POL?TICA frente a pol¨ªtica
Los retos de la sociedad vasca requieren valor para innovar y generar posiciones transformadoras
El pasado mi¨¦rcoles 11 de septiembre, la imagen de un reguero de manos entrelazadas atravesando Catalu?a la situaba en el mundo, y lo hac¨ªa proyectando una sociedad alegre y emocionada que hab¨ªa asumido el protagonismo de la Diada.
Quedaban como im¨¢genes del pasado los insultos a los pol¨ªticos en tan se?alado d¨ªa, o los disturbios con los que algunos radicales han empa?ado tradicionalmente esta fecha. Especialmente grave ha sido el asalto fascista a un acto pol¨ªtico y social de los catalanes/ as en Madrid. Una imagen que nos devuelve a un pasado tan antiguo como reprochable.
Otra imagen del pasado es la que arroja la constituci¨®n de la Ponencia de Paz en el Parlamento vasco con la presencia de solo dos partidos: PNV y EH Bildu. En la pol¨ªtica vasca siempre estamos esperando a alguien.
?Podr¨¢n los partidos pol¨ªticos vascos darse cuenta alguna vez de que la sociedad lleva tiempo practicando el di¨¢logo y el entendimiento que ellos tantas veces se niegan a s¨ª mismos, por lo menos en p¨²blico?
Nuevamente sillas vac¨ªas en el foro de la pol¨ªtica.
Pedimos a los partidos pol¨ªticos que, sin sillas vac¨ªas, ofrezcan a la sociedad vasca un horizonte de esperanza y, adem¨¢s juntos, resuelvan los problemas de las personas. En los ¨²ltimos tiempos, desgraciadamente, la necesidad de acuerdos se ha tornado inversamente proporcional a la capacidad de lograrlos, y cuando se logran sus protagonistas parecen avergonzarse de haberlos conseguido. Mientras tanto, cada uno de nosotros y, por supuesto, los pol¨ªticos/as en la vida personal acostumbramos a gestionar cotidiana y permanentemente pactos: la pareja, los hijos, el trabajo, la vida... por ello hay que saludar de manera manifiesta el acuerdo alcanzado por el PNV y el PSE-EE para revisar la pol¨ªtica de ingresos de nuestro pa¨ªs de una manera m¨¢s justa e impulsar el crecimiento econ¨®mico y el empleo.
Y saludo especialmente que el pacto se presente con alegr¨ªa, mas all¨¢ de los titubeos preliminares que antecedieron a su firma. Los acuerdos hay que defenderlos con pasi¨®n pol¨ªtica y llenarlos de contenido en un desarrollo sostenido de los mismos, que los alejen de la ret¨®rica y los conviertan en las piezas que conforman la realidad mejorada de nuestras vidas. En definitiva, el objetivo que persigue el pacto, la alianza entre su forma y su fondo.
Los retos de la sociedad vasca hoy requieren de cualidades de la pol¨ªtica que casi se hallan en peligro de extinci¨®n: el valor para innovar y generar posiciones transformadoras, liderar con la verdad que impide las esquinas opacas de la pol¨ªtica. Son el sentido com¨²n, pero tambi¨¦n la c¨¦lula madre de la pol¨ªtica.
Con la pol¨ªtica as¨ª entendida ?dejamos las sillas vac¨ªas a la primera ocasi¨®n o nos encerramos hasta convencer o extenuar al adversario?
Aceptamos que si hay una sociedad, la catalana o la vasca, que reclama su derecho a ser consultada ?lo podamos hacer posible o nos encerramos en los t¨®picos de siempre?... Si algo no puede ser la pol¨ªtica es un muro de contenci¨®n a ninguna aspiraci¨®n democr¨¢tica. Debe ser la ingenier¨ªa con la que dar cauce legal y democr¨¢tico a todo derecho que haya podido ser restringido en un traje jur¨ªdico demasiado estrecho para el momento que hoy vivimos, porque la democracia es un camino y no un muro. Por cierto, ?no queda antigua esa advertencia del se?or Joaqu¨ªn Almunia a Catalu?a sobre su imposible pertenencia a Europa fuera de Espa?a? ?Acaso se la hace a Escocia?
Todo en el mundo que nos rodea cambia vertiginosamente, todo menos la manera mediante la cual la pol¨ªtica actual afronta sus propios retos, ahora tiene uno m¨¢s: la interpelaci¨®n permanente de una sociedad, que en algunos casos ya se est¨¢ poniendo en marcha. Lo ha hecho la sociedad catalana. ?Lo har¨¢ la sociedad vasca?
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