Como t¨¦mpanos de hielo
Fr¨ªo recital de Primal Scream ante 2.500 personas en A Quintana
Todos esperaban otra cosa. M¨¢s rabia encima del escenario y m¨¢s emoci¨®n abajo. Pero la realidad de los hechos, la noche del viernes en la compostelana plaza de A Quintana, supo a t¨¦mpano de hielo. S¨ª, y hasta un poco redundante, porque fueron pocos los momentos en casi hora y media de concierto en los que poder sacudirse la sensaci¨®n de que la rueda no giraba.
?La expectativa, 2.500 entradas despachadas, a raz¨®n de 20 euros en venta anticipada y 24 en taquilla, significaba dos tercios del aforo disponible, con lo que, en s¨ª misma, era buena. Y el segmento de edad mayoritario, m¨¢s cerca de los cuarenta que de los treinta, presupon¨ªa una buena reuni¨®n de fans de Primal Scream. Ser¨ªa culpa del viento mensajero del oto?o, que aplac¨® los ¨¢nimos de los unos y de los otros. El caso es que algo fall¨® para que las invitaciones al karaoke del cantante, un muy pendulante Bobby Gillespie, y la llamada a las palmas del guitarrista Andrew Innes fuesen pr¨¢cticamente infructuosas porque lo que se dice conectar, se conectaron muy pocos espectadores. Vale que el saxo tuvo poco realce, que llevar coros grabados resulta, finalmente, cutre y que la elecci¨®n del repertorio, en el que los tiempos medios le arrebataron la mitad del bolo a la psicodelia, quiz¨¢ no fuese la m¨¢s enardecedora porque, adem¨¢s, las pausas entre las canciones tuvieron el efecto de deshinchar un globo. Sin el previsible desparrame y sin desarrollos apabullantes, pero ah¨ª estaban el escoc¨¦s y su marca, un pedazo de historia de la m¨²sica popular contempor¨¢nea, para, al menos, brindar algunos de sus temas m¨¢s conocidos, que siempre hacen m¨¢s digerible el asunto.
?De modo que, tras la apertura con ¡°2013¡±, uno de los temas de More Light, su ¨²ltimo disco estrenado este mismo a?o, a la segunda cay¨® un cl¨¢sico, ¡°Movin¡¯ On Up¡±. Algo se removi¨® el respetable, pero la onda no tuvo car¨¢cter expansivo, con lo que a Gillespie no le cambi¨® la cara de cansado y su gestualidad de l¨ªder fue la justa para cubrir el expediente. Hubo que esperar casi al cierre, con ¡°Loaded¡±, y sobre todo con ¡°Country Girl¡± y despu¨¦s ¡°Rocks¡±, para sentir una vibraci¨®n. Ya era tarde y la fiesta termin¨® sin bis, march¨¢ndose cada uno por su lado casi sin despedirse y todos con cierta sensaci¨®n de alivio. Nada que ver con los deslumbrantes relatos de su paso por el Festival de Benic¨¤ssim como lo que es, una influyente y sabia autoridad pop, este mismo verano.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.