Solemnidad guitarrera
La banda tiene suficientes trienios como para ofrecer 85 minutos de furia muy poco contenida
No hubo mucho margen para la duda: el rock regresaba anoche a la ciudad en la inauguraci¨®n de la nueva temporada. Bast¨® con comprobar c¨®mo rechinaban en primera l¨ªnea del escenario las tres guitarras de Built to Spill, una banda con los suficientes trienios como para ofrecer 85 minutos de furia muy poco contenida. Y sin las urgencias de un nuevo ¨¢lbum, lo que les permiti¨® regodearse con un buen pu?ado de antiguallas.
Doug Martsch es un jefe de filas inquietante, due?o de una extra?a voz de felino enfurru?ado e incapaz de contener sus movimientos espasm¨®dicos frente al micro. Los de Idaho son m¨¢s amigos de la contrici¨®n que de cualquier forma de comunicaci¨®n verbal o gestual, lo que sumi¨® a la Sala But en un seductor estado de ensimismamiento. Y aunque el repertorio alude a ese rock denso de los noventa (Pavement, Dinosaur Jr.), era interesante atender a los trucos del Martsch autor: altibajos de intensidad, cambios de ritmo, finales bruscos, algunos crescendos para la catarsis. Todo muy apreciable, salvo alg¨²n complaciente devaneo instrumental.
Built to spill, la canci¨®n fundacional de 1993, son¨® en mitad del concierto como para certificar esa ¨¦pica solemne y guitarrera de la que la banda lleva dos d¨¦cadas aliment¨¢ndose. La f¨®rmula se enriquece cuando el quinteto invoca al Neil Young m¨¢s furibundo en Goin¡¯ against your mind o Liar, tema que Crazy Horse habr¨ªa aceptado en los a?os de Zuma. El tramo final fue el m¨¢s sustancioso, con la vieja, herm¨¦tica y acongojante Kicked in the sun o la fulminante dentellada de Fly around my pretty little miss. Pero hasta los bises no vimos relajado y sonriente a Martsch, disfrutando de un ¨¦xito inici¨¢tico, Big dipper, y una buena versi¨®n de How soon is now? No es que Morrissey sea su alma gemela, pero de congojas tambi¨¦n sabe un rato.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.