Fanfarrias tras el fracaso
Un gobierno inteligente negociar¨ªa cuanto antes una quita
Despu¨¦s de hacer un rid¨ªculo ol¨ªmpico enviando a Argentina la delegaci¨®n m¨¢s numerosa y derrochona de las ciudades candidatas para vender unos Juegos low-cost, los gobernantes del PP disimulan su fracaso anunciando a bombo y platillo que el empleo va bien y que la econom¨ªa espa?ola se recupera. Incluso su m¨¢ximo responsable, el ministro de Guindos, dice que superamos la recesi¨®n.
El j¨²bilo se basa en la disminuci¨®n en 31 personas del paro registrado en agosto y en el super¨¢vit de nuestra balanza comercial. Pero es f¨¢cil comprobar que estos mensajes de optimismo son otro enga?o. Para conocer lo que realmente ocurre en el mercado laboral no vale considerar solo las cifras o la tasa de paro sino el empleo existente. Podr¨ªa darse el caso extremo de que el paro fuese cero aunque no hubiese nadie empleado, puesto que solo se consideran paradas a las personas que buscan activamente empleo y no lo encuentran. Por eso, si toda la poblaci¨®n se encontrase desanimada o creyera que no va a encontrar empleo y no lo buscara,estad¨ªsticamente dir¨ªamos que no hay paro, aunque tampoco nadie tuviese empleo.
Sin llegar a este supuesto, eso es m¨¢s o menos lo que est¨¢ sucediendo en Espa?a desde que gobierna el PP. Desde finales de 2011 hasta ahora se ha registrado una disminuci¨®n de unas 350.000 personas en el total de la poblaci¨®n activa, de la cual m¨¢s o menos un tercio se debe a la ca¨ªda que se viene produciendo en la poblaci¨®n total y el resto a la gente que ha dejado de buscar empleo por des¨¢nimo, porque considera que no va a encontrarlo o por cualquier otra raz¨®n. Eso ha hecho que nuestra tasa de actividad, la parte de la poblaci¨®n empleada o que quiere trabajar y busca activamente empleo respecto a la total, sea ya entre 15 y 20 puntos m¨¢s baja que la de los grandes pa¨ªses europeos con los que debemos compararnos.
As¨ª se explica que pueda bajar la tasa de paro a pesar de que la ocupaci¨®n disminuya, que es lo realmente significativo pero a lo que no se suele referir el Gobierno. Incluso en agosto, un mes que suele ser bueno desde el punto de vista del empleo, resulta que la afiliaci¨®n a la Seguridad Social ha bajado en 99.069 personas y el n¨²mero de ocupados en 568.290 respecto a los que hab¨ªa en mismo mes del a?o pasado.
Tampoco lleva raz¨®n el Gobierno cuando afirma que el super¨¢vit de nuestra balanza comercial refleja que la econom¨ªa va mejor. En realidad, es justo lo contrario. Es cierto que las exportaciones superan a las importaciones en unos 1.400 millones de euros, pero porque la disminuci¨®n de los ingresos que percibe la mayor¨ªa de la poblaci¨®n nos impide comprar tanto como antes, fuera y dentro de Espa?a. Menos compras fuera hacen que caigan las importaciones (que si se quita el desastroso a?o 2008 est¨¢n en el nivel m¨¢s bajo desde 1980), y menos compras en el interior han disminuido las ventas de las empresas en Espa?a entre un 40% y un 50% desde 2008, lo que les ha obligado a orientarlas hacia el exterior, aumentando las exportaciones.
Pero la otra cara del super¨¢vit exterior es que se da a costa de un descenso brutal de los salarios, nunca registrado as¨ª en otro pa¨ªs desarrollado, y de una tasa de paro superior al 25%. Algo parecido ocurre con los gastos del Estado. Se alegra el Gobierno de que el saldo entre los ingresos y los gastos no financieros (los llamados corrientes) sea positivo, pero el d¨¦ficit total aumenta porque los gastos financieros (deuda e intereses) se disparan. S¨ª, la buena noticia es que nuestras operaciones corrientes no generan deuda. Pero la mala, la que no nos dicen, es que somos mucho m¨¢s pobres y que nos ser¨¢ imposible pagar la que tenemos encima y que sigue aumentando por culpa de los intereses.
Un gobierno inteligente y patriota se dejar¨ªa de fanfarrias y negociar¨ªa cuanto antes una quita para poder empezar de nuevo. Si seguimos como estamos, sin cambiar de rumbo, solo conseguiremos que aumente la deuda con los bancos, que son los que as¨ª salen ganando.
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