Di¨¢logo y presupuestos del Estado
Esperamos que el corredor mediterr¨¢neo tenga asignadas las partidas necesarias para que la infraestructura est¨¦ operativa en 2015
Toda gran infraestructura genera problemas y conflictos en su trazado y construcci¨®n. Y el Corredor Mediterr¨¢neo no pod¨ªa ser menos. En todos los casos son el acuerdo, la compensaci¨®n o los tribunales, los veh¨ªculos de soluci¨®n. En el caso del Corredor acaba de aparecer un conflicto que, sin ponerlo en peligro, puede retrasar su ejecuci¨®n. Curiosamente, el conflicto ha surgido donde menos cab¨ªa esperar, en Tarragona, cuyo alcalde, Josep F¨¨lix Ballesteros, se ha mostrado en todo momento como un ferviente partidario de su construcci¨®n sin dilaci¨®n. El recurso interpuesto por el ayuntamiento al proyecto del tercer carril en el tramo que afecta a la localidad, por incumplimiento por parte de Fomento de algunos tr¨¢mites administrativos, la falta de dos pasarelas de peatones, pantallas ac¨²sticas y un intercambiador, as¨ª como la petici¨®n del cambio de ubicaci¨®n de un aparcamiento de mercanc¨ªas, demasiado cerca del Anfiteatro Romano, amenazan con retrasar la ejecuci¨®n de un instrumento fundamental de desarrollo econ¨®mico de la Comunidad Valenciana y Espa?a.
Como ya hemos puesto de relieve en distintos momentos, un proyecto de la trascendental importancia del Corredor Mediterr¨¢neo debiera ser ya una realidad, aunque la miop¨ªa de algunos responsables p¨²blicos del pasado ha impedido su ejecuci¨®n como eje de la red b¨¢sica de los ferrocarriles europeos. Si se hubiese ejecutado en tiempo y forma como exig¨ªa el buen sentido econ¨®mico, hoy constituir¨ªa un puntal fundamental para la recuperaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola gracias al impulso que imprimir¨ªa al tr¨¢fico de mercanc¨ªas entre la Europa del centro y norte y el Sudeste Asi¨¢tico. Un tr¨¢fico de gran impacto en m¨²ltiples actividades, tanto log¨ªsticas como de servicios avanzados y actividad transformadora. Pero si el olvido o negligencia del pasado pesa hoy como una losa, todo retraso en la ejecuci¨®n del actual proyecto viene a agravar la carga por las p¨¦rdidas que esto conlleva.
Pero el retraso es m¨¢s grave si la causa es el conflicto entre dos administraciones regidas por partidos que compiten: el gobierno de Espa?a, controlado por el PP, y el ayuntamiento de Tarragona, con el PSC en la alcald¨ªa. Dos administraciones aparentemente favorables a la pronta ejecuci¨®n del proyecto pero que colisionan por cuestiones de procedimiento, trazado y divergencias sobre las condiciones de la infraestructura a su pasa por aquella ciudad. Y cuando la confrontaci¨®n se politiza, como ha ocurrido, tenemos la tormenta perfecta y el mayor obst¨¢culo para una soluci¨®n razonable y constructiva. Pero ni Espa?a ni la Comunidad Valenciana est¨¢n para confrontaciones pol¨ªticas cuando lo que nos jugamos es el futuro y una pronta y s¨®lida salida de la crisis.
Cuando dos administraciones entran en conflicto por el dise?o de un proyecto que ambas desean ver ejecutado lo antes posible, el comportamiento l¨®gico es el di¨¢logo constructivo y la soluci¨®n razonable. Si un proyecto de inter¨¦s general perjudica a un territorio o colectivo, una compensaci¨®n que suponga un coste razonable y proporcionado al da?o realizado, puede ser la soluci¨®n m¨¢s justa. Y parece que el da?o existe cuando el propio PP de Tarragona tambi¨¦n se opone al actual trazado y actuaci¨®n de Fomento. En estas circunstancias, s¨®lo el di¨¢logo y un acuerdo que satisfaga las reivindicaciones razonables del consistorio y elimine las trabas que ¨¦ste antepone al actual proyecto, podr¨¢ garantizar su r¨¢pida ejecuci¨®n sin quebranto y agravio para nadie. M¨¢xime si el coste, como parece, no es excesivo y se adopta el compromiso formal y con garant¨ªas, de que el actual trazado paralelo a la costa, compartiendo v¨ªa con el tr¨¢fico de pasajeros, sea una soluci¨®n transitoria, como es deseable econ¨®mica y socialmente, y el definitivo para el tr¨¢fico exclusivo de mercanc¨ªas se proyecte por el interior, a ejecutar en un plazo razonable y en beneficio de todos, tanto de Tarragona como de la Comunidad Valenciana y Espa?a. Porque no hay que olvidar que aunque el tercer carril es una salida adecuada en el corto plazo, la separaci¨®n del tr¨¢fico de mercanc¨ªas y pasajeros es una exigencia para conseguir el pleno desarrollo del potencial econ¨®mico del Corredor.
Las razones econ¨®mica, social y t¨¦cnica han de hacerse compatibles para no generar injusticias y quebrantos econ¨®micos, como lo ser¨ªa un retraso originado por una confrontaci¨®n. Todas las partes deben aportar su mejor voluntad para llegar a un acuerdo que acelere un proyecto fundamental y al mismo tiempo no genere da?os irreparables. Tanto si es en Tarragona como si es en cualquier otro municipio.
Desde la Comunidad Valenciana, la principal afectada por este retraso, es necesario que los partidos pol¨ªticos relacionados con las dos administraciones en litigio, y tambi¨¦n la sociedad civil, ayuden a resolver el conflicto con buen sentido y esp¨ªritu constructivo. En caso contrario estaremos echando piedras en nuestro propio tejado.
Y estamos vigilantes ante el contenido de los presupuestos generales del Estado, que pasaron por el Consejo de Ministros el pasado viernes y que se conocer¨¢n en los pr¨®ximos d¨ªas. Esperamos que el agravio que la Comunidad Valenciana ha sufrido hist¨®ricamente se vea resarcido con inversiones y atenci¨®n y que, especialmente, el corredor mediterr¨¢neo tenga asignadas las partidas presupuestarias necesarias para que la infraestructura est¨¦ operativa en 2015 en Castell¨®n y Valencia y en 2016 en Alicante. De lo contrario, tendr¨¢n al pueblo valenciano en frente
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