Cerveza de peque?a marca
La obtenci¨®n de materias primas casi siempre est¨¢ vinculada a la agricultura ecol¨®gica
Entre las gigantes multinacionales que atesoran la mayor parte de las marcas de cerveza en Espa?a, unos min¨²sculos brotes de trigo y de cebada han empezado a germinar a la sombra de las grandes factor¨ªas. Son peque?os productores de cerveza artesanal que han decidido retornar a los or¨ªgenes y ofrecer algo distinto de los caldos industrializados. Poco a poco comienza a extenderse por Andaluc¨ªa esta nueva forma de consumo importada de Europa y Estados Unidos y que en Espa?a ya se ha implantado en Catalu?a, Valencia, Pa¨ªs Vasco y Madrid: son las microf¨¢bricas artesanales de cerveza.
Desde hace no mucho m¨¢s de dos o tres a?os, un pu?ado de peque?as empresas ha empezado a sacar al mercado producciones andaluzas de cervezas rubias, tostadas y negras; molidas, cocidas y fermentadas en min¨²sculas factor¨ªas. Y como todo lo que ocurre actualmente en el mundo del emprendimiento empresarial, la crisis ha sido un detonante para que cerveceros noveles se hayan embarcado en la aventura de producir su propia bebida. Es el caso de Califa, la ¨²ltima de las marcas nacidas en el panorama andaluz. Lo ha hecho en C¨®rdoba, provincia que se suma con cierto retraso a este viraje en la forma de beber cerveza.
Califa es una iniciativa de dos socios, Rafael Serrano, de 38 a?os, que trabajaba de aut¨®nomo en el mercado de las telecomunicaciones; y Alejandro D¨ªaz, de 37, antiguo inform¨¢tico de Cajasur que decidi¨® dejar la entidad antes de ser trasladado fuera de C¨®rdoba. Los dos eran aficionados a la cerveza y produc¨ªan la suya en casa, ayudados de equipamientos para la elaboraci¨®n que pueden comprarse en tiendas especializadas o por Internet.
De esta forma, fueron conociendo tambi¨¦n otros grupos de fabricantes caseros. Incluidos unos viejos amigos suyos sevillanos que terminaron sacando la cerveza Taifa. ¡°Viendo c¨®mo lo hab¨ªan hecho, nos dimos cuenta de que era posible sacar nuestro propio sello, con nuestra propia cerveza artesana. Y nos lanzamos¡±, explica D¨ªaz en su local. Con una inversi¨®n de unos 100.000 euros, Califa produce la cerveza en un s¨®tano situado en pleno centro de C¨®rdoba. Y buena parte de los 500 litros diarios de las tres variedades de caldos que consiguen se venden justo escaleras arriba, en el bar que han abierto encima. Un establecimiento que tiene una gran pizarra tras la barra y que no es sino una gu¨ªa de muchas de las cervezas artesanales que, junto a la suya, se producen actualmente en Espa?a.
¡°Queremos ir d¨¢ndole m¨¢s presencia a las cervezas andaluzas¡±, se?ala Serrano. En los ¨²ltimos a?os, las nuevas marcas han empezado a circular por otras regiones. La mayor¨ªa de ellas se basan, como Califa, en la fuerte personalidad de sus caldos, en su singularidad y en la artesan¨ªa del proceso de cocci¨®n y fermentaci¨®n con materias primas casi siempre vinculadas a la agricultura ecol¨®gica o a sus t¨¦cnicas de explotaci¨®n. Adem¨¢s de la sevillana Taifa, en Almer¨ªa naci¨® Far West; en Ja¨¦n, Tierra de Frontera; en C¨¢diz, Maier; y en Granada, Mammooth, entre otras.
Algunas de ellas est¨¢n en el bar de Califa. Pero guardan un espacio especial para Son, la cerveza artesanal pionera de C¨®rdoba. Son tiene solo 14 meses pero han sido suficientes para que su nombre ya se escuche entre los cerveceros de pro cordobeses. El ingeniero agr¨®nomo Francisco Lucena, de 30 a?os, dej¨® la cooperativa en la que estaba contratado para montar este negocio, pionero en una tierra especialmente vin¨ªcola. Aplic¨® sus conocimientos para construir gran parte del aparataje necesario para elaborar cerveza y su inversi¨®n se limit¨® a unos 45.000 euros para ponerla en marcha.
Su empresa aspira a cambiar la concepci¨®n de la cerveza, dignificando el producto y consolidando un mercado de clientes con un paladar educado. Ya organiza cursos y catas para ampliar el conocimiento de los clientes y los aficionados. El objetivo es lograr una poblaci¨®n de consumidores a los que no les importe pagar un poco m¨¢s (alrededor de 2,5 euros de media) por un botell¨ªn de cerveza artesana en un bar, a sabiendas de que es un caldo muy especial.
Lucena ve con optimismo el futuro. Cree que la proliferaci¨®n de marcas en Andaluc¨ªa mueve el mercado, genera curiosidad entre los aficionados y, finalmente, fomentar¨¢ el consumo. Son ya abre distribuci¨®n en M¨¢laga, C¨¢diz, Madrid y Barcelona. Y sue?a con lograr una producci¨®n suficiente, sin dejar de ser artesanal, para vender en Europa o, incluso, en Estados Unidos.
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