La generaci¨®n perdida en Nunca Jam¨¢s

Escribir art¨ªculos gratis para realizar su vocaci¨®n period¨ªstica (y pluriemplearse en trabajos herc¨²leos mal pagados) o partir al exilio econ¨®mico, he ah¨ª el dilema de la joven protagonista de Perdidos en Nunca Jam¨¢s, autorretrato de una generaci¨®n sobradamente preparada, pero desempleada mayoritariamente. A trav¨¦s de las peripecias de Wendy, Peter Pan y sus Ni?os Perdidos, la directora Luc¨ªa Rodr¨ªguez Miranda (Valladolid, 1982) refleja las tribulaciones de sus coet¨¢neos y las circunstancias que est¨¢n abocando a muchos de ellos a poner tierra de por medio.

Inspirada en Peter Pan, de James M. Barrie, Perdidos en Nunca Jam¨¢s combina ficci¨®n y testimonio personal, teatro de cuarta pared y de pista, humor y drama, e incluso entra en el terreno de la comedia musical, tan agradecido siempre, y sale de ¨¦l a placer. Es la primera vez que en un espect¨¢culo oigo a los actores dar permiso al p¨²blico (e incluso animarlo) a que utilice sus m¨®viles durante la representaci¨®n para enviar un mensaje o una foto de escena, aunque no vi que nadie lo hiciera, tan concernida se sent¨ªa y tan concentrada estaba (y emocionada por momentos) la joven audiencia que abarrotaba la Sala del Mirador tres d¨ªas despu¨¦s del estreno.

En esta funci¨®n hablan sus art¨ªfices, de entre 24 y 32 a?os, pero tambi¨¦n escuchamos un documento sonoro con la opini¨®n de sus progenitores. Cuando Wendy, habitante del Pa¨ªs Donde Nunca Jam¨¢s Trabajar¨¢s en lo que Estudiaste, regresa, con 30 a?os, a la casa paterna (porque naufrag¨® la editorial donde trabajaba), recibe la visita inesperada de su vecino Peter, que la invita al bar de Garfio, donde los chicos eternamente parados ven el tiempo pasar cerveza en mano y bellas hadas bailan graciosamente la melod¨ªa celestial interpretada al ukelele por Nacho Bilbao: ¡°Heaven¡­ I¡¯m in heaven/ And my heart beats so that I can hardly speak¡­ When we¡¯re out together dancing cheek to cheek¡­¡±.

La directora y Silvia Herreros de Tejada, autora de la versi¨®n, ensayista y traductora de las obras completas de Barrie, han escogido la iron¨ªa y el humor para hablar de un drama que la primera sufri¨® en carne propia. Sus recreaciones de los personajes originales, tan pr¨®ximas, no luchan contra piratas, sino contra directores de sucursales bancarias sincronizados con tasadores creativos y contra empleadores a cuyos pies se postra la masa ociosa. Hay materia y condiciones objetivas (Bloomberg nos augura una media de paro del 24¡¯7 por ciento de aqu¨ª a 2018) para que este sea el espect¨¢culo de una generaci¨®n.

El Peter de ?ngel Perab¨¢ es un embaucador delicioso; Efra¨ªn Rodr¨ªguez y Rennier Pi?ero dibujan sus papeles con gracia y desparpajo, y Laura Santos, con finura, y Bel¨¦n de Santiago imprime relieve humano y un ¨ªntimo vigor a las dudas y oscilaciones de ¨¢nimo de Wendy.