Siguiendo el rastro del vino
Rutas del vino es un proyecto que recorre 21 bodegas, sus instalaciones y vi?edos de la regi¨®n con la Denominaci¨®n de Origen de Madrid
El visitante tuerce un poco el gesto al degustar la copa de vino tinto. Acaba de probar uno de los primeros pasos en el proceso de fermentaci¨®n del caldo, justo despu¨¦s de que el grano ha sido separado de la parte le?osa. ¡°Mmm, sabe un poco fuerte¡±, exclama. Camina por la f¨¢brica de vino con cara de asombro mientras que observa los enormes tanques donde se fermenta el mosto y la hilera de botellas que desfilan una a una. El gu¨ªa le va explicando paso a paso c¨®mo se hace el vino con la promesa de que su paladar agradecer¨¢ el resultado final. No le decepciona. ¡°El sabor es exquisito¡±, dice el joven dan¨¦s que viene a Madrid de visita junto con su clase de una escuela de comercio de Dinamarca.
Este joven recorre en el municipio de Navalcarnero uno de los itinerarios de Rutas del Vino, un proyecto de la Comunidad de Madrid que camina a trav¨¦s de 21 bodegas, sus instalaciones y vi?edos de la Denominaci¨®n de Origen Vinos de Madrid. Y a trav¨¦s de los caldos se adentra en la gastronom¨ªa y la cultura de la regi¨®n.
El objetivo es impulsar el desarrollo econ¨®mico de la regi¨®n aglutinando en torno al vino otra serie de elementos, como la comida, el paisaje o los espacios protegidos. ¡°Al apoyar al sector del vino en Madrid pretendemos dinamizar el medio rural y la cohesi¨®n territorial y el empleo¡± dice Borja Sarasola, consejero de Medio Ambiente y Ordenaci¨®n del Territorio.
Las Rutas del Vino cuentan con tres subzonas vitivin¨ªcolas que se amparan por la Denominaci¨®n de Origen Vinos de Madrid (establecida en 1990): la de Arganda del Rey, la de San Mart¨ªn de Valdeiglesia y la de Navalcarnero. De las bodegas que se encuentran ligadas a las rutas, 15 corresponden a la subzona de Arganda, dos a la de Navalcarnero y cuatro a la de San Mart¨ªn. En todas ellas el visitante puede hacer un recorrido no solo por las bodegas y los museos, sino tambi¨¦n por la gastronom¨ªa de la regi¨®n o por alguno de sus espacios protegidos. Los interesados pueden, de hecho, construir sus propias rutas de acuerdo con sus intereses
En Navalcarnero el camino comienza en el Museo del Vino. ¡°Ahora vamos a conocer el vino con los cinco sentidos¡±, cuenta la gu¨ªa. Poco a poco el joven extranjero va escuchando las caracter¨ªsticas de cada tipo de vino y sus modos de crianza.
Despu¨¦s de salir a la luz del exterior de estas cuevas se pasa a la f¨¢brica cuyo ensordece los o¨ªdos del visitante. Tras ver los imponentes tanques, los barriles y probar el caldo en sus primeras fases de fermentaci¨®n, se pasa a la bodega. ¡°Esto es un saco de piel de oveja, de los pocos que podr¨¢n ver¡±, dice el gu¨ªa entusiasmado. ¡°Aqu¨ª se guardaba el vino hace muchos a?os¡±, a?ade ante la mirada curiosa de los j¨®venes daneses.
Entre 1990 y 2012, el n¨²mero de marcas con denominaci¨®n de origen Vinos de Madrid se multiplic¨® por seis. Adem¨¢s, el n¨²mero de bodegas que embotellan vino con esta denominaci¨®n, entre 1990 y 2013 pas¨® de cinco a 45. Madrid dispone hoy d¨ªa de 12.000 hect¨¢reas de vi?edos que producen 3,5 millones de litros al a?o, de las que casi el 60% son de tinto joven.
El joven dan¨¦s y su grupo terminan la ruta. ¡°No sab¨ªa que Madrid pudiera tener una producci¨®n importante de vinos¡±, dice uno de ellos. ¡°Yo estoy acostumbrado a tomar vino blanco, pero el tinto tambi¨¦n me gustado y he conocido algo diferente de Madrid, adem¨¢s de tapas y fiesta¡±, dice.
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