As¨ª son los nuevos empleos
Los reci¨¦n contratados relatan su experiencia laboral: trabajos sin cualificaci¨®n, a tiempo parcial y obligados a cambiar de empresa cada poco tiempo
Desde el mostrador, Manuel echa un vistazo a la terraza, verifica que no falten tapas en la ¨²nica mesa ocupada, y se pone a llenar neveras. A¨²n no son las diez de la noche, el term¨®metro sigue en 20 grados pero es domingo y septiembre, y ya empieza a escasear el personal. Tanto dentro como fuera de la barra de esta cafeter¨ªa-restaurante de Portos¨ªn (A Coru?a), el t¨ªpico establecimiento a pie de playa que vive del turismo veraniego. ¡°El resto del a?o, esto es un desierto¡±. Recurre a la l¨®gica de las matem¨¢ticas para explicar el ligero descenso del paro en agosto. Con 3.578 desempleados menos, Galicia es la tercera comunidad donde m¨¢s baj¨®. ¡°En invierno, los bares que sol¨ªan tener uno o dos empleados fijos ya solo funcionan con uno o ninguno. Y claro, al llegar julio, hace falta la gente que antes ten¨ªan todo el a?o m¨¢s los extras. ?Por eso suben las contrataciones!¡±. Pero ya volver¨¢n a bajar, augura.
?Prot¨¦sico dental de formaci¨®n, Manuel Rodr¨ªguez tiene 45 a?os, ¡°edad cr¨ªtica¡± en el mercado laboral, y lleva ya m¨¢s de dos consiguiendo s¨®lo ¡°picotear¡± contratos de temporada. Tras dos meses a jornada completa y uno, ¨¦ste, solo los fines de semana, le toca en octubre apuntarse de nuevo como demandante de empleo ¡°en lo que sea¡± y tratar de estirar lo ganado en verano. Soltero, sin hijos y viviendo de nuevo en casa de sus padres, Manuel, tras dos d¨¦cadas como camarero en Galicia y Canarias y un lustro en el sector de la construcci¨®n responde al perfil laboral mayoritario, aunque no aparece as¨ª en las estad¨ªsticas: ¡°Parado eventual¡±. Los contratos temporales est¨¢n al orden del d¨ªa: fueron 60.962 de los 64.673 registrados en agosto. ¡°Menos mal que trabajamos tantas horas que ni tiempo hubo para gastarse el sueldo¡±, ironiza Manuel. ¡°Las condiciones salariales son aceptables¡±, dice, 1.200 euros netos al mes. Pero con una jornada de 12 horas diarias de media. Abundan en la hosteler¨ªa y el comercio los contratos ¡°a tiempo parcial¡±. ¡°Aunque luego, ya se sabe, el horario es a la carta¡±.
Camareros asalariados, seguido de vendedores en tiendas y almacenes, encabezan, y con mucha diferencia sobre el resto, la lista de trabajos donde m¨¢s se contrata en estos a?os de precariedad y escasez laboral. Pero en el peque?o comercio, resistir como se pueda es la consigna y ya no se cubren bajas o vacaciones durante las temporadas de rebajas. Que ahora pueden ser en cualquier ¨¦poca del a?o. Solo lo siguen haciendo las grandes cadenas de ropa como Inditex. En su sede central de Arteixo, ¡°la crisis no se nota en el almac¨¦n, el trabajo sale este a?o por las orejas y hay m¨¢s contrataciones temporales que nunca¡±, explica el delegado sindical de la CIG Roberto P¨¦rez. Acaban de renovar en el departamento de log¨ªstica a 220 eventuales, apuntados en una lista de personal previsto para cubrir vacantes de la plantilla fija, unos 900 trabajadores. Hay temporales que llevan a?os as¨ª, incluso a veces, durante nueve de doce meses. ¡°Quema mucho la incertidumbre, no saber si este mes vas o no a trabajar. Mi vida es un caos con tanta temporalidad¡±, se queja una veterana. Como muchos en su situaci¨®n, pide quedar en el anonimato. Cunde el temor ¡°a que no te vuelvan a coger¡±. ¡°Ser eventual quema sobre todo por la situaci¨®n que vive el pa¨ªs¡±, razona su compa?era Tatiana de Andr¨¦s. Acaba de renovar hasta noviembre el contrato firmado en julio. ¡°Fuera tampoco hay nada, solo picoteos, y ni de co?a se gana en siete meses al a?o lo que cobramos en Zara Log¨ªstica¡±, subraya. Las condiciones laborales, id¨¦nticas a los fijos, son ¡°buen¨ªsimas, con pluses por todas partes y cobrando las horas extras¡±. La mujer, de 37 a?os, lleva tres de eventual, desde su llegada A Coru?a y tras dejar su puesto fijo ¡°pero sin opci¨®n a traslado¡± en Inditex en Madrid.
Tatiana est¨¢ agradecida por poder vivir de un trabajo que le ¡°encanta¡±. No es habitual entre los miles de temporales. ¡°Maldita crisis, llevo dos a?os sin poder trabajar en lo m¨ªo¡±, lamenta Javier, arquitecto t¨¦cnico de 29 a?os y dos encadenando contratos ¡°de fin de obra¡± en tareas administrativas. Escanea y archiva documentaci¨®n estos d¨ªas para una firma coru?esa. Apuntado en empresas de trabajo temporal, ¡°porque hay m¨¢s movimiento y garantizan que te paguen las horas extras¡±, la recesi¨®n le pill¨® terminando la carrera. Seis meses tard¨® en cerrar su empresa. Desde 2011, solo le salieron dos posibles ofertas como aparejador pero no prosperaron. Pese a todo, dice que est¨¢ ¡°supercontento¡±. Los contratos temporales, con una media mensual de 850 euros netos, ¡°lejos de los 1.300¡± que ganaba ejerciendo su profesi¨®n, tienen sus ventajas: pudo ¡°gastar solo¡± parte del a?o de subsidio del paro que ha cotizado, vive independiente de sus padres y tiene tiempo para estudiar. Acaba de obtener el postgrado. Medita intentarlo por su cuenta: ¡°Me doy otro a?o m¨¢s de l¨ªmite¡±.
Mar¨ªa, 24 a?os, tampoco pide m¨¢s: ¡°Ir tirando hasta encontrar en lo m¨ªo¡±. Aspira a ser trabajadora social. Pero tuvo que interrumpir la carrera en Santiago, hace dos a?os: ¡°Subieron las tasas y en mi casa fue imposible asumir ese gasto¡±. Desde entonces, se busc¨® la vida: pr¨¢cticas y dos meses de contrato en la Cocina Econ¨®mica, un mes en otra entidad social, dos en un restaurante y otros tantos en ¡°una cafeter¨ªa con men¨² del d¨ªa¡±. A?ade los ¡°dos d¨ªas¡± que aguant¨® de comercial para una compa?¨ªa telef¨®nica. ¡°Las condiciones eran horribles, y no pagaban¡±. Ahora Mar¨ªa acaba de encontrar trabajo, y tambi¨¦n su novio, con el que convive en el bajo de la casa unifamiliar de sus padres. Ella, despu¨¦s de tres meses en primavera de comercial para una aseguradora, con contrato y un m¨ªnimo salarial fijo, atiende s¨¢bados y domingos una panader¨ªa-cafeter¨ªa. ¡°No es a lo que aspiro, pero aprend¨ª un nuevo oficio, me tratan superbien, y para ir tirando, est¨¢ genial¡±. Su pareja lleva la mitad de sus 31 a?os siendo alba?il. La crisis lo convirti¨® en parado de larga duraci¨®n. Hasta que en junio se estren¨® como camarero en un bar cercano. El contrato, inicialmente solo de verano, fue prorrogado para cubrir la baja de su ¨²nica compa?era. "Est¨¢ encantad¨ªsimo, es un trabajo real, con su sueldo, horarios y libranzas", se maravilla Mar¨ªa.
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