Maika Makovski y Nacho Pereda y los Chatarreros, en la Rambleta

Maika Makovski est¨¢ considerada como una de las int¨¦rpretes m¨¢s destacadas de la escena independiente estatal. Mallorquina de madre andaluza y padre macedonio, canta en todos los idiomas en los que se siente c¨®moda y as¨ª lo har¨¢ en Munube, el nuevo concepto de conciertos on-line y en directo en calidad HD, que se desarrollan en Espai Rambleta de Valencia. Ser¨¢ este s¨¢bado a las 22.30.

El domingo, Espai Rambleta ofrece una programaci¨®n de conciertos para los mediod¨ªas dentro de Terrassa Pop. Dise?ada por la periodista Ana Mansergas, se trata de un ciclo de m¨²sica actual en la terraza del centro cultural, con actuaciones para todos los gustos. "Pop, rock, jazz, mestizaje, ca?as y tapas", se?ala La Rambleta.

Actuar¨¢n Nacho Pereda y los Chatarreros del Amor. Tras cinco a?os como guitarrista de Viva Tirado que le llevaron a grabar un disco y a compartir cartel con Ojos de Brujo o Los Delinq¨¹entes entre otros, Nacho Pereda emprendi¨® su carrera en solitario debutando en el Palau de la M¨²sica de Valencia. "Han apostado por la sencillez, la sinceridad y la naturalidad de los temas antes que por los acabados perfectos a base de complejos trucos de estudio", apunta un comunicado de Espai Rambleta. Se trata de una grabaci¨®n al m¨¢s puro estilo del jazz; tocando todos los m¨²sicos a la vez y no por pistas. "De esta manera recoge mejor la tensi¨®n y las din¨¢micas que se generan por la interacci¨®n de los instrumentos y sus improvisaciones", a?ade.

Tambi¨¦n actuar¨¢ Baobab Interactive Music es un grupo de ¡°m¨²sica interactiva¡±, una mezcla de estilos (swing, reggae, rock, ska, rumba) que tienen el hilo com¨²n de que cada canci¨®n tiene partes para que el p¨²blico participe. el proyecto empez¨® en 2011 en el Cabanyal, y ahora son 5 chicos, un irland¨¦s, un madrile?o, y 3 valencianos.

Adem¨¢s, dentro del ciclo Rambleta Docs, se proyecta el documental Infiltrators, de Khaled Jarrar, revela los arriesgados intentos de hombres, mujeres y ni?os palestinos para pasar al otro lado del muro de separaci¨®n de Jerusal¨¦n. No son traficantes o contrabandistas, algunos son familias separadas, gente que trabaja o reza al otro lado de la frontera. Todos se arriesgan a ser descubiertos e, incluso, a romperse las piernas mientras lo intentan. ¡°Continuaremos pasando, aunque construyan mil muros¡± nos dice uno de los protagonistas.