declaraci¨®n soberanista, la Generalitat no quiere que P¨¦rez de los Cobos dictamine sobre otros rcursos como el que el Gobierno present¨® contra el decreto de horarios comerciales de Catalu?a, m¨¢s restrictivo con las aperturas en festivo que el del Gobierno central. Tambi¨¦n se encuentran pendientes de resoluci¨®n los recursos del Gobierno contra la instauraci¨®n de una tasa de un euro por cada receta m¨¦dica, contra las nuevas tasas judiciales catalanas y para vetar el impuesto sobre dep¨®sitos bancarios que quiere aplicar el Gobierno catal¨¢n. Otra pol¨¦mica ley catalana pendiente de dictamen es la de Consultas por v¨ªa de refer¨¦ndum.

Pero lo que de veras preocupa a la Generalitat es el nivel de hostilidad que pueda mantener el presidente del Tribunal Constitucional en todo lo referente al proceso soberanista catal¨¢n. Despu¨¦s del verano el Parlamento catal¨¢n probar¨¢ la nueva ley de consultas auton¨®mica, que el Ejecutivo de CiU quiere utilizar para preguntar a los catalanes por la autodeterminaci¨®n de Catalu?a. Los nacionalistas dan por hecho que el Gobierno cumplir¨¢ sus advertencias y recurrir¨¢ el texto nada m¨¢s ser aprobado. De ah¨ª que la Generalitat rechace de plano que P¨¦rez de los Cobos se mantenga en el puesto a la hora de dictaminar sobre este texto.

En Catalu?a solo el Partido Popular levant¨® ayer la voz contra la recusaci¨®n que programa la Generalitat. El portavoz del PP en la c¨¢mara aut¨®noma, Enric Millo, lament¨® que Gobierno y Parlamento quieran ¡°generar dudas¡± a la opini¨®n p¨²blica acerca del Constitucional y se?al¨® que lo ¨²nico que pretende Converg¨¨ncia i Uni¨® es generar ¡°cortinas de humo¡± contra cualquier cosa asociada al Estado, informa Neus Vidal. Fue precisamente en el Partido Popular de Barcelona donde P¨¦rez de los Cobos pag¨® su cuota de militante como m¨ªnimo entre los a?os 2008 y 2011: 37,14 euros al a?o.

El resto de grupos coincidi¨® en destacar que el presidente del Tribunal Constitucional no deber¨ªa tener una conexi¨®n pol¨ªtica tan directa. As¨ª, la portavoz de Esquerra Republicana, Marta Rovira, quiso remarcar que, aunque P¨¦rez de los Cobos no es magistrado, la Constituci¨®n ¡°establece que tiene las incompatibilidades propias de los miembros del poder judicial¡±.

Desde Iniciativa y la CUP tambi¨¦n se?alaron que la situaci¨®n afectaba gravemente a la ¡°credibilidad de la instituci¨®n¡±. La portavoz ecosocialista Dolors Camats aleg¨® que el problema no era militar en el partido sino ¡°saber que la militancia influye en las decisiones que uno toma¡±.