La pol¨ªtica al rev¨¦s
La incertidumbre y la sospecha pol¨ªtica son malas siempre
Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n es uno de los pol¨ªticos espa?oles en activo mejor preparados, m¨¢s cultos y con una experiencia m¨¢s dilatada en la gesti¨®n de todo tipo de asuntos y de servicio p¨²blico.
Las razones principalmente personales que acaba de dar para justificar su renuncia merecen toda credibilidad aunque es verdad que la perder¨ªa de inmediato si, como se ha escrito, en lugar de dedicarse a sus actividades privadas pasase a ser senador para buscar un aforo que dice no necesitar. Ni siquiera creo que fuese criticable que su renuncia busque que su partido evite la presi¨®n del juicio por los ERE. M¨¢s bien lo contrario. Y en todo caso conviene recordar que por evidencias mucho m¨¢s claras de sobresueldos o dinero negro no se van los dirigentes del PP, as¨ª que no son precisamente los Arenas y compa?¨ªa los m¨¢s legitimados para censurarlo.
Ahora bien, dejando eso a un lado, resulta muy dif¨ªcil de creer que cuando Gri?¨¢n afirm¨® que se iba pero sin dejar inmediatamente el cargo no supiera realmente lo que acaba de anunciar ahora, y choca que alguien con tanta relevancia como ¨¦l disimule lo que sabe nada m¨¢s y nada menos que en sede parlamentaria.
Por otro lado, tambi¨¦n ha resultado poco serio, al menos visto el proceso desde fuera, el modo de convocar las primarias para concretar su sucesi¨®n.
No soy de los que piensan que estos procedimientos lo arreglan todo en los partidos, pero s¨ª me parece que son una buena oportunidad para que en su seno se act¨²e con m¨¢s aire puro, transparencia y democracia. Por eso parece tambi¨¦n chocante que, sabiendo que en ellas participar¨ªa una persona con tanta fortaleza org¨¢nica y pol¨ªtica como Susana D¨ªaz (que por ello seguramente hubiera vencido en cualquier caso), Gri?¨¢n las convocase como pu?alada de p¨ªcaro, con efectos as¨ª muy contrarios a sus prop¨®sitos intr¨ªnsecos y de modo nada atractivo ni edificante para la ciudadan¨ªa que desea que los partidos no act¨²en como lo hacen sino que se abran m¨¢s a la sociedad y a los intereses reales de la gente.
Para colmo, el propio Gri?¨¢n ha sembrado la duda sobre el futuro del gobierno de coalici¨®n que todav¨ªa preside, dejando caer que IU podr¨ªa abandonarlo y que la eventualidad de un posible adelanto electoral por esa raz¨®n justificar¨ªa las prisas para elegir a quien lo sustituya. Me resulta esto igualmente sorprendente porque, si bien es posible que esa elucubraci¨®n pueda servir para cohesionar a su partido, la incertidumbre y la sospecha pol¨ªtica son malas siempre y mucho m¨¢s en momentos de perturbaci¨®n y crisis como los actuales.
La ¨²nica explicaci¨®n que le encuentro a estos comportamientos de Gri?¨¢n es que en los socialistas andaluces se haya impuesto lo que podr¨ªamos llamar el hacer la pol¨ªtica al rev¨¦s, es decir, el considerar la fortaleza y el control interno del partido como un fin en s¨ª mismo al que se supedita toda su acci¨®n pol¨ªtica e incluso las responsabilidades de gobierno que tengan sus dirigentes. Si fuera as¨ª, ser¨ªa una herencia envenenada la que reciba Susana D¨ªaz, a quien su gesti¨®n en el gobierno augura un futuro brillante en la pol¨ªtica andaluza siempre que se dedique preferentemente a ello, que es lo que desea la gente que hagan sus presidentes o presidentas, y no a mantener a raya a la militancia de su partido.
Experiencias como la de los socialistas malague?os han demostrado a las claras que para que la sociedad conf¨ªe y d¨¦ el voto a un partido pol¨ªtico no basta con que ¨¦ste tenga una direcci¨®n omnipotente que controle con pu?o de hierro a su militancia y acalle cualquier atisbo de voz cr¨ªtica. Desde que en M¨¢laga funcionan as¨ª solo consiguen una derrota electoral tras otra, y eso mismo le podr¨ªa ocurrir a todos los socialistas andaluces si la pr¨®xima presidenta sigue ese ejemplo.[PIEPAG]
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