Ub¨², adinerado
Incisivo, certero y divertid¨ªsimo, el Ub¨² rey que Declan Donnellan ha dirigido a un sexteto suicida de actores franceses
Ub¨², el hombre sin conciencia, h¨ªbrido de Macbeth y Falstaff, es una pesadilla anticipatoria de los totalitarismos que, a comienzos del siglo XX, desencadenar¨ªan un rosario de genocidios, dos guerras mundiales y nuestra sangrante Guerra Civil. Cien a?os despu¨¦s, periclitados tales reg¨ªmenes, est¨¢ por escribirse una parodia equivalente de las ¨¦lites que controlan solapadamente las finanzas, los procesos econ¨®micos y parte de las grandes l¨ªneas de acci¨®n pol¨ªtica en las democracias representativas. El director brit¨¢nico Declan Donnellan ensaya con ¨¦xito una parodia semejante en su fulgurante puesta en escena de Ub¨² rey, ambientada en un piso burgu¨¦s cuyos propietarios, una pareja con hijo adolescente, esperan a cenar a un matrimonio amigo.
Mientras la mujer se acicala, su compa?ero, v¨ªdeo en mano, filma la parte de la casa que queda fuera de campo, que vemos ahora proyectada sobre el fondo de una escenograf¨ªa de comedia de bulevar: el dormitorio a¨²n revuelto, la cocina, el cuarto de ba?o, la taza del water y, en plano detalle, una mancha de ¡°mierdra¡± (primera palabra que Ub¨² pronuncia en el texto de Alfred Jarry) que, junto a otra de sangre en el vaso de la mesilla, simbolizan la oscura parte oculta de gente tan cort¨¦s. Con un simple clic, la luz solar con la que Pascal Noel ba?aba el escenario se torna luz negra y los dos perfectos anfitriones se nos muestran repentinamente por dentro, fuera de s¨ª, presa su alma de convulsiones epil¨¦pticas.
UB? REY
Autor: Alfred Jarry. Int¨¦rpretes: Christophe Gr¨¦goire, Camille Cayol, Vincent de Bouard, Xavier Boiffier, C¨¦cile Leterme y Sylvain Levitte. Vestuario: Angie Burns. V¨ªdeo: Benoit Simon y Quentin Vigier. Espacio sonoro: Davy Sladek y Paddy Cunneen. Luz: Pascal Noel. Movimiento: Jane Gibson. Director asociado: Michelangelo Marchese. Escenograf¨ªa: Nick Ormerod. Direcci¨®n: Declan Donnellan. Teatro Mar¨ªa Guerrero. Del 26 al 29 de septiembre.
El espect¨¢culo salta cual caballo de ajedrez del repulido universo de apariencias de una familia acomodada, que habla en voz baja de cosas banales, a ese casino de las conspiraciones que es el reino de Wenceslao (encarnado por el actor que interpreta al invitado, coronado ahora con la pantalla de la l¨¢mpara de pie), a qui¨¦n Ub¨² asesina introduci¨¦ndole en la sesera una batidora de mano.
Donnellan plantea estas escenas de realidad interior como un juego de ni?os (al que un sexteto franc¨¦s de actores suicidas se lanza en barrena) consecuente con el esp¨ªritu de la obra ¨Ccuya primera versi¨®n fue un pasatiempo de Jarry adolescente y de dos condisc¨ªpulos suyos¨C y con la necesidad de que la ¨¢cida cr¨ªtica pase ¨ªntegra, sin ulcerar el aparato digestivo. En suma, un espect¨¢culo incisivo, certero y divertid¨ªsimo.
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