Del botell¨®n al terraz¨®n

Dos mesas, ocho sillas y un trozo de moqueta imitando c¨¦sped, en un alarde decorativo, es suficiente. El bar de debajo de casa, de la acera de enfrente o de la plaza contigua, amanece un d¨ªa con terraza. El paisaje se repite por calles y plazas madrile?as en una sucesi¨®n de veladores de lo m¨¢s variopinto que han transformado el paisaje de la ciudad en una macroterraza. En tres a?os, de 2009 a 2012, las 1.495 autorizadas han pasado a 3.740, con un 150% de aumento, seg¨²n datos municipales. La palma de oro se la llevan el distrito de Centro, que recoge un tercio del total, como demuestran aceras completamente saturadas en Chueca, Latina, Huertas y Malasa?a, entre otras.

La controversia aument¨® con la nueva ordenanza de terrazas y quioscos de hosteler¨ªa y restauraci¨®n, en vigor desde este mes, que flexibiliza los requisitos para su instalaci¨®n entre el aplauso de los hosteleros y una lluvia de cr¨ªticas de las asociaciones vecinales. El PSOE calcula que el nuevo escenario legal permitir¨¢ establecer al menos 200 terrazas m¨¢s en los seis barrios de Centro: Palacio, Embajadores, Cortes, Justicia, Universidad y Sol, donde viven 150.000 personas en sus 523 hect¨¢reas.

Los hosteleros hacen una lectura positiva de la norma, porque incorpora peticiones que llevaban a?os haciendo. Entre ellas, la incorporaci¨®n de m¨¢s elementos de mobiliario y que se puedan distribuir las mesas en funci¨®n de c¨®mo lo consideren rentable. Antes eran m¨®dulos fijos de una mesa y cuatro sillas. Las terrazas son un elemento imprescindible de su actividad econ¨®mica sin el que las cuentas no cuadrar¨ªan, y que adem¨¢s es un dinamizador del turismo y del ocio de la ciudad, seg¨²n advierte Juan Jos¨¦ Blardony, director general de La Vi?a, asociaci¨®n hostelera de la Comunidad de Madrid. ¡°Es imposible sostenerte durante los meses de verano sin terraza, a no ser que hagas el grueso de la facturaci¨®n en invierno, algo muy complicado¡±, explica.

Las tasas por terraza se mueven en una horquilla entre 73,98 y 10,83 euros por metro cuadrado, dependiendo de la categor¨ªa de la v¨ªa. Por una terraza estacional (de marzo a octubre) de 20 metros cuadrados de primera categor¨ªa el precio es de 1,479 euros. Para todo el a?o sube a 2.219.

El vecino al que le toca sobrellevar la temporada estival sin abrir las ventanas por el ruido, o que tiene que sortear las mesas al andar por su barrio o al acceder al portal de su vivienda, no comparte el entusiasmo empresarial. Violeta Morales no fue consciente de donde se met¨ªa hasta que ya no tuvo remedio. Alquil¨® una vivienda en la calle de Augusto Figueroa, frente a una terraza. ¡°Nunca pens¨¦ que esto pod¨ªa ser as¨ª, es terrible dormir cuatro horas y tener que levantarte a las siete de la ma?ana para ir a trabajar. A veces voy llorando¡±, relata. Cerrar las ventanas no le sirve de mucho. ¡°Se siguen escuchando las voces y cuando quitan la terraza, que muchas veces es a las dos de la ma?ana, arrastran las mesas y tiran las botellas al contenedor, una a una¡±. Asegura que ha cogido man¨ªa al barrio y que no tiene m¨¢s remedio que aguantar hasta noviembre por las condiciones del alquiler. ¡°Pero en cuanto pueda me voy, porque llamo a la polic¨ªa y da igual, yo creo que ya ni vienen¡±, se queja.

Peor es la situaci¨®n de otra vecina que compr¨® una casa por la zona sin que hubiera ning¨²n bar debajo de sus ventanas. Un d¨ªa la tienda de ropa se convirti¨® en un bar. ¡°Sientes que estas pagando una hipoteca por vivir en el infierno¡±, describe. Cuenta como ha tenido que o¨ªr en el Ayuntamiento que quiz¨¢ estuviera obsesionada con el ruido y que ese fuera todo el problema. Finalmente ha optado por cambiar las ventanas y no abrirlas nunca. ¡°Vivo como en un b¨²nker, pero al menos yo tengo aire acondicionado y eso no les ocurre a todos los afectados¡±.

Esteban Benito, portavoz de la Plataforma de Vecinos Madrid Centro, que aglutina a varias asociaciones, aclara que no est¨¢n en contra de las terrazas, sino del abuso. ¡°Porque cuando se supera un n¨²mero es hacinamiento y tiene que existir un l¨ªmite en el espacio que ocupan y en el tiempo que est¨¢n abiertas. Es de sentido com¨²n¡±. Algo de lo que adolece, en su opini¨®n, la ordenanza reci¨¦n estrenada, que ha dejado de lado que Centro est¨¢ declarado como zona de actuaci¨®n ac¨²stica especial, lo que implica prohibiciones y limitaciones en la apertura de nuevos como (salas de fiesta, caf¨¦s-espect¨¢culo, discotecas, bares de copas, cafeter¨ªas, restaurantes, bares, entre otros establecimientos). Pero a partir de ahora, el abanico de locales que pueden instalar terrazas se ampl¨ªa a hoteles, y a los que acrediten una actividad de hosteler¨ªa como uso asociado (teatros, academias, tiendas, museos, gimnasios, etc¨¦tera).

¡°Y las terrazas que superen los 100 metros cuadrados no tendr¨¢n que acudir a la Comisi¨®n Especial de Terrazas para su autorizaci¨®n, como ocurr¨ªa antes¡±, a?ade Benito. El propio Ayuntamiento aclara que persigue introducir una ¡°corriente liberalizadora¡± en el sector acorde con la normativa europea. Tambi¨¦n reconoce la necesidad de conciliar esta actividad econ¨®mica con el descanso de los vecinos. ¡°Algo complicado si en una zona llena permites que sean m¨¢s los locales que puedan tener velador¡±, responde Benito.

El decano del Colegio de Arquitectos de Madrid, Jos¨¦ Antonio Granero, advierte que otra vez ¡°nos pasamos de frenada y se pasa a autorizar todo y de cualquier manera¡±. Considera que el ¨¦xito se encuentra en el orden y el equilibrio. En este caso, sostiene que las terrazas podr¨ªan haber contribuido a la regeneraci¨®n urbana, pero se est¨¢n convirtiendo en muchos casos en un elemento invasivo y desordenado del espacio p¨²blico. ¡°Con pl¨¢sticos, cerramientos y mobiliario sin criterio est¨¦tico, que llegan a convertirse en verdaderos inmuebles. Espacios urbanos donde la estancia solo podr¨¢ producirse previo pago, resultan un fraude para el ciudadano¡±, concluye. El portavoz vecinal a?ade uno de los grandes problemas es el incumplimiento sistem¨¢tico de la normativa por parte de muchos establecimientos ¡°sin que el Ayuntamiento tome medidas¡±, dice mientras observa la concentraci¨®n de terrazas de la plaza de V¨¢zquez de Mella. Seg¨²n la Asociaci¨®n de Vecinos de Chueca, el 80% comete alguna infracci¨®n.

Como ejemplo, se?ala las canalizaciones de los cables de la luz que sobresalen por las aceras en la plaza. ¡°Eso no est¨¢ permitido, pero da lo mismo, se denuncia y no pasa nada¡±. Tampoco se respeta la distancia de paso de peatones, que antes era de tres metros y que la ordenanza actual reduce a 2,5. Aunque donde pone especial ¨¦nfasis el portavoz vecinal es en los horarios de cierre. ¡°De domingo a jueves pueden estar abiertos hasta las 12.00 y los fines de semana se ampl¨ªa a la 1.30, pero es papel mojado, normalmente pueden estar todos los d¨ªas hasta la 1.30 o las 2.00 y los fines de semana llegan a las 3.00¡±.

Ante las quejas de la Plataforma de Vecinos, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, les contest¨® por escrito a una reclamaci¨®n que el Ayuntamiento tiene la firme voluntad de que se cumplan las ordenanzas, y en su caso, de sancionar a los incumplidores. Las multas oscilan entre los 750 y 1.500 euros y pueden llegar a un m¨¢ximo de 3.000 en caso de incumplimiento reiterado. La presente temporada, contin¨²a la alcaldesa, se han impuesto 17 sanciones, la mayor parte por instalar elementos no autorizados y por ocupar m¨¢s superficie de la permitida.

Marisa Ybarra, concejal socialista, califica la ordenanza como una ¡°barra libre¡±. Recuerda que en algunos barrios como Malasa?a, con m¨¢s de 500 bares, uno por cada 70 habitantes, la situaci¨®n es ya insoportable. ¡°Algo que se pudo comprobar cuando se declar¨® zona de protecci¨®n ac¨²stica especial¡±, sostiene. Su grupo ha pedido que se instale una estaci¨®n m¨®vil para medir el ruido nocturno durante los fines de semana en el centro madrile?o.

Y mientras tanto los madrile?os y turistas siguen a la b¨²squeda de la terraza m¨¢s fresquita. No se trata de acabar con las terrazas, sino de que se respeten los derechos de todos. ¡°A m¨ª tambi¨¦n me gustan, pero sin que molesten a nadie¡±, resume Benito, portavoz de la Plataforma.