En el vivero de m¨²sicos
Una jornada tras los atriles de la Joven Orquesta de la Comunidad (Jorcam) permite conocer las motivaciones e inquietudes de sus 72 miembros en un contexto en el que la m¨²sica y las orquestas luchan por sobrevivir
Se respira nerviosismo entre los atriles. La orquesta sale atropellada porque sabe que no tiene mucho tiempo: en dos horas se abrir¨¢n las puertas de los Teatros del Canal para que la Joven Orquesta de la Comunidad de Madrid (Jorcam) d¨¦ comienzo a su temporada estable en la Sala Roja. Es martes 1 de octubre, y esa noche deben interpretar ante un patio de butacas para el que no hay billetes la Quinta Sinfon¨ªa de Gustav Mahler, un desaf¨ªo hasta para las orquestas profesionales.
Es un d¨ªa agridulce porque algunos de los que se sientan en el escenario saben que este ser¨¢ su ¨²ltimo concierto con la formaci¨®n, ya que se han convocado pruebas dentro de unas semanas y muchos ya superan los 26, por lo que quedan fuera de la convocatoria. Ya no son tan j¨®venes. El director sube al podio y se prepara para comenzar con la prueba de sonido. ¡°Es un grupo que se maneja con una calidad casi profesional. El nivel durante todos los ensayos ha sido muy satisfactorio porque vienen realizando un trabajo y afianzando un compromiso muy grande¡±, dice el uruguayo Mart¨ªn Jorge, que en solo dos horas debe estar vestido de negro riguroso dando la espalda al p¨²blico. Al igual que los 13 espectadores a los que en este concierto se les ha invitado a vivir la Quinta de Mahler desde el escenario, dentro de la orquesta.
El negro a¨²n no unifica a los m¨²sicos. Se ven pantalones de cuadros, chalecos de ante, sudaderas de colores y blusas estampadas. Muchos de los chicos, cuyas edades van de los 15 a los 27 a?os, vienen directamente de clase y otros ni siquiera est¨¢n en el ensayo porque sus horarios no se lo permiten. Una vez afinados los instrumentos, es el momento de abrir la partitura, y los m¨²sicos vuelven la cabeza instintivamente hacia el viento metal. All¨ª, David Vicedo espera trompeta en mano para acometer el solo absoluto del inicio de la sinfon¨ªa.
A sus 21 a?os, David es un alicantino que entr¨® en la Jorcam en 2011 y que ahora se despide del conjunto tras dos a?os de trabajo en la formaci¨®n. Empez¨® a tocar este instrumento con solo ocho a?os. La primera trompeta que cay¨® en sus manos se la regal¨® su abuela por su primera comuni¨®n. ¡°He renunciado a hacer dos entrevistas de trabajo por tocar la Quinta de Mahler, que es una de las grandes obras del repertorio de los trompetistas¡±, dice. Su futuro est¨¢ trazado con la intenci¨®n de seguir con la trompeta, ahora entre Par¨ªs e Indian¨¢polis, pero se lleva el recuerdo de la Jorcam en el pecho. Literalmente. Se ha tatuado las iniciales de sus amigos de Madrid y las siglas de la Jorcam sobre el coraz¨®n, en torno a un dibujo de la Puerta de Alcal¨¢. ¡°Entre todas las j¨®venes orquestas de Espa?a, la Jorcam puede que sea la que m¨¢s nivel tiene de todas en todos los instrumentos¡±, presume.
Otro solista espera su turno, este de pie. Con el trompetista comparte Marcos Cruz, trompista, el amuleto que tiene en el atril: medio sobre de sopa instant¨¢nea. ?La causa? Una broma sobre el calor en un ensayo veraniego. Es gallego, estudia en Zaragoza y est¨¢ en la orquesta joven de Madrid y tambi¨¦n en la gallega. ¡°La gente con la que est¨¢s aqu¨ª se convierte en tu familia: empezamos a ensayar el 28 de junio y hemos acabado ahora. La sinfon¨ªa ya en s¨ª es incre¨ªble, pero lo realmente fant¨¢stico es poder compartirla con amigos¡±, dice este m¨²sico que se plantea irse a estudiar a Leipzig, aunque dice que pagar¨¢ ¡°lo que haga falta¡± para seguir viniendo a tocar con la Jorcam.
Futuro posible
La mayor¨ªa de los consultados tiene clara su vocaci¨®n musical, que este es su futuro y no hay otro posible. No es el caso de Pablo S¨¢nchez-Lauhle, contrabajista de 22 a?os de semblante serio pero dedicaci¨®n m¨¢xima. En la orquesta se siente a gusto, aunque su verdadera vocaci¨®n son las Matem¨¢ticas. Termin¨® la carrera en la Universidad Complutense y siempre ha tenido el contrabajo como una afici¨®n, pero admite que en la orquesta se lo pasa ¡°muy bien¡±. Tambi¨¦n empez¨® Matem¨¢ticas uno de los jefes del viento madera, Francisco Espinosa, pero a ¨¦l aquello no le llenaba y decidi¨® apostar por la m¨²sica. Ahora, a sus 24 a?os, solo puede pensar en el clarinete. Desde su posici¨®n, se siente la fuerza de los metales en el cuerpo, como si la m¨²sica te atravesara por completo cuando llegan las partes m¨¢s entusiastas de la sinfon¨ªa: las trompetas se sienten hasta en las v¨¦rtebras.
Ahora busca trabajo y por eso est¨¢ en la Orquesta Filarm¨®nica de Espa?a, uno de esos nuevos conjuntos llenos de ilusi¨®n que han surgido en plena crisis con valent¨ªa y mucho esfuerzo. ¡°Estoy buscando trabajo en las escuelas de m¨²sica, montando un quinteto de viento y preparando las obras para un concurso internacional que se va a celebrar en Extremadura¡±, dice este m¨²sico de Hell¨ªn (Albacete) para el que la Jorcam supone ¡°un paso hacia el mundo profesional que me ayuda en mi sue?o de tocar en una orquesta¡±.
Una de las cosas que m¨¢s fascinan cuando uno se esconde entre los atriles de una orquesta en la que hay 72 m¨²sicos tocando con la precisi¨®n de un reloj suizo es la sincronizaci¨®n de los arcos de violines y violas. Eso tambi¨¦n tiene su preparaci¨®n y para ello hace falta un l¨ªder: la concertino. Elsa S¨¢nchez, sentada en el asiento de honor a la izquierda del director, lleva sobre sus hombros la responsabilidad de coordinar a la cuerda. ¡°Hay que intentar que todo el mundo se sienta al mismo nivel. Yo llevo el mando, pero soy consciente de que soy una m¨¢s: que sea la concertino es solo circunstancial¡±, explica humilde esta chica dulce que poco tiene de autoritaria. Entr¨® hace tres a?os en la orquesta, cuando ten¨ªa 19, y piensa mantenerse en ella hasta los 26, l¨ªmite de edad para pertenecer al conjunto. De estos a?os, lo que m¨¢s resalta es la convivencia: ¡°Aqu¨ª el compa?erismo es espectacular. Hay mucha humanidad dentro de la orquesta, y somos un ente colectivo e individual a la vez. En las orquestas j¨®venes la energ¨ªa se desborda¡±, apunta.
Esa es precisamente una de sus mejores bazas: el entusiasmo. Durante el ensayo la orquesta no flaquea, resiste, sonr¨ªe en los pasajes mahlerianos que son de una belleza extrema. Cuando llega el Adagietto, el mundo parece detenerse. La orquesta despierta como en un amanecer en un pasaje indescriptible. El director ha intentado poner im¨¢genes mentales a los movimientos anteriores ¡ªun funeral, la vida cotidiana, la soledad del hombre¡¡ª, pero con esta cuarta parte no puede. Mahler hace que sobren las palabras. Una m¨²sica a caballo entre la vida y la muerte dulce que sirvi¨® a Visconti para culminar su pel¨ªcula Muerte en Venecia.
Casi una l¨¢grima
Es en este cuarto movimiento cuando a Celia Mateos, en el tercer atril de los violines primeros, por poco se le escapa una l¨¢grima. Este concierto es algo especial, ya que, despu¨¦s de ocho a?os en la orquesta, hoy es la ¨²ltima vez que se viste de negro para representar a la joven orquesta. ¡°La Jorcam es una escuela de vida¡±, dice emocionada, y recuerda que con estos amigos ha recorrido Zaragoza, Rusia, El Salvador, Italia y Par¨ªs. La Jorcam no solo ha sido m¨²sica para ella. Tras pasar por la la muerte de su padre el pasado enero, es categ¨®rica: ¡°la orquesta ha sido para m¨ª un refugio en el que olvidarme de los problemas que ten¨ªa en casa¡±. En el entorno familiar siempre apoyaron su vocaci¨®n musical, lo mismo que le pas¨® a Abel Mafee, violista de la orquesta que parece no poder parar de sonre¨ªr durante el ensayo. ¡°Lo m¨¢s bonito de estar en la Jorcam es convivir, el lado humano, algo que cada vez es m¨¢s dif¨ªcil recordar ya que con los recortes cada vez podemos hacer menos encuentros y viajes¡±, comenta.
El ensayo termina y en el ambiente queda toda la energ¨ªa derrochada y algo de nostalgia. Y el director apura una ¨²ltima frase antes de dejarlos marchar, cuando todo comience con Elsa poni¨¦ndose en pie para afinar ante un teatro abarrotado: ¡°Esto no es una Quinta de Mahler m¨¢s, es la Quinta de Mahler de todos nosotros, ¨²nica e irrepetible. Cuenten con la m¨²sica la historia que quieran contar, este es el concierto de nuestras vidas¡±.
Pr¨®ximos conciertos de la Jorcam
6 de octubre. Scorrevole Ensemble. Obras de Martinu, Mozart y Turina
1 de noviembre. Orquesta de cuerdas. Obras de Telemann, Mozart y Shostakovich
10 de noviembre. Orquesta de cuerdas. Obras de Shostak¨®vich y Mozart
19 de enero. Tr¨ªo Daexis. Obras de Khachaturian, Milhaud, Stravinsky, Ives
2 de febrero. Compa?¨ªa PyEl. Pedro y el lobo tocan en la orquesta, de S. Prokofiev
2 de marzo. Timbarimba. Obras de varios autores
6 de abril. Tr¨ªo San Sebasti¨¢n. Obras de Shostak¨®vich, Brahms y Ravel
17 de mayo. Joven Coro de la Jorcam. Obras de Di Lassus, Piazzolla, Banchieri, Toch, Z?llner, Rossini, Debussy, Petrassi.
18 de mayo. Grupo de vientos de la Jorcam. Obras de Shostak¨®vich, Strauss, Stravinsky, Debussy, Rodrigo y Whitacre
8 de junio. Peque?os Cantores de la Jorcam. Obras de varios autores
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