De concesionario a escenario

Pueden pensar que est¨¢ loco. En los primeros cuatro meses de la implantaci¨®n del nuevo IVA cultural, el teatro perdi¨® 1,8 millones de espectadores (un 31%) y se volatilizaron 596 empleos directos en Espa?a. Algunas salas echaron el cierre, como el Arlequ¨ªn (aunque reabrir¨¢ con nueva gesti¨®n) y las nuevas apuestas empezaron a llegar m¨¢s en formato de microteatro, en busca de su oasis en la cultura de los m¨¢rgenes. En esta coyuntura, un alicantino de 26 a?os pretende embarcarse en el ambicioso proyecto de abrir una nueva sala de teatro en el centro de Madrid, con una programaci¨®n comercial y financiaci¨®n totalmente privada. ¡°Llevo unos meses huyendo de los comentarios que me recuerdan las dificultades¡±, explica por tel¨¦fono Luis Antonio Rodr¨ªguez, el joven osado en cuesti¨®n.

El pr¨®ximo mi¨¦rcoles pondr¨¢n la primera butaca de lo que ser¨¢ el nuevo Teatro Quevedo. Donde antes hab¨ªa un concesionario de coches, en la calle de Bravo Murillo, 18, se sentar¨¢n a partir de mediados de septiembre 150 personas en el mejor de los casos. La primera obra que abrir¨¢ el tel¨®n ser¨¢ Las cortesanas, de Moncho Borrajo. Y a partir de ah¨ª la suerte estar¨¢ echada. ¡°Por el bien de las obras no podemos contar con menos del 60% de la solvencia de media¡±, advierte.

Licenciado en Comunicaci¨®n Audiovisual, Rodr¨ªguez empez¨® haciendo sus primeros pinitos en programas de televisi¨®n y con solo 21 a?os dirigi¨® su primera obra de teatro. Hace algo m¨¢s de un a?o estren¨® la comedia El amor (no) es para siempre, y su ¨¦xito fue tal que se le ocurri¨® invertir lo recaudado en una sala donde no se topara con los obst¨¢culos habituales para mantener su obra en cartel. A partir de ah¨ª surgieron nuevos horizontes que se materializaron en un espacio de 600 metros cuadrados a medio camino entre sala y teatro y con un hall de cinco metros de altura. En cartel, una programaci¨®n con un p¨²blico objetivo de un perfil mayor y para toda la familia: El amor (no) es para siempre, Las Cortesanas y ¨®pera infantil para la sesi¨®n matinal del fin de semana con El gran juego de Verdi.

Rodr¨ªguez huye de los ag¨¹eros y se agarra a las buenas sensaciones. ¡°Hay gente que me da ¨¢nimos. Me dice que estamos en una zona privilegiada de Madrid y que el teatro ha quedado muy bien¡±, asegura.

Contra las salas que menguan y el IVA que sube, un teatro con nombre ilustre ampl¨ªa la oferta cultural.