ERC gana cuando apuesta por su alma nacionalista
El flujo de votos entre Esquerra y CiU ha sido particularmente intenso durante la ¨²ltima d¨¦cada
En los ¨²ltimos a?os ERC ha demostrado ser un partido clave en la formaci¨®n de gobiernos en Catalu?a. En ausencia de mayor¨ªas absolutas, Esquerra se ha encontrado con el dilema de decidir cu¨¢l de sus dos almas deb¨ªa potenciar: la progresista ¡ªy permitir as¨ª la formaci¨®n de un gobierno de izquierdas¡ª o la nacionalista, que supone dejar la presidencia de la Generalitat en manos de CiU. El excepcional desgaste sufrido por ERC tras su paso por los gobiernos del tripartito, dej¨¢ndose la mitad de sus votantes por el camino, y su igualmente excepcional resurgir en las elecciones auton¨®micas de 2012 nos ofrecen una interesante lecci¨®n: a Esquerra le va mejor cuando potencia su faceta nacionalista.
Existen al menos dos indicios que avalar¨ªan esta hip¨®tesis. Primero, a lo largo de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas de elecciones auton¨®micas, ERC ha conseguido aumentar su apoyo electoral cuando los ciudadanos han percibido que el partido se mov¨ªa a posiciones m¨¢s nacionalistas. Y, segundo, esta formaci¨®n obtuvo sus mejores resultados en unas elecciones generales precisamente en aquellas a las que concurri¨® con el programa electoral que m¨¢s peso daba a la cuesti¨®n nacional, las generales de 2004. Seg¨²n los datos de la organizaci¨®n Comparative Manifestos Project (1977-2008), Esquerra dedic¨® en esas elecciones el 27% de su programa electoral a cuestiones relacionadas con la dimensi¨®n nacionalista, lo que representa casi diez puntos porcentuales por encima de la media de sus otros programas.
El flujo de votos entre Esquerra y CiU ha sido particularmente intenso durante la ¨²ltima d¨¦cada
Pero, ?por qu¨¦ ERC crece cuando apuesta por su perfil nacionalista? La explicaci¨®n se halla en la importante disputa de votos que mantiene con CiU. Ambas formaciones funcionan como vasos comunicantes: cuando ERC sube es principalmente a costa de arrebatar votos a CiU y, por el contrario, cuando Esquerra baja, la mayor¨ªa de sus desertores encuentran cobijo en Converg¨¨ncia. Este fen¨®meno queda bien reflejado en las encuestas efectuadas por el CIS durante estas dos ¨²ltimas d¨¦cadas. Estas muestran que el trasvase de votos entre estas dos formaciones pol¨ªticas suele ser el doble que los trasvases que ERC mantiene con otros partidos.
El flujo de votos entre ERC y CiU ha sido particularmente intenso durante la ¨²ltima d¨¦cada. Cuando ERC obtuvo los mejores resultados de su historia en las elecciones auton¨®micas de 2003, la mitad de sus nuevos votantes proven¨ªan de las filas de Converg¨¨ncia. En cambio, en 2010, tras siete a?os de Goberno tripartito, el flujo cambi¨® de direcci¨®n y casi uno de cada cuatro de sus votantes se pasaron a las filas de CiU. El viento volvi¨® a soplar a favor de ERC en las elecciones de 2012. En esa ocasi¨®n, el mordisco a Convergencia signific¨® el 40% de sus nuevos votantes.
En definitiva, las encuestas han mostrado de forma sistem¨¢tica que Esquerra ha tenido como principal rival a Convergencia i Uni¨®. Ambas formaciones, tienen una implantaci¨®n territorial similar: son especialmente fuertes en las comarcas del interior y consiguen menos apoyos en el litoral de Barcelona y Tarragona. Adem¨¢s ambas tambi¨¦n tienen unas bases electorales esencialmente catalanoparlantes y nacidas en Catalu?a (y de padres tambi¨¦n catalanes). Sin embargo, su perfil ideol¨®gico es distinto: si bien los votantes de ERC son claramente nacionalistas y marcadamente de izquierdas, CiU goza de un electorado mucho m¨¢s heterog¨¦neo.
La batalla entre estos partidos se juega en el terreno nacionalista, pues ERC puede ara?ar votos a su principal rival especialmente cuando consigue que la cuesti¨®n nacional se ponga en el primer plano de la agenda pol¨ªtica. Es precisamente en estos contextos cuando los votantes de CiU m¨¢s progresistas y nacionalistas deciden sumarse a las filas de Esquerra. Contrariamente a lo que pudiera esperarse, la econom¨ªa y los recortes de la Generalitat poco tuvieron que ver con las deserciones de CiU hacia ERC en las elecciones auton¨®micas de 2012. Seg¨²n datos del CIS, el enfado con la situaci¨®n econ¨®mica o la labor del Gobierno de Artur Mas de los desertores no era muy diferente del que ten¨ªan los que se mantuvieron leales a CiU. Fue m¨¢s bien el contexto de polarizaci¨®n nacionalista el que foment¨® tales trasvases de votos.
En suma, como todos los partidos, ERC tiene un electorado fiel que le vota siempre y otro que lo hace seg¨²n la coyuntura. Entre este ¨²ltimo colectivo, destacan especialmente los votantes que fluct¨²an entre ERC y CiU, un electorado cuyo voto acaba ejerci¨¦ndose en clave nacionalista.
Llu¨ªs Orriols es doctor por la Universidad de Oxford y profesor de ciencia pol¨ªtica en la Universidad de Girona.
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