¡°Pensamos que nos ca¨ªa el tren encima¡±
Pilar Ramos, due?a de un bar a 40 metros de las v¨ªas, relata el horror de los primeros minutos Hizo la primera llamada al 061
Hay 40 metros entre el bar Rozas O Tere, de Angrois (Santiago), y las v¨ªas del tren. Por eso su due?a, Pilar Ramos, fue la primera en llamar al 061 cuando el tren descarril¨® el pasado mi¨¦rcoles y caus¨® la muerte de 78 personas; cuando al otro lado del tel¨¦fono todav¨ªa no sab¨ªan qu¨¦ era Angrois. ¡°Me pregunt¨® d¨®nde estaba eso y yo estaba tan nerviosa que dije: ?B¨²squelo!¡±, relata.
Desde ese bar, en el que los polic¨ªas sustituyen estos d¨ªas a la familiar clientela, Pilar relata el horror de los primeros instantes del accidente, cuando los vecinos del barrio tuvieron que enfrentarse solos a la tragedia, hasta que ¡°a los diez minutos¡± llegaron ¡°los profesionales¡±: las ambulancias, los bomberos...
¡°Sentimos un estruendo muy grande. Mi marido vino corriendo y grit¨®: ¡®?Se nos cae el tren encima!¡¯ Pens¨¢bamos que la casa ¡ªencima del bar¡ª se ven¨ªa abajo. Sal¨ª y vi un humo muy negro, el vag¨®n ardiendo, y muertos en la carretera. Eran los que hab¨ªan salido despedidos. Hab¨ªa gente decapitada. Parec¨ªa el fin del mundo. Nos pusimos hist¨¦ricos¡±.
Su marido grit¨® pidiendo mantas para tapar a los muertos. ¡°Fui a por toallas, mantas, s¨¢banas. Yo y todos, no ha quedado nada en las casas¡±, recuerda Pilar. ¡°La gente gritaba desde dentro del tren: ¡®?Sacadme de aqu¨ª!¡¯, ¡®?Auxilio¡¯! y entonces los vecinos empezaron a cortar las vallas para llegar hasta ellos. Hicimos una cadena humana para llevarles agua y los vecinos cogieron maderas como camillas para sacarlos del tren¡±.
Lo peor, lo que Pilar no logra sacarse de la cabeza, son los ni?os. ¡°Hab¨ªa ni?os amputados, sin una pierna, que llamaban a gritos a su mam¨¢. A cada momento los estoy viendo. No soy capaz de dormir. Eso no se te olvida en la vida¡±, dice con los ojos h¨²medos. ¡°Sacaron un beb¨¦ de unos seis meses que no ten¨ªa nada. Su madre tambi¨¦n estaba bien¡±, dice para reconfortarse. ¡°Y pudo haber sido peor porque en ese momento estaba mal el tiempo, y donde cay¨® el vag¨®n no hab¨ªa ni?os jugando, ni viejitos paseando¡±.
Los bomberos, cuenta, ¡°hicieron una labor impresionante. Es su trabajo, pero hay que valer. Nosotros no s¨¦ c¨®mo fuimos capaces de hacer lo que hicimos. No pens¨¢bamos¡±. ¡°Sacaron a una chica joven, le pusieron un collar¨ªn, pero muri¨® en la camilla¡±
La nieta de Pilar, Zeltia, de 7 a?os, se acerca de vez en cuando para recibir un mimo de su abuela. ¡°Intent¨¦ ocultarle todo, pero se da cuenta. Le dije: ¡®No ha muerto nadie¡¯, y me contest¨®: ¡®Abuela, hab¨ªa gente muerta en la v¨ªa, yo lo vi¡¯. Esto no se lo deseo a nadie¡±, recuerda. ¡°Los del Ayuntamiento dijeron que si necesitamos ayuda psicol¨®gica se lo digamos¡±, a?ade. Pilar vuelve a emocionarse: ¡°?Sabe? Aqu¨ª est¨¢bamos esperando las fiestas, los fuegos artificiales... nunca pensamos que algo as¨ª pudiera pasar. Pero pas¨®, y nos pas¨® a nosotros¡±.
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