Pesca retoma la campa?a contra el marisqueo ilegal de furtivos y ba?istas
La captura sin control esquilma el caladero y supone un riesgo para la salud Las sanciones pueden llegar a los 60.000 euros El n¨²mero de denunciados supera ya a todos los multados el pasado a?o
Cada verano se reproduce el mismo problema en el litoral: turistas y furtivos se dedican a la captura de marisco ¡ªbivalvos, principalmente¡ª sin control. Esta pr¨¢ctica est¨¢ castigada con multas de entre 301 y 60.000 euros, pero estas sanciones no acaban con la actividad ilegal, por lo que la Junta retom¨® ayer la campa?a contra esta pr¨¢ctica por el da?o que supone para el sector pesquero y porque pone en peligro la salud de los consumidores por la presencia en las aguas de la toxina DSP o de salmonela o de bacterias E. Coli, que lleva a imponer vedas peri¨®dicamente.
El Servicio de Protecci¨®n de la Naturaleza (Seprona) ha denunciado en lo que llevamos de a?o a 263 personas por marisqueo o pesca ilegal, frente a los 205 del pasado a?o y los 115 de 2011. Aunque se ha incrementado el n¨²mero de denunciados, los kilos intervenidos han descendido, seg¨²n se?ala el sargento del Servicio de Protecci¨®n de la Naturaleza (Seprona) en Huelva, Javier Guerra, quien incluye en su balance el pescado que no cumple los requisitos de comercializaci¨®n. En lo que llevamos de 2013 se han intervenido 7.220 kilos de este pescado frente a los 53.000 del pasado a?o y los 15.000 de 2011. Que se incauten menos kilos puede deberse, seg¨²n Guerra, a que ¡°los mariscadores ilegales arrojan al mar la mercanc¨ªa al verse sorprendidos¡±.
Los controles de los agentes se desarrollan en las playas, en las lonjas y en los restaurantes. ¡°Nuestra funci¨®n se limita a denunciar y a la intervenci¨®n de las artes y del producto. Despu¨¦s, los ponemos a disposici¨®n de los inspectores de la Junta, que son los encargados de abrir los expedientes que culminan en una sanci¨®n¡±, precisa Javier Guerra. El sargento del Seprona se?ala que la situaci¨®n de crisis y el aumento del paro han hecho aflorar esta pr¨¢ctica ilegal. ¡°Esto supone la sobre explotaci¨®n del caladero y que desciendan los niveles de producci¨®n¡±, explica.
Los Servicios de Inspecci¨®n Pesquera de la Junta controlan y vigilan todas las fases de la actividad: desde la extracci¨®n y comercializaci¨®n hasta la distribuci¨®n y la restauraci¨®n. De esta manera, se garantiza la trazabilidad de los productos pesqueros.
¡°Si te llevas coquinas, te llevas multa¡±
La campa?a de concienciaci¨®n de la Consejer¨ªa de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente se retoma en Huelva y C¨¢diz con el fin de evitar la captura ilegal de determinadas especies y concienciar a la poblaci¨®n sobre el riesgo que entra?a tanto para el desarrollo sostenible de la especie como para la salud de los consumidores.
Los mensajes de la Junta son: ¡°Si te llevas coquinas, te llevas multa¡± y ¡°Si no eres mariscador profesional, su recogida no es legal, no es saludable y perjudica al recurso marisquero¡±. Con estas ideas, que se difundir¨¢n en cu?as de radio, publicidad en los diarios, puntos de informaci¨®n en las zonas del litoral, mobiliario urbano, vallas, tr¨ªpticos y material promocional, la Junta recuerda la importancia de respetar la recogida profesional de coquinas, una actividad de la que dependen m¨¢s de un centenar de familias y que est¨¢ acogida a un sistema legal de regulaci¨®n y control sanitario que garantiza la calidad y continuidad de la especie.
La campa?a se desarrolla, principalmente, en Huelva y las localidades gaditanas de Sanl¨²car de Barrameda y Chipiona. Asimismo, la actuaci¨®n se enmarca dentro de las iniciativas que la Consejer¨ªa desarrolla para preservar los recursos pesqueros del litoral andaluz y pretende informar y sensibilizar a la poblaci¨®n de que la explotaci¨®n ilegal de coquinas afecta gravemente a las reservas de este marisco y limita un recurso del que viven muchas personas.
La ley solo permite la captura profesional de estos moluscos, de forma que su recolecci¨®n sin la posesi¨®n de un carn¨¦ profesional est¨¢ tipificada como una infracci¨®n de car¨¢cter grave y sancionada con hasta 60.000 euros.
El jefe de Servicio de Salud, Jos¨¦ Luis Gurucelain, explic¨® que cuando el pescado no cumple los requisitos m¨ªnimos tiene dos caminos: ¡°Si va por los circuitos legales donde se asegura la trazabilidad y su origen, de manera independiente a la sanci¨®n administrativa que se interponga, ese producto acaba en centros ben¨¦ficos porque es apto para el consumo. Pero si no se asegura de d¨®nde viene, la actuaci¨®n sanitaria es la inmovilizaci¨®n cautelar y su destrucci¨®n¡±. Gurucelain remarca que los moluscos (coquinas, chirlas y almejas, entre otros) est¨¢n sometidos a un f¨¦rreo control desde el agua donde se cultivan hasta el mercado por el riesgo derivado de la presencia de microorganismos y de toxinas.
Una de estas es la DSP, que se vincula a la presencia de microalgas en el mar. ¡°Puede producir diarreas que, si se dan en una persona sana, solo son molestias, pero si se originan en personas ancianas o con patolog¨ªas, la cosa puede empeorar¡±, se?ala Gurucelain. Tambi¨¦n se puede encontrar una toxina paralizante ¡°que produce un cuadro de afectaci¨®n neurol¨®gica¡±, y si ¡°el molusco no se filtra bien, se puede quedar con salmonela o con la bacteria Escherichia Coli, conocida como E. Coli.
¡°El asunto no es balad¨ª. Lo que est¨¢ a bajo precio y se vende en la calle por circuitos clandestinos puede comportar estos riesgos e igualmente es peligroso si se captura en la playa sin conocer c¨®mo est¨¢ la situaci¨®n desde el punto de vista del marisqueo¡±, remarca este experto.
El marisqueo est¨¢ actualmente prohibido por presencia de la toxina DSP en Isla Canela, la Desembocadura del R¨ªo Piedras, en Punta Umbr¨ªa y Mazag¨®n.
Los profesionales han expresado su impotencia ante la captura ilegal. Seg¨²n la Asociaci¨®n de Mariscadores de Ayamonte, los turistas llegan a coger hasta una tonelada al d¨ªa de este bivalvo. ¡°No podemos permitir que en el caladero donde nosotros faenamos durante todo el a?o y que es nuestro medio de vida capturen sin permiso ni licencia los turistas¡±, precisa Juan Grao, presidente de una agrupaci¨®n profesional ayamontina. ¡°Mientras a nosotros se nos proh¨ªbe faenar por la presencia de toxinas en el agua, en las playas los turistas las cogen sin reparar en si la coquina est¨¢ contaminada o no¡±, a?ade.
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