Dejarse el sueldo por un pedido
Las multinacionales aprovechan la puja por grandes contratos para lograr rebajas salariales Alstom sigue la estela de la estrategis que estrenaron Nissan y Seat
En julio, una semana antes de que se fuera de vacaciones, la plantilla de Alstom conoci¨® las intenciones del grupo de no fabricar en su planta de Santa Perp¨¨tua de Mogoda los trenes que circular¨¢n en Riad (Arabia Saud¨ª), un contrato de 1.200 millones de euros. El motivo no es otro que la negativa de la plantilla, de momento, a rebajarse salarios y subir horas de trabajo, como le reclam¨® la direcci¨®n de la compa?¨ªa para ganar competitividad y asegurarse nueva carga de trabajo. La de Alstom no es la primera propuesta de una empresa que condiciona nuevos encargos a renuncias laborales. Es una pr¨¢ctica que se ha extendido en los ¨²ltimos a?os, al calor de la crisis, entre las multinacionales para asegurarse mejores precios entre sus proveedores.
?scar Ramos, miembro del comit¨¦ de empresa de Alstom por UGT, asegura que el grupo reclam¨® ¡°menos salarios, m¨¢s horas y m¨¢s flexibilidad¡± en el nuevo convenio que negocia con los sindicatos y que ahora le castiga sin el contrato de Riad, pese a que la de Santa Perp¨¨tua es ¡°la planta m¨¢s segura, la de m¨¢s calidad y la que asegura los plazos de entrega de los pedidos¡±. Pero si la plantilla no acepta una reducci¨®n del sueldo que, seg¨²n los sindicatos, ser¨ªa de alrededor del 30%, quedar¨¢n en el limbo 140 de los 670 empleados que trabajan en la planta.
La automoci¨®n es el principal sector donde se dan este tipo de presiones, pero Mar¨ªn asegura que tambi¨¦n ocurre en otros sectores
La disposici¨®n de las empresas a tensar la cuerda es cada vez mayor. La alta tasa de paro juega a su favor, como la tendencia generalizada de rebajas salariales (de un 4% en 2012), el denominado proceso de devaluaci¨®n interna al que se ha sometido Espa?a para ganar competitividad. ¡°Los grandes grupos empezaron a hacerlo en 2006 y se ha disparado el n¨²mero de casos desde 2009, en paralelo a la crisis¡±, afirma Jos¨¦ Juan Mar¨ªn, responsable de Pol¨ªtica Industrial de CC OO.
En 2009, Seat reclam¨® a los trabajadores la congelaci¨®n salarial para que el Audi Q3 se pudiera fabricar en la f¨¢brica de Martorell. El a?o pasado, Nissan forz¨® la creaci¨®n de una doble escala salarial para que la Zona Franca acogiese el ensamblaje de una nueva furgoneta. O eso, o el futuro de la planta barcelonesa afrontaba una ¡°muerte lenta¡±, como afirm¨® el director general de Nissan Motor Espa?a, Frank Torres. Pero m¨¢s all¨¢ de las grandes factor¨ªas de Catalu?a, esa f¨®rmula para conseguir ahorros de costes ha dejado de ser unas pocas excepciones.
La automoci¨®n es el principal sector donde se dan este tipo de presiones para que las f¨¢bricas catalanas ganen competitividad frente al resto de plantas europeas del mismo grupo, entre las que la matriz organiza una especie de puja. Pero Mar¨ªn asegura que es un proceso que tambi¨¦n se repite en otros sectores, como el del mantenimiento de instalaciones el¨¦ctricas, en este caso entre empresas que no tienen vinculaci¨®n accionarial y que compiten por el mismo contrato. Mar¨ªn ofrece los casos de Cobra y Semi, que reclaman a sus plantillas que renuncien a alrededor de un 10% de sus salarios.
Los trabajadores de Brose en Santa Margarida i els Monjos ya se han acostumbrado a ese tipo de negociaciones, explica Josep Anton Tordiu (CC OO). Especializada en elevavidrios, la f¨¢brica vallesana ha ampliado su abanico de productos a asientos y electroventiladores para ampliar mercados y plantilla. Aunque la multinacional alemana cuenta una veintena de centros productivos en Europa, los competidores de la filial catalana se encuentran en Portugal y la Rep¨²blica Checa. Fue con ellos con los que tuvo que luchar para hacerse con un pedido de asientos que se empezar¨¢ a producir en enero.
Trabajo condicionado
- Alstom.El grupo asegura que la planta no fabricar¨¢ los trenes del metro de Riad si la plantilla no asume rebajas salariales de un 30%, seg¨²n los sindicatos.
- Brose. La plantilla se congel¨® el salario hasta 2015 para asumir un nuevo pedido, que evitaba el despido de 63 personas.
- Continental. La direcci¨®n ha planteado rebajas salariales del 10% para asumir nuevas cargas de trabajo que no concreta. La plantilla se opone.
¡°La empresa nos dec¨ªa que ten¨ªamos un excedente de 63 personas, as¨ª que negociamos y redujimos los despidos a 18 y pactamos una congelaci¨®n salarial hasta 2015¡±, explica Tordiu, quien admite que a causa de negociaciones como esa, para ganar producci¨®n, los trabajadores han ido renunciando a otros derechos laborales adquiridos. ¡°Era para hacer un gesto a la casa madre¡±, explica Tordiu sobre el esfuerzo que ha asumido la plantilla, temerosa de que se agrave el expediente de regulaci¨®n de empleo temporal que est¨¢ activo desde 2009 sobre sus 250 trabajadores.
Continental emplea a unas 400 personas en Rub¨ª, donde fabrica cuentakil¨®metros y pantallas TFT ¡ªpara navegadores y ordenadores de a bordo¡ª para los grandes fabricantes de autom¨®viles, desde Grupo Volkswagen a BMW o Opel. Montse Mal¨¦, miembro de su comit¨¦ de empresa, explica que la direcci¨®n tambi¨¦n ¡°intenta bajar costes laborales para ganar competitividad¡±, pero en su caso ¡°intentan probarlo sin asegurar ning¨²n tipo de pedido¡±.
De momento, la direcci¨®n espa?ola de Continental ha insinuado la posibilidad de rebajar los salarios un 10% y aumentar el horario laboral, seg¨²n explica Mal¨¦, quien afirma que ¡°ponerte a negociar una cosa as¨ª en vano no lo vamos a hacer¡±, por lo que esperan m¨¢s concreci¨®n por parte de la empresa. Sobre todo despu¨¦s de que la compa?¨ªa, como otras, pusiera en marcha una regulaci¨®n temporal de empleo durante 30 d¨ªas sin que despu¨¦s le haya sido necesaria.
Las peticiones realizadas por las compa?¨ªas ha hecho en muchos casos que la Administraci¨®n haya intermediado para obligar a un acuerdo entre ambas partes, aduciendo la necesidad de flexibilidad ante la actual situaci¨®n econ¨®mica. En algunos casos, no obstante, el dif¨ªcil equilibrio entre no arriesgar empleos y asumir recortes laborales ha originado enfrentamientos entre los sindicatos, como sucedi¨® en la ¨²ltima negociaci¨®n de Nissan. ¡°Entre los propios sindicatos nos hacemos da?o¡±, admite Tordiu, de Brose.
Camil Ros, secretario de Acci¨®n Sindical de UGT, admite el problema existente en las f¨¢bricas de las multinacionales, pero asegura que hay un eslab¨®n todav¨ªa mucho m¨¢s d¨¦bil. ¡°En las grandes todav¨ªa puedes negociar y alcanzar acuerdos, pero en las peque?as es imposible y los trabajadores deben decidir entre rebajas de condiciones o despidos¡±, dice.
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