Errores y confusiones

Artur Mas apenas se sali¨® del guion previsto para expulsarse culpas por el caso Palau. Confiado en la palabra de su extesorero, el presidente trat¨® de desacreditar puntos clave de la instrucci¨®n judicial. A diferencia de otras ocasiones, ayer evit¨® alusiones a una supuesta mano negra e incluso exhibi¨® respeto por el trabajo de la fiscal¨ªa. De entrada, evit¨® hablar de simples ¡°conjeturas¡± o ¡°suposiciones¡± y admiti¨® la gravedad de que vaya a abrirse juicio oral. ¡°Se han obtenido indicios¡±, dijo, pero no pruebas. En su intento por derribar las acusaciones que se ciernen sobre su partido, Mas cometi¨® algunos errores e incurri¨® en contradicciones. El presidente insinu¨® que la falta de ¡°pruebas¡± s¨®lidas redunda en la debilidad de las acusaciones. Pero lo cierto es que, en la fase de instrucci¨®n ¡ªla que ahora ha concluido¡ª, solo cabe hablar de indicios racionales de delito.

Mas ahond¨® en otra supuesta flaqueza de la causa penal: no hay indicios de irregularidades en los procesos de adjudicaci¨®n de obra p¨²blica a Ferrovial, la constructora que, presuntamente, abon¨® 5,1 millones a CDC a trav¨¦s del Palau de la M¨²sica. ¡°Si las obras se adjudicaron correctamente, ?qu¨¦ trato de favor hab¨ªa?¡±. El juez y el fiscal aceptan que los concursos son impecables. Pero eso no impide, dicen, que empresa y partido suscribieran un ¡°pacto¡± que dur¨® 10 a?os y que consisti¨® en pagar abultadas comisiones a cambio de favorecer adjudicaciones millonarias, como la Ciudad de la Justicia o la l¨ªnea 9 del metro. ¡°Espero que se tenga en cuenta en el juicio, tiene mucho valor¡±, dijo Mas.

Para Mas, en cambio, si no se han hallado nombres y apellidos en cuatro a?os de investigaci¨®n es que, sencillamente, no existen

Uno de los argumentos que emple¨® para no asumir nuevas responsabilidades es que, entre los 17 imputados, no hay ning¨²n miembro del Gobierno ni responsable actual del partido. Eso es cierto, pero hay matices. Para el juez y el fiscal est¨¢ claro que ¡°altos responsables¡± influyeron en cargos p¨²blicos para favorecer a Ferrovial. Que no se les haya logrado identificar, dicen, es otro cantar.

Para Mas, en cambio, si no se han hallado nombres y apellidos en cuatro a?os de investigaci¨®n es que, sencillamente, no existen. Los dos ¨²nicos imputados vinculados directamente a CDC son el extesorero Daniel Os¨¢car y el exdiputado Jaume Camps, a los que se atribuye un papel activo en el cobro de comisiones.

El presidente no entr¨® en la teor¨ªa de la conspiraci¨®n, cierto, pero la borde¨®. Como cuando dijo que el fiscal ¡°se ha pasado meses, y meses, y meses, y meses¡± investigando las comisiones ilegales. O cuando afirm¨® que el magistrado que lleva el caso, Josep Maria Pijuan, ¡°no ha sido el ¨²nico juez instructor, ha habido tres¡± y que los dos anteriores ten¨ªan ¡°un criterio diferente¡±. La afirmaci¨®n no es del todo correcta. El primer magistrado, Juli Solaz ¡ªcriticado por su lentitud en la instrucci¨®n¡ª no entr¨® de lleno en la presunta financiaci¨®n irregular de Converg¨¨ncia. Pero su sucesor, Miguel ?ngel Tabar¨¦s ¡ªque estuvo en comisi¨®n de servicios en el juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 30 de Barcelona hasta que Pijuan ocup¨® la plaza¡ª fue quien decret¨®, entre otras cosas, la imputaci¨®n del extesorero.

Pese a estar ¡°convencido al 100%¡± de que Converg¨¨ncia no se financi¨® de forma irregular entre 1999 y 2009, Mas se situ¨® en el escenario de una hipot¨¦tica condena. En tal caso, se comprometi¨® a devolver ¡°hasta el ¨²ltimo c¨¦ntimo de euro¡±. Su compromiso, en realidad, no tiene ninguna trascendencia. Si hay condena, Converg¨¨ncia estar¨¢ obligada a devolver esa cantidad porque figura como responsable civil, a t¨ªtulo lucrativo, en la causa. El verano pasado, el juez impuso una fianza de 3,2 millones al partido, que puso su sede central, en la calle C¨°rsega de Barcelona, como aval.

Mas no habl¨® de ese aval ni entr¨® a desmentir los detalles que el juez relata sobre el ¡°flujo de fondos¡± que, presuntamente, lleg¨® al partido: dinero en efectivo y facturas falsas emitidas por cinco empresas. Tambi¨¦n es verdad que, salvo Ciutadans ¡ªque s¨ª aludi¨® a la trama societaria¡ª ning¨²n otro grupo se interes¨® por esas circunstancias. El presidente solo mencion¨® habl¨® de dinero para revelar que la Fundaci¨®n Trias Fargas (rebautizada como CatDem tras el esc¨¢ndalo) ya ha devuelto la mitad de los 630.000 euros que logr¨® mediante convenios de colaboraci¨®n con el Palau.

Como si se tratase de un abogado defensor, Mas record¨® algunos de los principios del derecho penal: presunci¨®n de inocencia, igualdad de armas (entre la acusaci¨®n y las defensas) y obligaci¨®n de demostrar la culpabilidad, no la inocencia. ¡°Las acusaciones tienen todo el derecho del mundo a actuar, pero est¨¢n al mismo nivel que las defensas¡±, se?al¨® Mas, que acus¨® a la oposici¨®n de convertir ¡°el auto judicial¡± ¡ªel que cierra la instrucci¨®n¡ª ¡°en un auto definitivo¡±.

El diputado de CiU Jordi Turull aprovech¨® su turno para remachar lo que el presidente, tal vez, no pudo decir de forma tan expl¨ªcita: que, a su juicio, hay ¡°indicios sin pruebas¡±, lo que conduce al caso Palau hacia una ¡°dimensi¨®n desconocida¡± del Estado de Derecho.