C¨®mo Benet cre¨® al ¡®m¨¢rtir¡¯ Pujol
Una correspondencia clandestina in¨¦dita del historiador muestra c¨®mo aprovech¨® la detenci¨®n del activista para crear su liderazgo pol¨ªtico
¡°Jordi Pujol. Atar su nombre a la campa?a contra Galinsoga y Vanguardia, como acusado de ser uno de los cabecillas y por eso perseguido y castigado. As¨ª ayudaremos a popularizar su nombre (necesitamos que el pueblo conozca nombres de las nuevas generaciones) y, adem¨¢s, permite la continuaci¨®n de la agitaci¨®n popular. Por otro lado todo esto es cierto y no perjudica judicialmente a J. P.; al contrario. Necesitamos que el caso Jordi sea conocido en los barrios, y no se quede entre el elemento burgu¨¦s¡±. Es un fragmento de una in¨¦dita carta que Josep Benet dirige a sus contactos clandestinos el 9 de junio de 1960 y que forman parte de la fren¨¦tica actividad del abogado e historiador para construir un l¨ªder patri¨®tico para Catalu?a aprovechando su detenci¨®n y tortura como cabecilla de los famosos Fets del Palau de la M¨²sica Catalana.
¡°Su planteamiento es hiperpragm¨¢tico: han detenido y golpeado a Pujol; llegados aqu¨ª, se dice, vamos a ver qu¨¦ podemos sacar; y lo que Benet astutamente se da cuenta es de que el episodio permite construir algo m¨¢s que un l¨ªder: un m¨¢rtir con el que obtener una alta rentabilidad patri¨®tica¡±, apunta el estudioso Jordi Amat que, investigando para ultimar una biograf¨ªa del historiador, hall¨® inopinadamente en casa de este una quincena de copias de cartas en una carpeta sobre los Fets del Palau, donde, ante la presencia de autoridades franquistas, se interrumpi¨® un homenaje a Joan Maragall con la prohibida en ese acto El cant de la senyera y el lanzamiento de octavillas contra Franco.
Las cartas in¨¦ditas se han conservado en una carpeta sobre los ¡®Fets de Palau¡¯
Amat no sabe por qu¨¦ Benet guard¨® copia (en hojas de cebolla) de misivas sobre tan delicado episodio de la clandestinidad. Pero son una mina porque aportan nueva informaci¨®n sobre unos hechos que se cre¨ªan ya fijados al completo y, sobre todo, porque desvelan un episodio fundacional en la biograf¨ªa pol¨ªtica de Pujol.
La relaci¨®n entre el futuro presidente de la Generalitat y Benet arranca de mediados de los a?os cincuenta, una complicidad antifranquista de ra¨ªces cat¨®licas y nacionalistas. Am¨¦n de esbozar futuras empresas como la creaci¨®n de Edicions 62, habr¨ªa sido Benet quien sugiri¨® a Pujol que arrancara la exitosa campa?a contra el director de La Vanguardia Luis de Galinsoga por su triste frase ¡°Todos los catalanes son una mierda¡±.
El caso es que el historiador seguramente opin¨® sobre alg¨²n borrador del texto Us presentem al general Franco escrito por el joven activista y que se lanzar¨ªa como octavilla en el Palau de la M¨²sica ese 19 de mayo de 1960. Pujol, a pesar de que Benet le hab¨ªa sugerido que se escondiera, fue detenido a las dos de la madrugada del 22 de mayo. A¨²n le dio tiempo de bisbisear a su esposa Marta Ferrusola que avisara al historiador para que se ocultara. As¨ª lo hizo, en el santuario de Queralt, donde viv¨ªa mos¨¦n Ballar¨ªn.
La relaci¨®n entre el futuro presidente y Benet arranca de mitad de los a?os 50
¡°Nuestro Fouch¨¦¡±, como le bautiz¨® Maurici Serrahima en sus excelentes diarios, no tard¨® en mostrar sus dotes de veterano resistencialista para instrumentalizar el caso. A la semana de estar escondido, el 1 de junio, ya ten¨ªa clara la estrategia y sal¨ªa la primera de sus misivas, sin firmar o con seud¨®nimo, con las consignas iniciales. ¡°Benet se da cuenta de que Pujol es el primer cat¨®lico catalanista al que tortura un r¨¦gimen que se dice vencedor de una cruzada en defensa de la religi¨®n cat¨®lica, pero que para defender su poder no duda en atacar a cat¨®licos y esa contradicci¨®n deb¨ªa aprovecharse a fondo¡±, fija el autor de Las voces del di¨¢logo.
As¨ª lo hace Benet. Lo primero, dando difusi¨®n internacional al episodio. Por ello, usa su propia red de contactos. Y eso explica que uno de los primeros receptores de misivas fuera Francesc Farreras, exfalangista evolucionado a la socialdemocracia que viv¨ªa en Par¨ªs y trabajaba a las ¨®rdenes de Juli¨¢n Gorkin en el antifranquista Centro de Estudios y Documentaci¨®n, a su vez en tratos con el Congreso por la Libertad de la Cultura, el montaje de combate ideol¨®gico de la CIA estadounidense contra el comunismo. A Farreras, al que le recalca la importancia de la figura de Pujol (¡°Es necesario que se hable una y otra vez de Jordi Pujol. Hemos de hacer de ¨¦l un l¨ªder nuevo para nuestro pueblo, que bastantes necesita¡±) le pide que se organicen protestas en las embajadas, un env¨ªo masivo de telegramas a los ministros de Justicia y Gobernaci¨®n espa?oles quej¨¢ndose contra la tortura a un cat¨®lico en una pa¨ªs cat¨®lico y, sobre todo, que ¡°intervengan los amigos de EE<TH>UU¡±.
En esa ¨²ltima l¨ªnea, otra de las primeras misivas ir¨¢ destinada al congresista norteamericano John Brademas, miembro del Partido Dem¨®crata que se hab¨ªa doctorado en Oxford sobre el movimiento anarquista espa?ol, tema que Benet tambi¨¦n trabajaba a finales de los cincuenta y que debi¨® unirles. A ¨¦l alerta de ¡°la creciente oposici¨®n de los m¨¢s din¨¢micos elementos cat¨®licos de Catalu?a contra la pol¨ªtica franquista¡± y de que ¡°es necesario que los amigos americanos hag¨¢is cuanto pod¨¢is para evitar dicho consejo de guerra y para que Pujol pase a la jurisdicci¨®n civil¡±. Tambi¨¦n se trataba de dejar claro que las campa?as contra la tortura y a favor de los presos ¡°no queden siempre como exclusivas de los comunistas¡±, le insin¨²a a Farreras.
Uno de los ejes fue el ataque a miembros del Opus del Gobierno de Franco
Con un punto maquiav¨¦lico, la otra l¨ªnea de ataque la dirigir¨¢ Benet a provocar una brecha entre los propios miembros del Opus que est¨¢n en el Gobierno de Franco, ¡°entre el sector espiritualista y el pol¨ªtico¡±, escribe. Por ello, en una carta ahora a Josep Maria Trias Peitx, militante de Uni¨® Democr¨¤tica de Catalunya que vive exiliado en Par¨ªs, le dice que ¡°hay que seguir haciendo un esfuerzo para lograr que las autoridades del Opus impongan la dimisi¨®n de Ullastres y C¨ªa.¡±, por lo que no duda en recomendar que ¡°se presione cerca del padre Jos¨¦ Mar¨ªa Escriv¨¢ en Roma y al cardenal Tardini¡± y ¡°a los miembros del Opus espa?oles y extranjeros, adversarios de la participaci¨®n pol¨ªtica, que tambi¨¦n los hay¡±. Estaba bien pensado: Alberto Ullastres era ministro de Comercio y figura clave de los famosos planes de desarrollo que quer¨ªan impulsar para modernizar al pa¨ªs los nuevos tecn¨®cratas del Gobierno franquista provenientes del Opus, a la que Ullastres pertenec¨ªa. Benet quer¨ªa hacer aflorar la contradicci¨®n.
El tercer eje de la estrategia de Benet es interior y de clara agitaci¨®n catalanista. Por un lado, intentar presionar para hacer caer a Felipe Acedo Colunga, el dur¨ªsimo militar y gobernador civil de Barcelona, designado tras la huelga de tranv¨ªas de 1951 y que hab¨ªa prohibido la interpretaci¨®n de El cant de la senyera. ¡°Imaginaos qu¨¦ representar¨ªa que en menos de medio a?o pudi¨¦ramos tumbar a Galinsoga y a Acedo¡¡±, escribe el estratega, que pretende que las provocaciones de este ¡°hagan perder la calma a la burgues¨ªa barcelonesa, que tanto se necesita para que el Plan de Estabilizaci¨®n sea un ¨¦xito¡±.
El historiador consigui¨® acabar con Acedo Colunga, el duro gobernador civil
Benet ganar¨¢ la partida: Acedo Colunga ser¨¢ cesado el 21 de octubre de 1960. Y el juicio sumar¨ªsimo y por lo militar a Pujol, con la petici¨®n fiscal de 20 a?os que acabar¨ªan en siete, de alguna manera tambi¨¦n es un triunfo. Aparecer¨¢n hasta pintadas. ¡°En Catalu?a el sacrificio de Jordi Pujol creo que est¨¢ dando resultados muy positivos¡±, no se corta en escribir a Vicente Girbau, militante socialista exiliado en Londres a quien tambi¨¦n ha movilizado. ¡°Desde los a?os cuarenta, Benet ha estudiado bien a los m¨¢rtires de Catalu?a y sabe de su rentabilidad patri¨®tica: Companys, Carles Rahola, Dom¨¨nec Latorre¡; a partir de aqu¨ª sabe que ha logrado la asociaci¨®n Pujol-Catalu?a¡±, fija Amat, que en septiembre avanza este episodio en la revista Via, del Centro de Estudios Jordi Pujol.
Pujol, con los a?os, no se olvidar¨¢ de la labor de Benet y, entre otras gestiones, cuando ya sea presidente de la Generalitat pondr¨¢ en 1984 al que fuera tambi¨¦n uno de los ide¨®logos de la campa?a Volem Bisbes Catalans o uno de los grandes gestores del eco de La Caputxinada, al frente del Centro de Historia Contempor¨¢nea de Catalu?a, dependiente del Gobierno catal¨¢n. Era una manera de recompensar al que Amat califica de ¡°eminencia gris del antifranquismo catal¨¢n¡±. Con Pujol le sali¨® perfecto.
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