Carta abierta al ¡®conseller¡¯ de Cultura
La situaci¨®n pol¨ªtica en torno al encaje de Catalu?a en Espa?a, los recortes en cultura y el nombramiento como nuevo director del Teatro Real de Madrid de Joan Matabosch, procedente del Gran Teatro del Liceo de Barcelona, ha colocado en una especial perspectiva las relaciones entre los dos veteranos coliseos l¨ªricos. En este art¨ªculo, el presidente del Real, Gregorio Mara?¨®n, responde a declaraciones del conseller de Cultura de la Generalitat, Ferran Mascarell, acerca del teatro de ¨®pera de Madrid. Mara?¨®n puntualiza y corrige a Mascarell con el prop¨®sito expl¨ªcito de mejorar el entendimiento entre ambos centros y ¡°construir puentes sobre los desencuentros¡± propiciados por el clima pol¨ªtico. Asimismo, ofrece al Liceo y a los colegas catalanes la experiencia del Real en la gesti¨®n de la crisis.
La cuesti¨®n de la relaci¨®n entre Catalunya y el resto de Espa?a presenta hoy tantas aristas como perspectivas, casi todas ellas afectadas por la niebla de los desafectos. Por mi lado, he aprendido desde ni?o, en mi familia Mara?¨®n, a querer a Catalunya, y a admirarla. Luego, de la mano de mis queridos Ram¨®n Tr¨ªas Fargas y Pere Pi-Sunyer, en los tiempos en los que colaboramos juntos, me adentr¨¦ en su realidad social. Y el Quadern gris de Pla y la Antolog¨ªa de Espriu me han acompa?ado siempre.
En coherencia con esta andadura, y porque considero que en estos momentos hay un deber compartido de intentar construir puentes sobre los desencuentros, en vez de agrandar los espacios que pueden separarnos, me he decidido a hacerle estas puntualizaciones en mi calidad de presidente del Teatro Real, con el convencimiento de que sus recientes declaraciones sobre nuestra instituci¨®n obedecen a una falta de informaci¨®n. No deseo, por tanto, que estas l¨ªneas generen una pol¨¦mica sino, ¨²nica y exclusivamente, que contribuyan al mejor entendimiento entre estas dos grandes instituciones que son el Liceu y el Real.
1. Cuando usted se refiere a nuestro Teatro lo hace en estos t¨¦rminos: ¡°Un teatro de Madrid, que se llama Teatro Real, y que nada tiene que ver con el Liceu¡±. Posiblemente podr¨ªa haber atajado la frase mencionando directamente al Teatro Real, y dando por conocido que es un teatro y que est¨¢ en Madrid, pero, al margen de este apunte estil¨ªstico, quiero recordarle que s¨ª hay mucho en com¨²n entre el Liceu y el Real. Los dos teatros se dedican a la misma actividad art¨ªstica; el Liceu se inaugur¨® solemnemente en 1847 y el Teatro Real en 1850, contando ambas instituciones con el apoyo de Isabel II. Partiendo de este casi simult¨¢neo origen hist¨®rico, el Liceu y el Real tienen hoy una entidad similar que es ¨²nica en Espa?a. Compartimos algunos patronos en nuestros ¨®rganos de gobierno y ambos recibimos una subvenci¨®n del Ministerio de Cultura. Adem¨¢s, el Liceu y el Real llevan a?os colaborando en la realizaci¨®n de producciones art¨ªsticas, y tenemos convenidos nuevos proyectos para el futuro. Es por todo ello por lo que en 2008 el Liceu invit¨® al patronato del Real para celebrar en Barcelona una reuni¨®n conjunta, invitaci¨®n a la que el Real ha correspondido recientemente, estando en espera de concertar conjuntamente la fecha de este nuevo encuentro.
¡°Es igualmente cierto decir que el Liceo se paga con los impuestos de los madrile?os¡±
2. Ha declarado usted que yo he nombrado a Gerard Mortier mi asesor, lo que es una percepci¨®n equivocada pues ni tengo poderes para hacerlo ni para mi desinteresada tarea preciso disponer de su valioso consejo, que, como es natural, ser¨¢ recibido por la direcci¨®n general del teatro y, sobre todo, por la direcci¨®n art¨ªstica. Tambi¨¦n se equivoca usted al decir que ¡°a Mortier le han doblado, no le han sustituido¡±. La realidad es que en el Teatro Real, a partir del 1 de enero, Joan Matabosch sustituir¨¢ a Gerard Mortier, y este ha pasado a una posici¨®n meramente asesora, residiendo fuera de Espa?a.
3. En otro momento, ha declarado usted que ¡°el Teatro Real ofrece una estructura m¨¢s s¨®lida, y con nuestros impuestos. Pueden tener dos directores y pagarlos¡±. Lo cierto es que el Teatro Real, como el Liceu, recibe algunas aportaciones p¨²blicas que naturalmente se pagan con los impuestos de todos los espa?oles. Es, por tanto, igualmente cierto decir que el Liceo se paga con los impuestos de los madrile?os, pero jam¨¢s se me ocurrir¨ªa decirlo si no es en este momento a efectos meramente dial¨¦cticos. Pero en ning¨²n caso el Teatro Real tiene dos directores como usted afirma, siendo, por el contrario, cierto que el Liceu cuenta con un director art¨ªstico y un director musical.
4. Para explicar por qu¨¦ el Teatro Real ha logrado unos buenos resultados en la b¨²squeda de su patrocinio, apela usted a que las empresas del Ibex est¨¢n domiciliadas en Madrid. Me encantar¨ªa tener alguna vez la ocasi¨®n de explicarle el inmenso esfuerzo que desde hace cinco a?os hemos emprendido en este ¨¢mbito, y tambi¨¦n el gobierno corporativo que se ha establecido en el Teatro Real para facilitarlo. Pienso, sinceramente, que podr¨ªa interesarle. Todo ello, ciertamente, es m¨¢s complejo que la mera referencia al domicilio de las empresas del Ibex que usted hace. En efecto, en el Teatro Real contamos con ochenta y tres patrocinadores, de los que solo pertenecen al Ibex diecis¨¦is, los mismos con los que, por cierto, ya cuenta el Liceu (para ser m¨¢s exactos, el Liceu tiene quince).
5. Hace usted una afirmaci¨®n en el contexto econ¨®mico que tiene un profundo calado pol¨ªtico: ¡°El Estado juega aqu¨ª con reglas de juego diferentes a las del Real. Todo lo que estamos debatiendo en Catalu?a tiene que ver con esto¡±. No voy a adentrarme ahora en este debate general, que ciertamente en democracia nos concierne a todos, pero s¨ª debo decirle que no es correcto lo primero que usted afirma. Al Real, como al Liceu, el Ministerio le ha bajado un 60% sus aportaciones en los ¨²ltimos cinco a?os, pero al Real el Ministerio no le ha procurado durante este periodo ning¨²n otro apoyo econ¨®mico, directo ni indirecto, como s¨ª ha hecho con el Liceu. La realidad es tozuda cuando debemos afrontarla tal como es. A esto se a?ade que el Liceu recibe seis millones de euros de subvenciones p¨²blicas m¨¢s que el Teatro Real, a?o tras a?o. El an¨¢lisis, por tanto, que hay que hacer para entender d¨®nde estamos los dos teatros no es tanto el de la disminuci¨®n de las subvenciones p¨²blicas como el de cu¨¢les son las medidas necesarias para adaptarnos a la crisis y a los nuevos tiempos que vendr¨¢n despu¨¦s.
Lo cierto es que las decisiones del Teatro Real las toman los ¨®rganos de gobierno del Teatro Real y no el Ministerio
6. Finalmente, manifiesta usted que el procedimiento para la contrataci¨®n de Joan Matabosch no le ha gustado porque el Ministerio no se lo ha consultado. A continuaci¨®n a?ade que ¡°si se hubiera comentado probablemente habr¨ªamos podido concluir que s¨ª¡±. . Cr¨¦ame que es as¨ª, y que sucede con el respaldo de nuestras dos Administraciones p¨²blicas fundadoras. Pero, por supuesto, antes de que nuestra Comisi¨®n Ejecutiva acordase por unanimidad contratar a Joan Matabosch, el propio Joan Matabosch y yo mismo, como presidente del Teatro Real, informamos al Liceu, primero, de que hab¨ªa esta posibilidad, y luego de la inminencia de la decisi¨®n. Usted reconoce que supo del acuerdo un mes antes de que este se adoptara por el Teatro Real y se hiciera p¨²blico, lo que obviamente solo se explica porque s¨ª hubo esta deferencia institucional.
En sus declaraciones menciona usted en varias ocasiones los problemas del Teatro Real. Sinceramente, me da la impresi¨®n de que los conoce muy superficialmente. Si lo deseara, se los explicar¨ªa cuando mejor le conviniera, as¨ª como las soluciones que estamos adoptando para superarlos, por si nuestra experiencia pudiera serles de utilidad. Por supuesto, en el Teatro Real estamos siempre dispuestos a aprender de ese gran teatro que es el Liceu y de sus excelentes equipos profesionales. Se lo escribo desde el convencimiento de que el esp¨ªritu fecundo de colaboraci¨®n y di¨¢logo debe imperar siempre, y m¨¢s a¨²n, si cabe, en el ¨¢mbito de la cultura.
Gregorio Mara?¨®n Bertr¨¢n de Lis es presidente del Teatro Real.
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