Horario solar
Barcelona cuenta en sus calles con m¨¢s de un centenar de relojes de sol catalogados
Los relojes de sol tienen una poes¨ªa especial. Funcionan cuando hay luz suficiente, como si la noche o un cielo nublado significasen una interrupci¨®n del tiempo. Esta clase de artefactos ¡ªtan ingeniosos como rudimentarios¡ª, suelen estar en calles tranquilas como la de Moss¨¦n Vives en Sarri¨¤, al lado de Infanta Isabel y cerca de la Ronda de Dalt. Un conjunto de edificios populares de planta ¡ªo de planta y piso¡ª con jard¨ªn, construidos entre las d¨¦cadas de 1920 y 1930. En una de ellas, tras un portal bordeado por una buganvilia hay una casa con un reloj que reza: ¡°Jo sense sol i tu sense fe, cap dels dos no valem res¡±. Lo que son las cosas, esa misma frase se encuentra en otro reloj que hay en el lejano barrio de Sant Antoni, al lado del restaurante F¨¢bula (un peque?o local que lleva un par de a?os abierto, con un men¨² m¨¢s que razonable).
El m¨¢s antiguo de la ciudad es el de la iglesia de los Josepets de la plaza Lesseps, del siglo XVII
Miro en la red y resulta que los relojes de sol proceden del Antiguo Egipto. En Barcelona no tenemos ninguno tan antiguo, pero el Centro Mediterr¨¢neo del Reloj de Sol ha catalogado m¨¢s de un centenar de ejemplares en la ciudad. Seg¨²n parece los hay de diversos tipos, verticales u horizontales, esgrafiados y labrados, de piedra, cer¨¢mica, bronce, ecuatoriales, acimutales, cil¨ªndricos, analem¨¢ticos o bifilares. Recientemente ha desaparecido el de la casa de los Pollitos, ¨²ltimas paredes de lo que fue el hostal de Hostafrancs que dio nombre al barrio. Sobre su fachada, pintado en la pared hab¨ªa un modesto reloj que solo parec¨ªa capaz de marcar tiempos de siegas y cosechas. El m¨¢s antiguo debe ser el de la iglesia de los Josepets de la plaza Lesseps, del siglo<TH>XVII. Y el del caser¨®n barroco de Can Llan?¨¤ ¡ªen la plaza de Sarri¨¤¡ª, a¨²n podr¨ªa ser anterior. Le sigue el de la finca Pedro i Pons de la avenida de Vallvidrera, con fecha de 1766. De ¨¦poca similar ¡ª1778¡ª es el que decora un muro del monasterio de Pedralbes. El de Can Tusquets en Travessera de Dalt, de 1793. O los dos del Laberinto de Horta, de finales del siglo XVIII.
Los hay rurales, como el de la mas¨ªa del Sot, detr¨¢s del Jard¨ªn Bot¨¢nico de Montju?c. Tambi¨¦n los hay puramente funcionales, como uno horizontal, cil¨ªndrico, p¨¦treo y marcial, firme junto al castillo de Montju?c. En la fortaleza hay otros dos, pr¨¢cticamente borrados por el tiempo y sin gnomon pero impert¨¦rritos. Los hay de costellada, como el que adorna La Masia de Can Bar?a, o el que muestra un sol sonriente al inicio de la calle Tallers. En la calle Comtal hay uno dentro del comedor de un restaurante, que en vez de la hora da la bienvenida. Incluso hay otro con unas coplas dedicadas en may¨®lica, que dicen rumbosas: ¡°Hora del Sol del carrer Petritxol¡±. M¨¢s modesto, en la calle Carabassa hay uno que apenas se ve. Y otro muy serio en el Registro Civil de la plaza Duc de Medinacel¡¤li.
Ilustrados, empelucados, volterianos, de suelo o modernistas, todos ingeniosos y rudimentarios
Hay relojes de sol ilustrados, empelucados, volterianos, como el que se alza en el parque de la Ciudadela, un monumento rodeado por una graciosa reja circular, base y bola de piedra sobre la cual est¨¢ dispuesta la numeraci¨®n que marca la hora. Los hay de autor, como el de la Casa de les Punxes de Puig i Cadafach. Tambi¨¦n los hay de suelo, como el de la plaza del Sol y sus figuritas de ni?os. O el que dibuja la forma de un pez en la plaza del Forum. Los hay modernistas, como el de una casa cercana al Park G¨¹ell (un parque pronto de pago). Y para hincharse a relojes, uno de los lugares m¨¢s bonitos de la ciudad ¡ªla calle de Aiguafreda de Horta¡ª, en uno de los cuales est¨¢ inscrita la frase de Salvat Papasseit: ¡°Cap hora ¨¦s isarda¡±. Reliquia de su reciente pasado rural, Horta a¨²n conserva otros relojes. Como el de la calle de Arenys, con un precioso sol de cer¨¢mica dorada y n¨²meros romanos. El de Ca l¡¯Eudald de la calle de Llobreg¨®s y los dos de la calle de Campoamor, el de Can Mora de la calle de Portell ¡ªm¨ªnima expresi¨®n de reloj, apenas una vara de metal clavada a la pared¡ª, y el de la mas¨ªa de Can Peronet en el camino a Sant Gen¨ªs, surcado por las cicatrices del tiempo.
Tambi¨¦n antiguo es el que decora una mas¨ªa de la calle de Taulat, frente al cementerio de Poblenou. En la misma calle, en la destiler¨ªa de Pedr¨® Massana hay otro que anuncia el licor Montroy, un reloj publicitario de inicios del siglo XX cuyo lema reza: ¡°El sol es vida, Montroy es alegr¨ªa¡±. Los hay muy modernos, como el de la plaza de Mar¨ªa Cristina o el de la playa del Bogatell. Y modern¨ªsimos, como el del centro comercial Gran V¨ªa-2 de la plaza de las Glorias. Incluso los hay de camuflaje, como los cuatro de la iglesia Dels ?ngels de la calle de Balmes, que parecen relojes de maquinaria. Como dice el lema de un reloj muy cerquita de donde viven mis padres: ¡°?Qui t¨¦ sol, qu¨¨ m¨¦s vol?¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.